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Después de comer, fui a lavar mi auto

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Después de comer, fui a lavar mi auto. Después de todo, es mi bebé.

Pasaron unos minutos y cuando estaba por terminar, recibí un mensaje.

Shania.

Shawnie, iré a tu casa.

No te molestes en cambiarte si es que te estas bañando.

Te quiero.

Maldita sea.

Lo que me faltaba.

Termine rápido y fui adentro.

—Ma, ¿Adónde van? —Digo al ver correr a mi mamá por todas partes con un vestido de gala.

—Manuel me invito a salir. —Dijo ansiosa y con un extraño brillo en sus ojos. —Nos iremos en cuarenta minutos.

—Relájate mamá, solo es una salida.

— ¿Disculpa? —Dijo haciéndose la indignada. —No será solo una salida cuando vayas con esa persona especial. Y Manuel es la mía.

—De acuerdo, de acuerdo. —Dije levantando las manos en son de paz.

— ¿Qué sucede aquí? —Dijo Hannah bajando de las escaleras con su teléfono en mano.

—Nuestra querida madre va a tener una cita con papá. —Dije señalándola.

—No es una cita, es solo una... salida amorosa. —Dijo mi mamá nerviosa.

—Aww mamá, pareces una colegiala enamorada. —Sonrió Hannah.

De repente, el timbre sonó.

—Yo voy. —Dijo Hannah y fue rápido a la puerta.

Cuando la abrió se quedó parada ahí.

De inmediato, fui con ella dejando a mamá sola para que terminara de arreglarse en el espejo que está en la sala.

—Tu eres Hannah ¿cierto? —Sonrió forzadamente Shania. —Mi Shawn me ha contado muchas cosas sobre ti.

Hannah se cruzó de brazos y volteó a verme con seriedad.

— ¿Ah sí? Espero que te haya dicho cosas buenas. ¿No es así, Shawn?

—Sí. —Murmuré nervioso. — ¿Por qué no pasas, Shania?

Agarré a Hannah del brazo y nos hicimos a un lado dejando pasar a Shania que me miraba divertida.

—Voy a ir a mi habitación. —Me dijo al oído Hannah. —No puedo soportar tanta falsedad en una persona. —Dicho esto, se fue.

— ¿Qué haces aquí? —Le pregunté a Shania.

— ¿No viste mi mensaje? —Se colgó de mi cuello. —Vine a visitarte. Y parece que tu hermana necesita de mi ayuda.

— ¿De qué hablas? —Musité confundido.

—Esa chica, Ugh. —Hizo una mueca mientras caminaba hacia la cocina. Me di cuenta que mi mamá ya no estaba. —Dios, necesita un buen sexo oral. —Hurgó entre la nevera.

—No sé a lo que te refieres.

—Es más falsa que mi madre. ¡Por Dios! —Exclamó sacando un chocolate.

El chocolate.

—Te agradecería que no tomaras eso.

— ¿Qué? ¿Esto? —Dijo señalando el chocolate en sus manos.

Asentí serio.

—Solo es un chocolate.

—Es el chocolate de Hannah. Devuélvemelo. —Escupí a la defensiva.

Ella lo sacó de su envoltorio y se lo comió rápidamente.

Maldición.

—Oops. —Sonrió juguetona.

—Hannah se enojara.

— ¿Y qué? —Dijo irritada. — ¿Sabes qué? Iré con ella.

— ¿Qué? —Murmuré. — ¡No puedes!

—No tiene nada de malo. Esa chica necesita sexo oral ya lo dije. —Avanzó hacia las escaleras. —Y suerte que soy bisexual.

¿Qué?

— ¿Qué acabas de decir? —La tomé del antebrazo y ella volteó a verme sonriendo.

—No me mires así. No he tenido sexo en días y me siento... rara.

—A mi Hannah no la tocas. —Demandé una vez que me recupere del trance de su declaración.

— ¿Tu Hannah? Eres muy raro. Además, no la tocare, solo usare mi lengua, ya sabes, el mismo nombre lo dice, sexo o r a l.

—Al parecer comprendes las palabras.

—No soy una estúpida.

—Eso no lo demuestras. —La llevé a mi habitación. No quisiera que alguien nos escuchara discutiendo del sexo oral. —Escucha, no puedes tener sexo conmigo y luego con mi hermana. Eso se ve mal. Además, tienes veinticinco años, Hannah es una niña, no tiene experiencia, es decir, apenas y sabe lo que es la masturbación, ningún hombre la querría para acostarse con ella, es muy inexperta. — Mentira, ella sabe más que yo sobre eso. Joder, lo que tengo que decir para que no folle con mi pequeña. —Una chica de tu edad te vendría bien, son expertas en eso, quiero decir, algunas.

—Me gustó tu discurso pero necesito sexo.

—No vives del sexo, Shania.

—No querrás saberlo.

— ¿Sabes qué? Mejor vete de mi casa. —Ordené. Ya me tiene hasta los cojones con su ''quiero sexo y el que me lo dará serás tú o tu hermana''

—Pero Sha...

—Lo siento mucho pero vete. Creo que Hannah es mucho mejor que tú.

—Esa mocosa. ¡Bien! Me voy. —Exclamó molesta. —Pero esta no será la última vez que nos veamos.

—Créeme que sí. —Susurré cerca de ella. —Yo me encargare de eso.

Y se fue.



Hoy ando muy inspirada y no sé por qué.

En fin, nuevo capítulo, ya saben qué hacer.

Prepárense que se vienen más capítulos intensos.

Ajio ajio ajio.


Mi hermano. (Shawn Mendes) O R I G I N A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora