Mangekyou Sharingan | La hija de Sasuke

Capítulo 35: Las raíces del árbol que nutre a Konoha.

     —¿Sabías que Mitsuki ha abandonado la aldea? —Nanko negó, sorbiendo de su café. —Pues en efecto, lo ha hecho —dijo su padre.

     —Bueno, no es que me importe demasiado... —contestó Nanko.

     —Pues debería, es un compañero de la Hoja. —Ella suspiró pesadamente, si su padre hubiera tenido aquella actitud de joven, Itachi seguiría vivo. Quizás precisamente por eso era por lo que se lo reprochaba.

     Nanko chasqueó la lengua y volvió a sorber de su café.

     —Bueno, ¿cómo te llevas con Boruto? —Nanko apoyó la taza en la mesa y frunció el ceño.

     —Es alguien muy pesado. —Sasuke se sorprendió ante la palabra usada para describir al hijo de su mejor amigo. —En serio, es muy pesado, no te lo puedes imaginar.

     —¿Te gusta Boruto? —Sasuke palideció ante el uso de la palabra que prácticamente designaba su matrimonio con Sakura.

     —¿Qué? Yo no tengo motivos para que me guste, ni él para que yo le guste. —Su padre frunció el ceño sutilmente. Su hija se le parecía mucho más de lo que creía, hasta hablaba como él. Se había dado cuenta de que, en efecto, la manzana no caía muy lejos del árbol. —Estás más blanco de lo normal, ¿te pasa algo? —Sasuke negó. —¿Sabes? Quizás el alcohol de hace unos días te ha sentado mal. No veas la que me liaste. —Sonrió ampliamente, pero, lejos de transmitir felicidad, le daba miedo.

     Miró a su hija por unos segundos, tenía la fuerza sobrehumana de Sakura, el carácter y las habilidades únicas de Sasuke y el sueño de Naruto. Sí, sin duda alguna, era la perfecta combinación del equipo siete del que él mismo formó parte. Removió el pelo de su hija sin motivo alguno.

     —Por cierto, Hiro ya ha llegado a la aldea. Por lo visto ha sido una misión difícil, pero la ha superado sin problemas —comentó Sasuke, que parecía estar enterado a tiempo real de todo lo que sucedía en Konoha.

     —Qué bien, seguro que Makoto se alegra —comentó la niña, aunque por el tono de voz se podía deducir que le importaba bien poco.

     —Bueno hablemos de las ruinas —dijo su padre. Nanko asintió—. Hace poco que estuvimos allí, ¿viste algo que llamara tu atención? —Ella apoyó su dedo índice en su barbilla.

     —Esperaba que me lo preguntaras. La verdad es que había un líquido muy extraño entre los huevos de los Zetsu, es decir, cualquier otro líquido se habría filtrado, pero no fue así con este. —Sasuke asintió.

     —Siento pedírtelo tan de repente, Nanko. —La niña miró a su padre con cierta desconfianza. —Necesito que me traigas algunos informes de Danzō. —Ella frunció el ceño, no sabía por qué la necesitaba para algo así.

     —¿Para qué? —Sasuke la miró seriamente.

     —No es de tu incumbencia. —Nanko alzó una ceja.

     —En realidad sí, me necesitas, sino no me lo habrías pedido. O me lo dices o no voy a por ellos. Tú eliges, padre. —El hombre suspiró con pesadez. A veces se preguntaba de quién había sacado aquella actitud, después reparaba en que él era su padre.

     —A veces maldigo esa cabecita tuya. —Le dio un zape en la frente. —Creo, creemos, que entre las antiguas filas de Raíz, se escondía un traidor, necesitamos unos documentos para asegurarnos. —Nanko asintió.

     —¿Ves qué fácil era? —Sasuke chasqueó la lengua. —Supongo que quieres que utilice el kunai del dios del Trueno, ¿me equivoco?

     —No, es justo lo que necesito. Naruto te lo regaló cuando ascendiste a ANBU, así que, a parte de su familia, eres la única que puede utilizarlo... —murmuró él.

     —No sé si tengo una marca en la base de Raíz. —Se quedó pensativa durante algunos segundos. —Sí, sí que la tengo, el Séptimo y el Sexto me llevaron para mi cumpleaños.

     —El mejor regalo de cumpleaños del mundo —comentó Sasuke a modo de broma.

     —Al menos ellos estuvieron ahí... —Él entreabrió la boca sutilmente, había sido un golpe bajo. Pero la cara de su hija seguía impasible, como si no hubiera dicho nada del otro mundo. —¿Qué documentos he de coger? —preguntó Nanko.

     —Están en una caja que pone "Raíces" o eso creo, la última vez que estuve allí no me fijé demasiado. —Nanko rodó los ojos.

     —Está bien, ahora vuelvo —dijo la Uchiha antes de esfumarse y llegar a un sitio en ruinas. Era una pena no poder llevar a más gente con ella cuando usaba el kunai, la cantidad de tiempo que ahorrarían al ir a la guarida sería inmensa.

SPOILER DE LA SAGA ANBU EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO. RECOMIENDO HABER LEÍDO HASTA EL CAPÍTULO 7 DE "RAÍZ".

En realidad, a Nanko no le importa que Sasuke no haya estado con ella cuando era pequeña, ya que prefería tenerlo lejos a que la tratara como el resto de su familia.