—Protege a Sarada —le dijo Sasuke a Naruto.
—Mientras esté aquí no podrán tocarla, tú tampoco te confíes —advirtió el Uzumaki. Sasuke miró a Nanko.
—No iré solo. Nanko... —comentó Sasuke. La nombrada asintió.
Ambos corrieron hacia Shin. Aunque Nanko estaba más preocupada de lo que debería; Shin atacaría a Naruto, lo sabía. La niña se posicionó delante del Hokage, para, así recibir el corte de la Katana.
—Nanko, ¿qué has hecho? —preguntó Naruto, mirándola, sorprendido.
—El deber de todo ninja es proteger a su Hokage —contestó mientras la katana se hundía más en su torso y un hilo de sangre bajaba de la comisura de sus labios—. No os preocupéis, ya me curaré —susurró.
—Las barras de metal están atravesando a Kurama —comentó el Hokage, refiriéndose a unas cuchillas que Shin había lanzado. Al final acabaron por entrar, clavándose en la espalda de Sasuke para que a Sarada no le llegasen.
—Acércate, Sasuke —le dijo a su padre. Él le hizo caso. Nanko le quitó las cuchillas y sanó sus heridas, aún con la katana encajada—. Ya está. —Sasuke asintió.
—Me llevaré vuestros Sharingans —explicó Shin. De repente, Sakura, le golpeó fuertemente.
—¡Shannaro! —exclamó ella, impactando su puño contra el suelo.
—¿¡Mamá!? —gritó Sarada, sorprendida.
—¿Qué le hacías a mi esposo y a mis hijas? —preguntó la de cabellos rosados, apretando los puños. —¿Qué rayos es este tipo?
—Eso quiero averiguar, pero ¿cómo has llegado hasta aquí? —preguntó Sasuke mientras Nanko se sacaba la Katana, y se curaba.
—¿Qué pasa con ellos? —comentó Chōchō, observando el comportamiento de Sakura hacia Sasuke y viceversa, los cuales no se comportaban como una pareja.
—Me alegra que estés bien, Sarada —afirmó Sakura, abrazándola.
—Sobrevalorado —comentó la menor, refiriéndose a la relación de su madre con su hermana para darse la vuelta e irse—. Yo no necesito amor.
Sakura y Sasuke hablaban mientras Nanko se preparaba para volver a Konoha, o eso hubiese querido.
—A ti te llevaremos con nosotros —dijo Shin, creando un portal que comenzó a succionar a Nanko.
—Mierda —susurró ella, siendo absorbida por el portal.
—¡Nanko! —exclamó su hermana, intentando agarrar su mano.
—No te acerques, lo único que conseguirás es arrastrarte conmigo —explicó, siendo totalmente tragada. Naruto trató de localizarla.
—Es inútil, no consigo rastrearla —explicó él, desactivando el modo Kyubi.
—Debemos ir tras ella. Es nuestra hija —le dijo Sasuke a Sakura con el ceño fruncido, ella no dijo nada—. Está bien, ya que nadie dice nada, seré yo el que vaya en busca de mi hija. —Zanjó la conversación.
—Yo también voy —comentó Sarada.
—Yo también iré —añadió la de ojos verdes.
—Contad conmigo.
Así todos fueron al rescate de Nanko, la cual se encontraba charlando "amigablemente" con los Shins.
—Lo único que tendréis de mi parte será una paliza, yo me apartaría —comentó, sosteniendo su Katana, que resplandecía.
—Procederemos a extirparte el Sharingan, pero por lo que veo, no eres usuaria del Mangekyou. —La Uchiha arqueó una ceja, como les gustaba martirizarla. —Por lo que veo eres descendiente de Itachi.
—Es mi tío —respondió ella, mirándolo seriamente.
En ese momento llegaron todos.
—¡Ya hemos llegado! —chilló Naruto
—Espero que la estrategia no consista solo en decir que han llegado, por favor —susurró Nanko para sí misma.
Todos comenzaron a pelear, y, minutos más tarde, iban camino a Konoha, victoriosos.
En casa de los Uchiha, los cuatro se encontraban comiendo.
—¿Cómo es estar en diferentes aldeas, papá? —preguntó curiosa la mayor, intentando sacar tema de conversación.
—Es interesante —respondió él, encogiéndose de hombros.
Nanko simplemente sorbía la sopa que Sakura había hecho, no solía comer su comida, normalmente era ella la que se la hacía.
—Sakura, siéntate —ordenó Sasuke, la nombrada tomó asiento.
—Claro, Sasuke. —Sonrió amablemente.
—Tengo una propuesta que hacerte, Nanko —dijo su padre, la susodicha le miró un poco sorprendida.
—Continúa —dijo, dejando la cuchara en el plato.
—¿Quieres venir conmigo, en mi viaje? —Nanko abrió los ojos, estupefacta, no era la única a la cual la propuesta había tomado desprevenida. —¿Y bien? ¿Aceptas? —preguntó él.
No tenía motivos para quedarse, pero tampoco los tenía para irse, acababa de empezar la academia, que, si bien, no era lo más emocionante, la llenaba un poco.
¿Qué haría?
Nanko es incapaz de imaginarse a sí misma siendo feliz, ya que no recuerda haberlo sido nunca.
ESTÁS LEYENDO
Mangekyou Sharingan | La hija de Sasuke
Fanfic1º L I B R O || S A G A S H A R I N G A N Dos gemelas, una con gafas y otra sin ellas, una con pelo corto y otra con pelo largo, una que ha recibido cariño y otra que no. una pequeña Sakura y una pequeña Sasuke, una Sarada y una Nanko. ___________...