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Después de unos momentos, Hannah bajo de su habitación cambiada y arreglada

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Después de unos momentos, Hannah bajo de su habitación cambiada y arreglada.

—Hey, hice tu desayuno. Pero come rápido que ya casi nos vamos a la escuela. —Musité sirviendo su hot cakes en un plato.

—Shawn, no quiero ir a la escuela.

— ¿Qué? ¿Por qué no?

—La escuela es aburrida.

—Eso no es cierto.

—Lo dices porque tu solo vas a la Universidad a platicar con chicas y ponerte tu bata blanca imitando ser un Doctor.

—Oye, seré un verdadero doctor, por si no lo sabes.

—Eso dímelo cuando este embarazada y vaya a tu Hospital a que me saques al niño.

Embarazada. Pensar en que Hannah pronto tendrá novio y harán cosas para que luego quede embarazada me enferma.

—Mejor come, ya es tarde.

Ella se comió todo lo que le di, pero como el estúpido que soy, se me olvido servirle su bebida.

— ¿Qué quieres de tomar?—Pregunté. —Hay leche, ¿quieres?

—Pues sí.

Le serví en un vaso de cristal y se lo entregue al mismo tiempo en que ella lo agarraba y se lo tomaba lentamente.

Cuando se lo acabo dejo el vaso y una pequeña gota color blanco estaba resbalando por sus labios.

— ¿Por qué me miras así?—Dijo mirándome confundida.

— ¿Ah? no no no, yo no te estoy mirando, solo estaba... pensando. —Sonreí nervioso.

Miré la hora en mi muñeca y solo faltaban veinte minutos.

—Joder, se hizo tarde, Hannah, apúrate, ve al auto, en un momento te alcanzo. —Ella hizo lo que le pedí y fui por las llaves que estaban en la sala.

Corrí hasta la puerta de la casa y salí para después cerrarla con llave.

Hannah estaba parada esperándome y cuando fui hacia ella, ya no traía nada en sus labios. Encendí el auto y ambos subimos rápidamente.

***

Llegue de la escuela y no duré más de cinco minutos cuando alguien toco el timbre.

Suspiré frustrado y abrí la puerta otra vez encontrándome con Shania.

Oh no.

— ¿Qué haces aquí? —Dije molesto.

—Solo quería verte bebe.

— ¿Cómo supiste donde vivía?

—Tus amigos me lo dijeron. Además, querías verme.

— ¿Acaso me ves la cara de querer verte?

—Ay, no seas maleducado. —Dijo mientras entraba a mi casa moviendo sus caderas exageradamente. —Tu siempre quieres verme.

—Eso no es cierto. 

—Claro que sí, pero, ya basta de hablar, hay que entrar en acción. —Dijo mientras caminaba seductora mente hacia mi. —Vamos a tu habitación.

Y dicho eso, subió las escaleras soltando unas risillas traviesas.

La seguí.

Pero no porque quisiera hacer travesuras con ella, sino que, quería que estuviera alejada de mí.

—Shania, tienes que irte.

—Oh vamos, ¿acaso esto no te gusta? tienes casa sola, eres mayor. —Suspiré. Esta chica era toda una fácil.

—Shania. —Musite, ella volteó a verme traviesa mente. —No entres ahí. Esa no es mi habitación, es la de mi hermana.

—Uy, veamos qué cosas esconde. —Dijo y abrió la puerta adentrándose en la habitación de Hannah.

—Shania, sal de allí. No puedes andar entrando en casa ni habitaciones ajenas.

Ella rió.

—Mira que tenemos aquí. —Musitó coquetamente acercándose a los cajones de Hannah.

Antes de que yo pudiera detenerla, Shania abrió un cajón y sacó un pequeño brasier color rosa.

—Mierda... —Cerré los ojos. Sentía que estaba metiéndome mucho a la privacidad de Hannah.

—Oh por Dios, Shawn, mira esto. —Quise abrir los ojos pero no lo hice, a lo mejor era una broma. —Oh vamos, ¿no quieres ver lo que tengo?

Abrí lentamente los ojos y Shania tenía ropa interior de encaje color negro.

— ¿De quién es esto? —Susurré, confundido.

—Tss, no sé, estaba aquí, ¿y si es de tu hermana?

—No, no, ella no usa eso.

— ¿Cómo lo sabes? ¿La has visto en ropa interior?

— ¿Qué? no, para nada.

—Mmm, ¿seguro? ¿Y, como lo sabes?

—Solo lo sé y ya, deja eso donde estaba.

—De acuerdo de acuerdo, solo déjame ir a tu habitación.

Si así se iría, entonces...

—Claro, pero apresúrate.

Soltó una risita. Diablos, como odiaba que fuera así.

Salió de la habitación y se dirigió a la mía.

¿Hannah usaba eso?

No, no lo creo, ella es demasiado pequeña para usarlo.

Me salí de aquella habitación también y fui a la sala a recostarme en el sofá que estaba frente a la televisión mientras cerraba los ojos intentando relajarme.

Escuche ruidos después de unos minutos pero le reste importancia, seguro era Shania tropezándose con sus propios pies. Es tan torpe.

De pronto, unos labios se posaron sobre los míos desesperadamente mientras que el cuerpo se subió arriba del mío.

La tomé de la cintura y la presione más contra mí. Abrí los ojos lentamente y vi el rostro de Hannah otra vez, sus dulces labios bailaban al compás de los míos, la tomé de la nuca y desee en ese momento que Hannah fuera ella.

—Shawn... —Gimió mi nombre y caí en la realidad que besaba de nuevo a Shania, en vez de Hannah.

La separe bruscamente de mí y me levante del sofá quitándome el brillo labial color rojo de mis labios.

—Tienes que irte, Shania, lo siento, eso jamás debió pasar. —La tomé del brazo y fui hacia la puerta.

Ella, rápidamente, me beso los labios y se fue riendo de mi casa.

¿Qué acabo de hacer?

Mi hermano. (Shawn Mendes) O R I G I N A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora