Epílogo.

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Epílogo.

Cinco años después.

El avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México sin inconvenientes, proveniente de Frankfurt, tras lo cual sus pasajeros se apresuraron a desembarcar y a pasar por inmigración. Ese viaje era el paso que faltaba para completar un ciclo que había iniciado hacía más de una década y, debido a esto, cuatro de los viajeros se sentían nerviosos y estaban a la expectativa, pues esperaban que la vida no les tuviese reservada una última mala jugada.

Renée Klein sentía una mezcla de emociones difícil de definir. Había regresado a su país varias veces durante el tiempo que llevaba viviendo en Europa pero este viaje sería diferente por muchas razones. Al salir al aire denso y contaminado de la ciudad, con sus múltiples vehículos, sus edificios antiguos y sus numerosos habitantes, ella se dio cuenta con tristeza de que la enorme metrópoli había seguido su vida sin extrañarla, tal y como ella había hecho lo mismo en Europa. El panorama de la Ciudad de México había vuelto a cambiar debido al potente terremoto del año anterior, que coincidió en día y mes con otro ocurrido treinta y tantos años atrás y que fue tan destructivo como este último, y Renée tuvo que reconocer, con una curiosa punzada de horror, que esa ciudad había dejado de pertenecerle así como ella ya no formaba parte de su mosaico urbano.

Al final, las obras quedan, la gente se va. Otros que vienen las continuarán. La vida sigue igual... –ella canturreó una vieja canción que quedaba muy acorde para esa situación.

– ¿Qué dices? –preguntó Johann, sin comprender.

– Nada importante. –Renée le sonrió–. Es sólo que he aceptado que ahora formo parte de otro mundo. Nunca olvidaré mis raíces ni de dónde provengo, pero es bueno saber que he podido crecer y superarme en un sitio tan distinto a éste.

– Y seguirás haciéndolo tan bien como hasta ahora – aseguró Johann, con orgullo.

– ¿Estás seguro de que quieres venir conmigo? –preguntó ella, dubitativa–. Podrías irte a casa de mis padres y esperarme allá.

– Por supuesto que voy contigo, no te dejaría sola por nada del mundo –respondió Johann, enérgico–. Además, tengo mucha experiencia en esto de visitar tumbas.

En el Panteón Civil San Nicolás Tolentino parecía haberse detenido el tiempo, con las mismas criptas, los mismos árboles, la misma gente triste que llevaba flores marchitas a sus muertos y el mismo aire de soledad que tenía cuando Renée lo visitó por primera vez. Ella sintió que regresaba al pasado, hasta aquella tarde gris en la que el cuerpo de Jaime fue enterrado y, si no hubiese sido por Johann, hubiera creído que todo lo vivido en los últimos años no fue más que un sueño ocurrido en un parpadeo y que continuaba viviendo el día en el que Jaime se fue para siempre. Al llegar a la tumba del joven aprendiz de médico, Renée la encontró bien cuidada, a pesar de lo cual el tiempo había hecho deterioros notables en la lápida; sin embargo, su cruz de mármol, una que Renée mandó poner desde Alemania ocho años atrás, permanecía casi intacta.

– Y bien, Jaime, ya estoy aquí; me tomó tiempo aunque por fin he cumplido mi promesa –comenzó Renée, en español–. Lamento la tardanza pero tuvimos que esperar algunos años antes de convencernos de que se podía regresar al país sin problemas. Tenía miedo de volver, aún lo tengo, pero parece ser que los fantasmas del pasado se han ido ya.

A lo lejos, una señora de edad madura, humildemente vestida, sollozaba delante de un sepulcro de cemento sin lápida; más allá, un jardinero de la tercera edad se encargaba de darles mantenimiento a los arbustos; a lo lejos, se escuchaban los gritos de unos niños, quienes seguramente acudían con sus padres a visitar a algún abuelo muerto. El viento soplaba en ocasiones y, en el cielo, el sol brillaba con toda su fuerza, cegando a los que osaban levantar la vista. La escena era totalmente diferente a lo que Johann estaba acostumbrado a ver en sus visitas al Cementerio Central de Viena, pero la sensación de pérdida era exactamente la misma.

El Sonido del Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora