Capítulo 32: Nuevas y malas noticias

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• POV: SAMANTHE

Observaba por la ventana del taxi, de vez en cuando encubriendo mis travesuras del conductor, pues mi única diversión, era soltar un poco de mi aliento sobre el vidrio de la ventana, para después, antes de que desapareciera, hacer dibujitos con mi dedo índice.

Pero en realidad, lo único que intentaba hacer, era evadir las imágenes reproduciéndose en mi cabeza de haber cruzado palabras con Matthew hace un rato. Y fue extraño, porque no sentí ganas de golpearlo como me es costumbre ahora cada que lo veo.

Esta vez me mantuve en mi lugar. Al menos todo lo que soporté hasta que mi mente se llenó de recuerdos y tuve que marcharme al haber visto sus ojos mirándome, de la misma manera en la que lo hacía antes.

Mi celular comenzó a sonar llamando mi total atención. Podría pensar que es mi hermano necesitando mi ayuda con algo, o por su simple insistencia de querer saber si ya voy de regreso a casa con la información sobre dinosaurios que me ha pedido de la biblioteca, pero al instante de recordar que no tiene acceso a dispositivos móviles para llamarme, y viendo en mi pantalla que el número de la llamada entrante es desconocido para mi lista de contactos, comprobé que no se trataba de Froy. Ni de papá, ni de Sam, ni de ninguno de mis amigos que pudiera ser importante.

Así que, considerando que podría ser spam o número equivocado, bloqueé la pantalla ignorando el sonido que pronto se detuvo.

Pero desgraciadamente, apenas se calló, empezó desde cero.

Entonces, consideré; una, es accidente.
Dos, es coincidencia.
Y tres, es un patrón.

Y así como ignoré esa segunda llamada, una tercera entró de inmediato, comprobándome que ya no era una equivocación.

Fruncí mi ceño empezando a preocuparme o alertarme, respondiendo.

— ¿Hola?— hablé, dudosa de si continuar en línea o no.

Por mis ligeros pero importantes conocimientos policiacos, tengo entendido que para que un teléfono pueda ser rastreado y me encuentre en un peligro al responder una llamada desconocida, tienen que pasar al menos quince segundos completos. De lo contrario, puedo estar tranquila.

— ¿Samanthe?—

Una cálida voz masculina y desconocida para mis oídos sonó del otro lado de la línea, haciéndome desconcertarme más.

¿Cómo podría saber mi nombre?.

— ¿Quién habla?— respondí, aún sin estar segura de confirmarle que ese es mi nombre, pues aún no se ha presentado conmigo.

— Hola, pequeña, habla el oficial Deslaurier— habló, extrañándome. ¿Un oficial? ¿por qué un oficial estaría llamándome?.

Miles de dudas llenaron mi cabeza, algunas de ellas asustándome.
¿Se trataba de Froy? ¿y si le había sucedido algo?.

— Lamento tener que informarle de esta manera, pero fue el único medio brindado. ¿Se encuentra en su domicilio?.— continuó.

— No. No estoy en casa, ¿qué sucede?.

Los nervios estaban apoderándose de mi cuerpo, manteniéndome alerta y en un gran estado de preocupación.

Nunca había recibido una llamada así, mucho menos de la policía.

— Mire... soy el encargado de informarle sobre una situación que se presentó hace algunas horas, pero me gustaría que mantuviera la calma.

Froy.

La Ciencia de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora