11

3.9K 209 16
                                    

—Quédate aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Quédate aquí... —Balbucee atontado viéndola agacharse para recoger su vestido del suelo ofreciéndome una hermosa vista de su pequeño trasero.

Ella levanto la mirada para verme a los ojos. — ¿Que...? —Susurró.

—Por favor, quédate, dormiremos, solo eso. —Hablé, en un intento desesperado de que se quedara.

Hannah lo dudó unos minutos pero al final, terminó accediendo.

En unos cuantos minutos más, comencé a arreglar la cama para que se sintiera cómoda.

—Ya está. —Musité feliz. Me encantaba la idea de dormir con mi Hannah, otra vez.

Su presencia se volvía una droga para mí. La necesitaba cerca para sentirme seguro.

Ella alegraba mis días con sus memes que buscaba en Internet.5

Había una posibilidad de que estuviera enamorado de ella, sin embargo no puedo estar 100% seguro

Enamorado.

No es una palabra que me prefiriera usar. No estaba enamorado de Hannah, simplemente sentía una fuerte atracción hacia ella. Quizás sea porque, cuando éramos niños, jugábamos a la mama y el papa. Imitábamos a nuestros padres. Yo no quería jugar a eso a la edad de 10 años pero, me rendía ante Hannah cuando ponía sus ojos llorosos mientras hacía un tierno puchero. Luego todo cambio, Hannah tenía entonces trece años y me había dicho que le gustaba un chico cuatro años mayor que ella. Siempre hemos tenido la facilidad de decirnos lo más personal pues, nos contábamos nuestros propios secretos teniendo confianza uno del otro.

El muy idiota le robó su primer beso a mi Hannah.

Ella decía que según él, era prohibido para ella pues, no pensaban de la misma forma. Él era un tipo con las hormonas alborotadas y ella, una niña entrando en la adolescencia. Bastante diferencia.

Lo prohibido irradiaba deseo y atracción.

Todo se complicó aún más cuando le dieron la plática sobre la sexualidad a Hannah.

Mis papas se lo explicaron con muchos detalles, yo estuve ahí. Sin que nadie lo supiera. Veía a Hannah cada vez más nerviosa cada vez que mis padres abrían la boca para seguir diciendo sobre ese tema.

Su inocencia era todo lo que tenía en esa edad, antes de que entrara a tercer grado de secundaria. Por eso no se avergonzó cuando me pregunto por qué le crecía su busto. En ese tiempo era todo un pervertido pues era un chico de dieciséis años y mis amigos ayudaban bastante a ser así. Recuerdo haberle dicho que era porque estaba creciendo su cuerpo. Ella me preguntó que si estaba creciendo, ¿Porque no me crecían a mí? Mi respuesta fue más o menos así como: Eso es porque yo soy un hombre, a mí me crecen otras partes del cuerpo. Ella volvió a preguntar con un ¿Cómo cuáles? Recuerdo también haberla mirado provocativamente y haberle dicho: Mi miembro.18

Me pareció que ella entendió porque ya no volvió a preguntar.

Su inocencia a los trece años fue debido a que, yo era muy responsable. Mis padres querían que sus hijos tuvieran la mejor educación y por eso estudiamos en colegios cuando recién empezamos a entrar a estos.

A mí me transfirieron a una escuela pública cuando entre a la secundaria mientras que Hannah no tuvo la misma suerte. Solo hasta que tuvieron problemas con un chico en el colegio que molestaba a Hannah violentamente decidieron cambiarla. Yo les propuse que la inscribieran en una escuela pública y así, es como ella ha estudiado en una escuela así.

Nos mudamos de casa a una más cerca de la secundaria, pero no sin antes darle una buena paliza al chico por haberse metido con mi pequeña.

Y así fue como Hannah perdió todo su encanto con su amiga más cercana, la inocencia. Sus compañeros la corrompieron a tal grado que me hicieron arrepentirme por siquiera haber hablado cuando ellos no sabían que hacer.

—Shawn... —Susurró Hannah cerca de mi rostro, sintiendo su aliento golpeándome en este. No me había dado cuenta que ahora estaba sentada a horcajadas sobre mí, lo cual hizo que me restregara un poco sobre el trasero de ella, a lo que Hannah soltó un gemido ahogado. Por Dios, cuantas ganas tenía de sacarle un gemido a Hannah.

Mi hermano. (Shawn Mendes) O R I G I N A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora