Capítulo 30: Me haces falta

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— Bienvenidos de nuevo—

El muchacho barman de amable sonrisa y extraño entusiasmo nos saludó apenas nos vió acercarnos a la barra, y yo le devolví el gesto porque sinceramente, aunque no recuerdo ni su nombre, me cayó muy bien. — ¿Qué les sirvo?—.

— Whiskey— pidió mi hermano inmediatamente, sin permitirme opinar.

Lo miré rápido, ofendido por excluirme de las decisiones, y la forma divertida en la que él me miró a mí, junto con la sonrisa ladeada en su cara, me aseguraba que dirá alguna estupidez.

— ¿O querías un chocomilk, hermanito?— agregó.

Rodé mis ojos y no quedó nada más qué decir. Observé a nuestro al rededor mientras que el chico servía lo que pedimos. O mejor dicho, lo que pidió Paul.

— Aquí tienen. Toma tú, y toma... botella de vodka.—

El joven nos entregó nuestras bebidas ya servidas, haciéndome soltar una risa nasal por el peculiar apodo que me ha puesto al no saber mi nombre.

Un hombre desconocido llamó la atención del barman, mientras tomaba asiento al lado de mi hermano.

— Cerveza, por favor— pidió.

— Claro, bienvenido— respondió el chico, atendiendo pronto su pedido. — ¿Te gusta el apodo "botella de vodka"? puedo seguir llamándote así cada vez que vengas. Aunque quizá tu nombre sea menos largo que eso.— me habló a mí, iniciando una conversación.

Yo reí, bebiendo del licor que nos ha servido a nosotros.

— Mi nombre es Matthew— contesté para su conocimiento. — Y mi hermano es Paul, Charles. Aunque tal vez a él puedas verlo más seguido por estos lugares.—

— Oh... ya veo. Entonces ustedes son los Charles. Ya decía yo que sus rostros me eran conocidos.— enunció, haciéndonos a mi hermano y a mí mirarnos entre sí, confundidos y extrañados. ¿A qué se refería con eso?.

— ¿Cuál era tu nombre?. Discúlpame, lo olvidé.— pregunté curioso.

— Oh, me llamo Enrique. Enrique Santos.— contestó, y después de servirle el pedido al nuevo cliente, se quedó conversando con nosotros. — Y ustedes, ¿son hijos de Harold Charles, no?—.

Paul prefirió guardar silencio. No dijo nada, sólo agachó la mirada y continuó bebiendo. Nunca le ha gustado hablar sobre el tema.
Así que era mi turno.

— Claramente no conociste a mi padre, eres muy joven. ¿Cómo sabes su nombre?.— alcé una ceja, cuestionando a Enrique.

— Mi padre, Joe Santos, es el encargado de los otros dos bares de la ciudad. Todo el tiempo mencionaba al señor Charles, eran muy amigos.— nos cuenta, sorprendiéndome.

Miré a Paul, esperando alguna respuesta de su parte. Pues, yo no recuerdo a nadie que llevara el nombre del padre de este chico, pero debido a mi poca capacidad de retención de nombres en mi memoria, quizá él sí pueda recordarlo.

— Todos los domingos almorzaban juntos en casa. Hacían todo juntos, y según mamá, nos limpiaba el pañal de pequeños. Lo recuerdo.— anunció mi hermano, haciéndome sonreír un poco, pues vagamente tengo un leve recuerdo de los desayunos los domingos.

— Ese mero, es mi padre— asintió Enrique. — En aquel entonces quizá ustedes eran unos adolescentes, mientras que yo era un bebé...—

Yo asentí, concordando con eso.

— Disculpen que me meta, pero he escuchado su conversación— habló el hombre bebiendo al lado de Paul, llamando toda nuestra atención.
— ¿Su apellido es Charles?—.

La Ciencia de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora