Nanko cerró los ojos, era una difícil decisión, abrió la boca para contestar, pero su hermana habló primero.
—¿Por qué? ¿Por qué siempre ella? —preguntó con la mirada gacha, mientras algunas lágrimas comenzaban a caer en la mesa—. ¿¡Por qué ella y no yo!? Yo también quiero ir, papá. ¿Por qué se lo ofreces a ella y no a mí? ¿Por qué ella es la fuerte? ¡No es justo! —exclamó Sarada. Sakura la miró con suma tristeza.
—Iré —dijo Nanko.
—Prepara una maleta con ropa y un bolso con tus armas y ungüentos ninja —habló el hombre—. Te esperaré, debemos hacernos una foto familiar. —Nanko se sorprendió, ¿estaría ella allí?
La Uchiha fue a su habitación, dispuesta a empacar su ropa, también haría una fotografía mental de cómo estaba su habitación, para asegurarse de que nadie tocaba nada en su ausencia.
Metió la mayoría de su ropa en su maleta, y unas cuantas compresas, también metió un collar, pero, mientras lo hacía, se dio cuenta de que era una pérdida de tiempo, por lo que decidió dejar a un clon haciendo eso mientras se iba a despedir de Tsunade, Boruto y Makoto.
La primera en recibir la visita fue Tsunade. La Uchiha le explicó la situación y la Quinta entendió por qué se quería ir. Tras un abrazo y unas cuantas lágrimas, la dejó ir, sabiendo que aquella podría ser su última vez juntas, pues ninguna de las dos sabía si volvería a Konoha.
Siguió Makoto, que, aunque era domingo, estaba despierta antes de las tres de la tarde —cosa poco habitual en ella. La Uchiha entró, sabiendo que no podría entrenar con ella en una temporada. La Hatake la miró, sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas y se lanzó a abrazarla, no quería dejarla ir sabiendo lo que había sufrido, pero al final accedió, y prometió que cuando volviese, sería bienvenida por ella y Kakashi con un montón de comida deliciosa, cocinada por ella misma.
Y por último, pero no por ello menos importante: el Uzumaki. Él se sorprendió y la abrazó, si era sincero, no se esperaba un gesto tan amable por parte de la chica. Al estar Himawari presente en la sala de estar, se entristeció por la partida de la Uchiha también. Aunque no se conocían demasiado, reconoció la tristeza de su hermano y se contagió de ella. Hinata se enteró de su marcha, también, la miró y sonrió, estaba contenta de que cambiase de aires. Boruto extendió su mano para que la Uchiha la agarrara, y, al momento de estrecharla, la abrazó.
Volvió a su casa, sintiéndose culpable de las lágrimas que se habían derramado.
Después visitaría a Naruto, o quizás no. No le apetecía después de que la hubiera despedido de ANBU.
Al entrar en su habitación, se encontró con que el clon había hecho la maleta y bajó con el bolso preparado.
Su familia estaba preparada para hacerse una foto familiar. Ella les miró sin saber qué hacer, su padre le hizo un gesto con la mano para que se acercarse. Al final, Nanko se puso en el extremo izquierdo, al lado de Sasuke, que puso su mano en el hombro de ella. A la derecha del hombre, Sarada, y en la punta derecha, Sakura, con sus manos en los hombros de su hija mayor.
Una vez realizada la fotografía, Sasuke y Nanko fueron a hablar con el Hokage.
—¿Ya te vas? Sabes que nadie te odia y qué podrías quedarte, ¿verdad? —le preguntó el Uzumaki al Uchiha.
—Ya lo sé, pero esta vez no marcho solo —respondió él. Naruto no pudo ocultar su sorpresa. Entonces, Sasuke se apartó a su derecha, dejando ver a su hija.
—Adiós, Hokage —dijo Nanko. Naruto frunció el ceño sutilmente.
—¿Estás seguro de eso? Nanko es una niña, justo acababa de dejar ANBU para poder ser una cría normal, no creo que sea la mejor opción para ella... —murmuró el rubio.
—Soy su padre, creo que sé lo que es mejor para ella —comentó Sasuke.
—Bueno, si ambos estáis de acuerdo, no me queda más que decirte adiós, Nanko —susurró el Uzumaki, revolviendo su melena.
Ambos Uchihas abandonaron la estancia y caminaron hasta la entrada de Konohagakure, siendo despedidos por su familia.
—¿Estás segura de que quieres venir? —cuestionó Sasuke, mirándola ya que estaba muy seria.
—Nunca he estado más segura de nada en la vida —respondió Nanko, volviendo su vista atrás por unos segundos.
Nanko estaba dejando atrás su villa, básicamente su vida. Su misión siempre había sido protegerla, y justamente se estaba marchando. No sabía si alejarse de Konoha le traería algo bueno, ni si podría sonsacar a su padre los motivos del odio de su madre, pero de algo estaba segura: seguirá protegiendo su aldea, entre las sombras, pero lo haría.
—Será un largo camino, lo sabes, ¿verdad? —preguntó Sasuke.
—Si no lo supiera, no habría venido —le dijo ella.
Nanko no es capaz de sentir cambios de temperatura en su brazo izquierdo por culpa de una lesión que se hizo relizando un jutsu.
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Mangekyou Sharingan | La hija de Sasuke
Fiksi Penggemar1º L I B R O || S A G A S H A R I N G A N Dos gemelas, una con gafas y otra sin ellas, una con pelo corto y otra con pelo largo, una que ha recibido cariño y otra que no. una pequeña Sakura y una pequeña Sasuke, una Sarada y una Nanko. ___________...