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Me encanta estar cómoda aquí en los brazos de alguien

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Me encanta estar cómoda aquí en los brazos de alguien. Son tan cómodos y fuertes y musculosos.

Lo que me recuerda a Shawn.

Cuando se quitaba la camisa y cargaba objetos pesados, haciendo que las venas de sus brazos resaltaran.

Ay joder, necesito tranquilizarme.

De pronto sentí que me sentaban en un carro.

¿Y si a lo mejor me violan?

Si es guapo, me dejo.

—Escúchame, Hannah. —Hablo aquella voz tan reconocida para mí. —Tienes que intentar estar despierta. —Su mano se colocó en mi rostro y acaricio mi mejilla dulcemente.

Abrí mis ojos y vi aquellos que tanto me encantaban.

—Nash, ¿Qué... qué pasó? —Su rostro lucia preocupado.

—El idiota de tu hermano te vio besar a Hayes y se puso como loco. Carter está intentando calmarlo pero el desgraciado está furioso.

—Nash, quiero dormir... no soporto mis parpados. —Susurré recargándome en su hombro.

—Es obvio, estúpida. Bebiste casi toda la cerveza que había. ¿No quieres más? —Dijo con notable sarcasmo.

—No estoy ahora para que me reproches cosas sin sentido. Quiero dormir y lo voy a hacer. —Pasé mis brazos alrededor de su cuello y el me abrazo mientras acariciaba mi cabello.

—El problema en el que te metiste esta de loco. —Susurró en mi oído hasta que un grito se escuchó en la casa de la fiesta.

Vi de reojo quien era y abrí mis ojos a tope cuando vi a mi hermano.

— ¿¡Dónde está!? —Gritó Shawn buscando algo con la mirada. Hasta que me vio. — ¡Hannah! ¡Maldita sea, vámonos! —Caminó hacia mí y quito a Nash de mi lado. — ¡Esta es la última vez que te dejo salir! —Me tomó del brazo y me jaló de golpe hacia su cuerpo.

—Shawn, intenta calmarte de una vez por todas, Hannah esta borracha y tiene cara de que va a vomitar.

Shawn me miró detenidamente y luego beso mi frente con dulzura, mirándome tiernamente.

Y luego miro a Nash serio.

—No quiero que vuelvan a invitarla a alguna estúpida fiesta, ¿escuchaste?

No tenía casi fuerzas, pero reuní todo el valor posible para decir lo siguiente:

—Nash no tiene la culpa, ni Cameron, ni Hayes. Yo fui la idiota de venir aquí por voluntad propia. —Shawn quitó el cabello de mi cara y luego me cargo entre sus brazos.

—Ya es hora de irnos, Hannah. —Dijo y me llevó hasta su carro.

Le dije adiós con la mano a Nash y este sonrió divertido.

Mi hermano. (Shawn Mendes) O R I G I N A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora