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Todo iba fluyendo muy bien, Hannah había rozado su mano por mi miembro varias veces, lo que me incitaba a seguir con mi trabajo

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Todo iba fluyendo muy bien, Hannah había rozado su mano por mi miembro varias veces, lo que me incitaba a seguir con mi trabajo. Hasta que, mi teléfono sonó.

—Joder —Gruñí dejando de besar a Hannah para revisar mi celular con una mano pues la otra la tenía en su cintura posesivamente.

Matthew.

—Joder, ¿qué quieres? —Espeté enojado. Hannah me dio un beso corto en mis labios y me beso el cuello. Esto se sentía tan bien. —Tranquila, gatita —Susurré apartando el teléfono para que no escucharan.

—Shawn, necesitas venir pronto, no sé qué le ocurre a este paciente, creo que tiene un problema pulmonar pero nose que es —Dijo totalmente asustado.

—Matt, contrólate, dime que características posee y te diré si es un problema pulmonar o no. —Hablé.

—Ah, está bien, mm, tiene, problemas para respirar y los alvéolos están dañados gravemente, creo que fumaba demasiado.

—Bien, Matthew, esto es un Enfisema, pero tienes que decirme como es, leve, moderado o severo.

— ¡Severo! ¡Es muy severo! ¡Shawn, tienes que regresar!

—Está bien, estaré ahí enseguida. —Musité y segundos después colgué. —Hannah, tengo que ir al hospital y...

— ¡Iré contigo! —Soltó de repente.

— ¿Segura? —Inquirí preocupado, no quiero retenerla allá por más de seis horas, mañana tiene que ir a clase.

—No tengo clases mañana —Dijo como si hubiera leído mis pensamientos.

—De acuerdo, recoge tus cosas, duraremos mucho tiempo en el hospital.

Ella asintió y se fue a las escaleras por unos minutos para después llegar con un pequeño bolso.

—Vámonos. —Dije y salimos de la casa.

***

— ¡Shawn! ¡Llegaste! —Gritó eufórico Matthew al verme entrar por la gran puerta de cristal. — ¿Quién es ella? —Dijo apuntando hacia Hannah que agarraba mi mano fuertemente.

—Mierda Matt, solo tenías que haber vigilado por mí y ya ¿por qué demonios estas en esta situación? —Comenté ignorando el hecho de que veía demasiado a mi Hannah

—Es que estaba vigilando y llego un paciente muy intoxicado, dijo que se estaba muriendo pero no dejaba de fumar y los doctores que aún quedaban lo ingresaron rápidamente ¡El tipo estaba loco!

— ¿Dónde está?

—En la habitación 403.

—Diles a los demás que preparen la sala de cirugía y que lleven al chico ahí. Estaré en unos momentos allá —Señalé a mis compañeros que me miraban expectantes.

Se podría decir que este ambiente ya lo he vivido. A mi corta edad he realizado muchas cirugías pues mi habilidad para hacerlo está al 100%. Lo único que faltaba era que me nombraran un verdadero doctor pero los muy idiotas no quieren hacerlo pues el nivel para permitir la edad es a los 21 años y yo solo tengo 19. Por eso, mis compañeros decidieron nombrarme su doctor oficial sin antes ser uno, por ellos es que he realizado muchas cirugías. Son como mis ayudantes y mis amigos.

—Hannah, necesito que te quedes aquí un momento, tal vez tarde una hora pero si tardo más, asegúrate de pedirle a la recepcionista que esta allá. —Murmuré y apunte discretamente a la chica que estaba ordenando unos papeles con ayuda de una computadora. —Que pases a la cámara de cristal que está un poco más arriba de la sala de cirugías. Dile mi nombre y ella hará todo lo demás. Desde donde estarás, podrás ver mi cirugía, pero si no quieres verlo, no lo hagas. Te quiero. —Hablé lo más rápido que pude y le di un beso en la frente. Ella asintió y me fui de ahí.

Llegue a mi vestidor y me cambie por un traje azul, también me lave las manos con un jabón especial porque al hacer una cirugía, debería de estar lo más limpio posible. Una chica un poco baja me puso un cobre bocas y mis guantes de látex.

— ¿Primerizo o todo un cerebrito? —Rió un poco la chica pelirroja.

—Yo diría, experto, ¿ya está listo? —Reí.

—Ya casi... manos. —dijo y extendí mis manos para que pasara una bata color blanco especial para las cirugías.

Después de prepararme, camine a paso veloz a la sala donde me esperaban tres chicos y el pequeño Matthew.

— ¿Qué tenemos aquí? —Murmuro revisando al paciente. —Datos.

—Taylor Caniff, 21 años, su salud estaba sana antes de empezar a fumar hace aproximadamente un año. Tiene un Enfisema severo que necesita una cirugía urgentemente. Al parecer fumaba en exceso. —Dijo Sebastián viéndome serio.

—Entonces, empecemos.

Mi hermano. (Shawn Mendes) O R I G I N A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora