Capítulo 7: Nosotros

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• MATTHEW •

Justo cuando todos se van de la clase, ella se acerca a mí.

No lo había hecho antes, siempre soy yo el que comienza a hablar, y así es la única manera en la que se acerca. Es la primera vez que ha tomado la iniciativa, eso me quita un poco de peso de encima para no sentirme tan insistente.

La ví a pocos centímetros de mi escritorio, y no puedo evitar sonreír TODO el tiempo mientras ella esté presente. Incluso cuando ni está y sólo la pienso, también soy feliz.

Samanthe también me dedicaba sus sonrisas, todo el día pude ver sus bonitos hoyuelos remarcándose, sé que algo la mantiene así de feliz, y he tenido la intriga durante todo este lapso de tiempo.

Además, anoche recibí su mensaje. Casi gritaba sin medir el volumen de mi voz, porque no podía creerlo. Aunque su texto fuera algo simple y sencillo, era bastante curioso, pues parecía estar interesada en contarme algo, pero no lo haría escribiéndolo.
Y ha esperado hasta hoy.

Y estoy... increíblemente nervioso.
¿Y si me dice que ya no quiere ser mi "amiga"?.
No, no lo creo, luce muy contenta, nada de indiferencia con su trato hacia mí.
¿Y si me dice que... le gusto?.
Bueno...
Creo que eso podría ser posible, aunque no la veo capaz de atreverse a decir eso, incluso ni de sentirlo.

He tenido bastante tiempo para pensar en «esto», reflexionando en qué podría hacer con las extrañas emociones nuevas que estaban interviniendo en mi vida a lo largo del último mes, desde que Samanthe Christians cruzó por esa puerta.

Pero aún así, todas mis conclusiones caían en que debía dejarlo pasar, que en cualquier momento mi interés se esfumaría, probablemente, y me daría cuenta que nunca podría sentir nada más que aprecio por mi alumna.

Mientras me dedicaba a observar sus perfectas facciones faciales, escuché su voz, hablándome, muy lejos de lo que podía escuchar mi mente. En poco tiempo tuve que obligarme a reaccionar, y concentrarme en lo que me decía.

— Profesor... sé que quizá no le interese...

¿Que quizá no me interese?, ¡por favor!. Me interesa más que mi vida.

Yo la escuché atento, perdiéndome una vez más en esa mirada brillante y entusiasmada.

¿Qué quieres decirme, Samanthe?.

— Pero le quería contar... no sé. Creo que esto es lo más lindo que me ha pasado en tantos años, creí que mis emociones ya no podrían estar nunca en un nivel tal alto, pero... pero anoche confirmé que sí— continuó.

Oh oh

¿Es lo que estoy pensando?

Absolutamente todo de mí, tanto emocional como fisiológicamente empezó a alertarse, era como una sirena de precaución sonando en mi cabeza, anunciando que algo importante podría estarse aproximando.

Era como en la película Intensamente, que las emociones se volvían locas y se ponían a correr y discutir por todos lados para organizarse.

Si Samanthe me decía algo, si esto se trata de mí, yo no sé qué haría.

Una parte de mí estaba emocionada, porque si ella decía algo, la mínima referencia a que también sentía algo, honestamente no tengo idea de cuál sería mi reacción.

La Ciencia de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora