Mangekyou Sharingan | La hija de Sasuke

Capítulo 25: Su mayor talento.

     Al llegar la camarera y dejar los platos de los comensales en la mesa, un olor agradable inundó el lugar. Nanko observaba con ojos centelleantes las rodajas de tomate que estaban en el plato colocadas de una manera perfecta.

     —¡Buen provecho! —dijeron todos para empezar a comer. El primero en degustar su plato fue Naruto, el cual perecía estar devorando a una presa.

     —Empezad a comer ya, me siento incómodo, de veras —dijo el Uzumaki. Himawari empezó a reír.

     —Ya vamos, papá —habló la de ojos azules, que empezó a comer su ramen al igual que los demás comían sus platos.

     —Está delicioso —susurró Nanko tras comer un poco de tomate.

     —¿Qué has dicho? No te he escuchado —preguntó Boruto mientras masticaba un trozo de ternera.

     —No he dicho nada —contestó ella, removiendo el ramen para después coger un narutomaki y compararlo con Naruto. "Debería preguntarle a Hinata cuál sabe mejor", pensó la Uchiha, que después rio ante su comentario tan ridículo.

     —¿Cómo te va con tu trabajo, Naruto? —preguntó Sakura, sonriendo al nombrado.

     —Es un poco cansado, de veras, pero siempre tengo a Hinata para cuidar de mí y los niños —respondió el hombre. Hinata empezó a enrojecer.

     —¿Y qué tal va en las misiones el nuevo equipo siete? —cuestionó la de ojos verdes. Sasuke al escuchar eso frunció el ceño.

     —¿Cómo que "nuevo equipo siete"? —dijo el Uchiha con el ceño ligeramente fruncido.

     —¿Se han quedado sin números? —habló Nanko, alzando un ceja.

     —Nosotros pedimos a Naruto que nos dejara el número y él accedió —explicó su hermana. Nanko realizó una carcajada.

     —No esperaba un remplazo tan rápido, pero bueno, felicidades —comentó Nanko. Sasuke siguió comiendo su sopa.

     —Y, Nanko, ¿cuándo te unirás otra vez a algún equipo? —preguntó Hinata sonriendo. Nanko miró a su ramen y empezó a removerlo.

     —Yo no... Espero que nunca —respondió la menor. Hinata la miró con pena.

     —Lo-lo siento, si te he hecho sentir mal —se disculpó la Uzumaki.

     —No te preocupes, es algo que debe superar. Hace años que murieron, debería haberlo olvidado ya... —dijo Sakura. Nanko quiso salir de ese lugar, ¿en serio su madre pensaba que olvidar a alguien muerto era fácil? ¿Jamás había perdido a alguien importante para ella?

     —Nanko, ¿te comerás el ramen o me lo darás a mí? —preguntó Naruto. Nanko frunció el ceño—. Vale, vale, todo para ti, de veras. —Se rascó la nuca. —Sasuke, ¿volverá Nanko a irse contigo?

     —La verdad es que no lo sé —respondió el Uchiha. Nanko se sorprendió y le miró a los ojos—. No sé si es lo mejor para ella.

     —¿Y qué es lo mejor para mí? ¿Acaso vas a decidirlo por mí? —cuestionó ella, cruzándose de brazos.

     —Creo que todavía eres una niña. Deberías tener amigos, salir con ellos, cosas que hacen los niños normales —dijo Sasuke. Nanko soltó una carcajada irónica.

     —Tú a mi edad planeabas matar a tu hermano, si quieres que haga eso, yo encantada. —Sonrió.

     —No me refiero a eso —contestó el Uchiha,

     —¿Te refieres entonces a lo de restablecer el clan? Kakashi me dijo que lo ibas diciendo mucho por ahí. Si hubieses sabido lo que eso significaba a tu edad... —Naruto intentó contener una carcajada. Lo intentó, lo intentó con mucho ahínco, pero no pudo hacerlo.

     —Nanko... —susurró Sasuke, enfadado.

     —No te enfades, Sasuke —habló Sakura, tocando el hombro de su marido.

     —Sí, es malo para su tensión —comentó la Uchiha menor, frunciendo el ceño.

     —Nanko, no lo enfades más —dijo la de cabellos rosas seriamente.

     —Sasuke es difícil de enfadar —habló Boruto, con un tono solemne, casi con orgullo.

     —Yo no aseguraría eso. Nanko consigue enfadar a todo el mundo. Estoy segura de que hasta podría enfadar a una piedra. Diría que es su mayor talento —comentó Sarada.

     —Tranquilicémonos todos. Yo solo quería comer en paz... —susurró Himawari, sorbiendo sus fideos.

Momoshiki no eligió a Nanko como vasija porque ella ya era el recipiente de Nayru.