Capítulo 20: La perseverancia de los dioses.

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     La tercera ronda (y la última) consistía en peleas de uno contra uno. Nanko se quitó la chaqueta y dejó al descubierto el logo de su clan. La noticia de que había otra Uchiha en el examen se había esparcido como la pólvora y ella misma dio permiso para que, cuando la llamaran al campo para su pelea, la nombraran como Nanko Uchiha.

     Las peleas ya habían sido decididas, y su primer y único contrincante sería Shinki, el hijo adoptivo del Kazekage.

     Una vez pasadas dos peleas tremendamente aburridas, llegó el turno de la Uchiha, la cual miraba la arena de su rival ensimismada. Dieron comienzo a su lucha y Nanko se apartó del chico para evitar cualquier agarre con su arena.

     Shinki parecía ser más mayor que ella y poseía una capa de arena magnética. Su actitud era bastante más diferente a la de los demás. Era más serio que una piedra, incluso más que ella.

     —¡Vamos, Nanko, no puedes perder! ¡Eres demasiado orgullosa para eso! —exclamó Boruto desde las gradas. Ella sonrió de lado, jamás pensó que alguien la apoyaría. En su examen de ascenso de verdad, siquiera su familia había ido a verla.

     No quería realizar ningún paso en falso, por lo que decidió esperar a que su enemigo atacase, pero no lo hizo.

     Los murmullos y gritos, pidiendo empezar, inundaron el ambiente, y como Nanko no quería hacer esperar a los demás, comenzó.

     Sacó a relucir su katana y corrió hacia Shinki, que seguía con una mirada seria. En un abrir y cerrar de ojos, la katana estaba recubierta por un lado de diamante —el filo— y resplandecía sutilmente, su padre sonrió de lado.

     Sasuke se encontraba en las gradas viendo combatir a sus hijas, al fin y al cabo, quería apoyarlas a su manera.

     Nanko seguía corriendo hacia él mientras en la mano derecha, su mano no dominante, realizaba el chidori.

     La arena de Shinki empezó a recubrir el suelo, por lo que Nanko supuso que estaba intentando atraparla. Corrió más rápido, dando saltitos para ser más rápida que la arena, al llegar casi delante de él, dio un salto y su mano derecha envolvió la empuñadura de la katana y transfirió el chidori a esta. Sasuke estaba impresionado, jamás había hecho eso en un entrenamiento. Con ambas manos en la empuñadura, quiso clavarla en el shinobi, pero, antes de que pudiera hacerlo, la arena de Shinki recubrió la katana, por lo que Nanko apretó más.

     —Ríndete, si no lo haces, morirás —aseguró la niña.

     Transfirió más chakra a la katana, haciendo que esta abriera una brecha en la arena magnética. Pero, entonces, un silbido captó su atención. Era Naruto, que quería que volviese con él, así que dejó de aplicar fuerza para sorpresa de Shinki. Guardó su katana y sonrió de lado al ver la cara de su contrincante.

     —Bien, bien me rindo —dijo Nanko, levantando las palmas de sus manos. Todos la observaron estupefactos.

     —Eres una poderosa rival, no entiendo por qué te retiras si estabas a punto de ganar —comentó Shinki seriamente.

     —Mi trabajo aquí era examinar a los aspirantes desde dentro. Lo has hecho muy bien —respondió la Uchiha, inclinándose en señal de respeto. Las personas que estaban en las gradas se sorprendieron y comenzaron a abuchear a la niña, que no pudo hacer más que sonreír.

     —¡Resultado del combate! —exclamó Rock Lee—. ¡Gana Shinki! —Todos aplaudieron mientras la Uchiha iba hasta el palco de los kages.

     —Lo has hecho muy bien, Nanko —habló el Hokage, sonriendo.

Mangekyou Sharingan | La hija de SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora