— Charles, hey...
Fui despertando poco a poco, abriendo mis ojos lentamente al sentir un toquecito en la punta de mi nariz, y escuchar aquel susurro cerca de mi rostro, asustándome un poco.
Pero al despertar, me encontré con aquel bello rostro que no me esperaba, y tuve que disculparme por mi leve susto de hace un segundo como respuesta de reflejo humano ante su tacto y voz.
¡Pero qué va!, ¿cómo no iba a asustarme? si he vivido y despertado solo por tantos años, no sabía quién podría estarme llamando entre la oscuridad.Sonreí en automático al verla a ella, embobado, por un segundo creyendo que estoy en un sueño profundo del que preferiría no despertar.
— Hola— dije adormilado, aún sin estar seguro de que esto es real.
— Matthew, tengo un gran problema— me anunció Samanthe, muy intranquila para el ambiente silencioso de mi departamento.
Dirigió su mirada hacia la pared, y yo se la seguí para entender de qué habla. Es el reloj.
Cuatro treinta y siete.Ella empezó a moverse rápido, arreglándose innecesariamente, pues en realidad luce igual de perfecta a cuando llegó. Recogió su cabello en una coleta, y yo solamente la observaba moverse de lado a lado, sin poder procesar aún el por qué estaba tan alarmada.
MIERDA, CUATRO TREINTA Y SIETE DE LA MAÑANA.
Me puse de pie de inmediato, obligando a mi cerebro a despertarse completamente, incluyendo algunas bofetadas mentales. Logré conectar por fin las acciones de mi cuerpo con lo que indicaba mi mente, aunque aún me era complicado por el adormecimiento y el terrible sueño que pesaba en mis ojos.
— No llegué a casa, me van a matar o invadir con preguntas— exclamó Samanthe con angustia.
— Tranquila— solté sin ser de mucha ayuda, ayudándola a encontrar lo que sea que esté buscando.
— Tengo que llegar a casa ya, y para mi mala suerte tengo treinta llamadas perdidas de papá, Sam y de Froy. Estoy muerta.
— Escucha, no es bueno mentir, y olvida que por esta única vez estoy proponiendo que lo hagas, pero, ¿quizá Byron podría echarnos una mano?— pregunté junto a una advertencia inicial.
Con su mochila colgando de un hombro, caminó hacia la puerta principal, y al llegar hasta allá, esperó a que la alcanzara.
Con sus manos en mis hombros, se puso de puntitas dejando un beso en mi mejilla, haciéndome bajar la guardia por completo.
No estaba preparado para eso, pero fue demasiado lindo.— Es justo lo que pensé— concordó después de aquella maravilla, pero simplemente se fue alejando de mí.
— ¿No quieres que te lleve a casa?— reaccioné preguntando.
— ¿Y que sepan con quién estuve?.
— Bueno... ni tu padre ni tu tío me conocen aún, así que...
— Froy se encargaría de hacérselos saber.
Asentí sólo una vez, considerando eso. Tiene razón. Punto para Samanthe, zape para Matthew.
— ¿Y si te dejo un poco antes de tu casa?.
— No te preocupes, después le agradecemos a Byron— me sonrió. — ¿Nos vemos luego?— y esta vez, ahora sí, se marchó, sin permitirme verle el rostro una vez más.
— Nos vemos luego— asentí, dibujando una sonrisa para ella también.
No supe cómo tenía que despedirme, ¿fue demasiado seco? mierda, no sé cómo debería actuar, nadie me enseñó cómo debía ser cuando alguien me gustara.
![](https://img.wattpad.com/cover/144570121-288-k325075.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Ciencia de tu Amor
RomanceAntes titulada "Mi Alumna Favorita". Matthew Charles, un hombre que básicamente podría resumirse en un sólo concepto: "príncipe encantador". Bueno, más bien, un profesor de ciencias común, con una vida bastante aburrida y un mejor amigo que parece c...