—Hace una semana que nos fuimos de la aldea y ya me estás llevando otra vez a ella, ¿no te parece gracioso? —se quejó la de ojos negros, jugando con un coletero en su muñeca.
—Te tengo que enseñar varias cosas de nuestro clan, ¿o no quieres saber más sobre tus orígenes? —dijo Sasuke.
Nanko asintió, dejando escapar un suspiro, y se dejó guiar por su padre hasta llegar a un espeso bosque. Se adentraron en una especie de cueva, alumbrada únicamente por una antorcha que portaba el mayor.
—Es aquí —murmuró su padre, acercando la antorcha a una especie de roca. Nanko asintió no muy convencida. —Dime qué eres capaz de leer con tu Sharingan de tres aspas. —Señaló una tabla de piedra con unos símbolos extraños grabados en ella.
—Sí. —Nanko activó el Sharingan y comenzó a leer en voz alta el contenido de la tabla. —Buscando estabilidad, un dios fue dividido en yin y yang, la acción de esas dos fuerzas opuestas actuando juntas obtienen todas las cosas de la creación... —La niña frunció el ceño y realizó una mueca. —Se me complica la lectura, pero puedo descifrar esto. —Empezó a leer lo que podía entender. —Cuando alguien que posee el poder del Saṃsāra se acerca a la luna, un ojo se abrirá, que se reflejará en la luna para conceder el sueño eterno. —Sasuke asintió
—Es normal que no lo puedas leer entero, solo los usuarios del Rinnegan pueden —explicó el Uchiha. Nanko resopló, frustrada.
—Entonces, ¿para qué me pides que lo lea si ya puedes hacerlo tú y perfectamente? —preguntó ella, desactivando su poder ocular.
—Para comprobar cómo de poderoso es tu Sharingan —habló Sasuke.
—¿Y cómo de poderoso es? —cuestionó, sonriendo burlescamente.
—Bastante normal para alguien de tu edad —dijo el Uchiha. Nanko borró su sonrisilla y se sonrojó sutilmente.
—Vamos, que es mediocre —masculló Nanko, desviando su mirada a otro lado—. Lo siento, seguro que te he decepcionado.
—No está tan mal, no seas tan dura contigo misma. La mayoría de Uchihas, a tu edad, no tienen ni dos aspas. Es más, yo a tu edad tenía dos —comentó Sasuke, revolviendo el pelo de su hija. Ella asintió, no muy convencida—. Volvamos a la guarida, ¿sí?
—Claro —murmuró ella.
Los dos comenzaron su marcha hacia la guarida. Nanko sabía que su padre debía haber tenido otra intención oculta al llevarla ahí. Es más, ella había conseguido leer algo sobre tres dioses y desgarrar el cielo, pero no se lo comunicó a su progenitor porque no lo veía necesario. Se preguntó si Nayru y Momoshiki tendrían algo que ver.
Tras unos días de viaje, llegaron por fin a la guarida. Nanko subió las escaleras corriendo y se tiró en su cama sin esperar un segundo. Estaba muerta del sueño y había echado mucho de menos su colchón. Sasuke se sorprendió de que su hija tuviera la energía suficiente como para subir las escaleras tan rápidamente.
—Cama, dulce cama. —Dio un par de vueltas, enrollándose en los edredones. Se levantó y se asomó por la ventana. Hacía muy buen tiempo y le pareció una pena no tener un río cerca para nadar en él. —Qué hambre tengo —susurró, mirando una nube que parecía una rosquilla.
—Pues ven a comer —dijo su padre desde abajo, como si estuviese leyendo sus pensamientos.
—¡Voy, padre! —gritó, corriendo escaleras abajo y observó dos ensaladas sobre la mesa—. ¿Y el tomate? —Sasuke cogió unos cuantos tomates.
—Se me ha ocurrido una buena forma de cortarlos para que entrenes con la Katana también. Ven —ordenó Sasuke mientras ambos salían fuera. El hombre colocó dos cuencos a cada lado de la niña—. Coge tu Katana, yo te tiraré los tomates y tú tendrás que cortarlos, tienes que hacerlo de tal forma que no toquen el suelo, es decir, debes hacer que caigan en los cuencos, ¿entendido? —Nanko asintió con determinación. Quería enseñarle a su padre que era digna de ser su hija.
—No dejaré que una sola semilla caiga sobre el césped —comentó Nanko, desenvainando su Katana—. Nanko se dispone a batear. —Sasuke le lanzó el tomate y ella activó su Sharingan. La Uchiha cortó el tomate por la mitad y después realizó más cortes en paralelo. Todas y cada una de las rodajas cayeron en los cuencos. —Nanko batea, y... ¡¿qué ven mis ojos?! ¡Un corte limpio como una patena! —Sasuke negó, sonriendo sutilmente. Por fin, Nanko se comportaba como una niña, lo que, al fin y al cabo, era.
Nanko no suele pensar en nada que no esté relacionado con el mundo ninja. A veces, su familia ronda su mente, pero no lo hace por más de un minuto.
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Mangekyou Sharingan | La hija de Sasuke
Fanfiction1º L I B R O || S A G A S H A R I N G A N Dos gemelas, una con gafas y otra sin ellas, una con pelo corto y otra con pelo largo, una que ha recibido cariño y otra que no. una pequeña Sakura y una pequeña Sasuke, una Sarada y una Nanko. ___________...