Capítulo 63.

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Capítulo 63.

Sin tener un motivo real para notarlo más que la pura nostalgia, un día Adrianne cayó en la cuenta de que ya había pasado un año desde que llegó a Europa. ¡Un año en donde había transcurrido casi toda una vida! Y haciendo un resumen de daños, ella tuvo que admitir que irse de México no hizo sino empeorar las cosas, a pesar de que eso no fue su decisión.

"Lo único bueno de toda esta mierda es que Cadenas está muerto", pensó la joven. "Pero, ¿eso me asegura que realmente voy a estar a salvo? ¿Qué no habrá alguien que busque una venganza? ¿Significa que podré volver a casa, a mi patria? ¿Regresar a lo que era antes, cuando no tenía la estúpida pretensión de querer cambiar al país?".

Conforme los efectos del estrés postraumático comenzaban a desaparecer, Adrianne se preguntó qué carajos iba a hacer con su vida ahora que su principal "enemigo", por llamarlo de alguna manera, estaba muerto. Ella había tenido planes antes del tiroteo, era cierto, pero estaban basados en la realidad en donde Cadenas la mataría si se le ocurría regresar a México; ahora que aquél estaba muerto y que sus secuaces corrían el riesgo de sufrir el mismo destino, Adrianne se preguntaba qué la ataba a Europa en realidad. En ese año transcurrido ella hizo muchas amistades entrañables y conoció gente única pero, ¿eso era suficiente como para que quisiera quedarse en Alemania para siempre? Cuando no tenía otra salida, la joven tomó esta alternativa como algo bueno pero ahora que estaba libre de volver a su país, se preguntaba cuál sería el mejor camino a tomar.

"Creo que eso ni siquiera debería de estar a discusión", le dijo su reflejo en el espejo. "¿De verdad crees que es buena idea el dejar la estabilidad de Europa para regresar al país del cual saliste huyendo debido a la violencia? Cadenas está muerto, efectivamente, pero los reporteros siguen siendo asesinados a diario y tú ya estás marcada, quizás los Aparecidos no irán tras de ti pero es seguro que otro cártel lo hará... Además, ¿quieres alejarte de Renée y los Lorenz? ¿Quieres dejar a Alexander, después de todo lo que ha sucedido? Has cometido muchos errores últimamente pero volver a México sería el peor..."

Era increíble decirlo pero a pesar de esto la determinación de volver estaba fija en su cabeza por una razón que Adrianne no comprendía. Quizás, más que volver a vivir en México, lo que ella necesitaba era regresar para ponerle fin adecuado a un ciclo que fue abruptamente cortado. Quizás una visita a su ciudad natal para decirle adiós de buena manera era lo que su corazón en verdad deseaba.

No tuvo mucho tiempo para seguir pensando en eso porque una mañana, sin previo aviso, Adrianne recibió una invitación por parte del barón para que fuese a comer con ella. Lo sorprendente del asunto radicaba en el hecho de que el hombre no la había citado en un restaurante o en un sitio público sino que le había hecho saber que la recibiría en su propia casa. Adrianne sentía que eso significaba que ella había subido de nivel en las preferencias de Von Kleist pero desconocía qué consecuencias tendría a largo plazo. Así pues, dos horas más tarde la reportera se encontraba frente a la puerta principal de la lujosa mansión de Von Kleist, ignorante de que no hacía mucho que Alexander había estado en la misma situación aunque por motivos diferentes. Rudolph la recibió en su despacho personal, sorprendiéndola en extremo porque Adrianne pensó que pasaría directamente al comedor.

"Eso de no saber las costumbres de la nobleza me juega mucho en contra", pensó Adrianne, mientras admiraba la lujosa decoración del barón. En ese momento se abrió la puerta, por la cual entró Von Kleist oliendo a colonia cara y a crema para las manos.

– ¡Querida mía!.- exclamó Rudolph, abriendo los brazos de manera teatral.- ¡Pero qué flaca y pálida estás! Pobrecita mía, ¡qué mal te ha tratado la vida!

– Eh, yo... .- Adrianne recibió el abrazo del barón sin saber qué responder.

– ¿Ya estás mejor?.- el hombre se separó para analizarla a detalle.- ¡Realmente has tenido una suerte horrible en estas últimas semanas! Es un verdadero milagro que no nos hayas dejado. ¡La gran escritora que habría perdido el mundo!

El Sonido del Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora