Capítulo 53: Descubriendo verdades

8.2K 474 162
                                    

— No quiero imaginarme ni siquiera todo lo que has sido capaz de hacer a mis espaldas, con mi propia vida. No tienes...—

Detuve mis palabras, a pesar de que mi coraje continuara. No porque quisiera, en realidad todas las emociones negativas que tengo ahora, son bastante fuertes, que me harían explotar.

— Samy, basta— me indicó papá, pero para mí no fue suficiente.

— No tienes la menor maldita idea de cómo me siento, ni cómo me sentí, Samuel. Eres un puto egoísta.

Al decir eso, recibí un regaño de mi padre por la expresión, pero siendo honestos, es lo mínimo que merece.

— Creí que en realidad te importaba mi felicidad, y me mentiste. Fuiste un maldito mentiroso, y traicionero.— continué.

— Está bien, Samy, entiendo que no hice lo correcto. Pero ambos sabemos que era lo mejor para ti.

— ¿Y tú cómo mierda eliges qué es lo mejor para mí?— respondí indignada.

— Samy...— intervino papá.

— ¡No papá!, no voy a callarme, confiaba en Sam, y a él no le importó hacerme daño en lo más mínimo— discutí.

— No voy a defenderme, pero esa decisión la tomó Charles— mencionó Samuel, colmándome la paciencia.

— ¡Porque tú lo obligaste!. ¡Fuiste capaz de amenazarlo con mi bienestar!— grité a pocos centímetros de su cara, viendo cómo mantenía su mandíbula tensa, y sus ojos llenos de culpa que no me sirve de nada.

— Sam— lo llamó mi padre. — ¿En serio hiciste eso?—.

— Christian, los dos sabemos que ese hombre no era bueno para ella. ¿Viste lo que pasó con ese otro profesor?. Samanthe no se lo esperaba, ¿y por qué fue eso? porque confía en absolutamente todos, y no piensa en todo lo malo que podría pasar.— se dirigió a mi padre. Ni siquiera me estaba mirando a mí, es un cobarde.

— Las relaciones que ella forme, no son tu decisión, Sam. Y lo que pasó con David Jones, no fue culpa suya. Así que mide tus palabras antes de decirlas.— respondió mi padre en seriedad.

— Samy...— Samuel me miró por fin, con los ojos rojos y arrepentimiento. Pero en esta situación, él no es la víctima. — Sé que tú no sabías esto, pero conozco a esa familia, conozco a los Charles, fuí amigo de Paul, el hermano mayor de Matthew, y conozco perfecto sus juegos desde secundaria. ¿Crees que su hermano es distinto? claro que no.—

No tenía ni idea de eso.

— Creo que llegaste al límite, Sam. Entiendo tu coraje, o tu preocupación. Quieres proteger a mi hija, de lo que no pudimos proteger a nuestra madre de nuestro padre. Y si eso no fue suficiente, años después vino ese "amigo" tuyo, que tanto querías, a traicionarte. No confías en ningún hombre que dice amar a alguien, mucho menos por la diferencia de edades.— habló papá. Yo no comprendía nada, pero me mantuve escuchándolos.

— No estamos hablando de eso, Christian. Estamos hablando d...

Parecía que Samuel estaba ahora molesto, o dolido, y eso era aún más confuso.

— De mi hija— concluyó mi padre. — No te culpo por tu desconfianza. Te culpo por tomar decisiones que no te corresponden. Así que te pido de la mejor manera, que por favor dejes en paz la vida de Samanthe. O de Froy.—

— Les das mucha libertad a tus hijos de hacer lo que quieran. Samanthe saliendo con hombres que le llevan diez años, y Froy siendo un drogadicto. ¿Te parece eso correcto?.

— Son personas, Samuel. No sólo "mis hijos", no son de mi propiedad, y tienes que entender eso. De cualquier forma, el único que podría actuar sobre sus decisiones, soy yo, y si no lo estoy haciendo, mucho menos puedes hacerlo tú.

La Ciencia de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora