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— Shawn y yo somos muy unidos. —Dijo Shania abrazándolo de la cintura. —La otra vez, fuimos al cine y Shawn y yo nos abrazamos todo el día. —La falsedad de sus palabras me provocaba querer enviarla fuera de este lugar.

Aunque mi mamá parecía amarla.

Su cara de estar interesada en el tema me hacía pensar que a lo mejor ella no era mi madre.

Shawn solo estaba con la cabeza gacha viendo algo en el suelo.

Seguramente la dignidad que se le cayó.

Las horas pasaron y llegó la noche de nuevo.

Estar con Shania me hartaba.

Todos entraron a la casa riendo. Hasta Shawn, que ahora estaba de muy buen humor con Shania. Yo, me quede otro rato más fuera. Viendo como la Luna se reflejaba en el lago creando un maravilloso paisaje. Todavía tenía mi botella de refresco medio lleno así que le daba sorbos cada cierto tiempo hasta lograr acabármelo. Después de estar ahí un rato escuche pisadas atrás de mí.

Volteé rápidamente y vi a Shawn acercándose cada vez más hasta que llego hasta mi lugar. Se sentó en el césped junto a mí y nos quedamos callados hasta que él habló.

— La Luna es hermosa, ¿cierto?

— Sí, es hermosa. —Murmuré flexionando mis piernas hasta mi pecho y poner mis brazos en ellas.

— Hannah, todo eso que dijo Shania... no es verdad. —Su mano se puso en mi brazo y lo acarició. —Te quiero, Hannah. Y jamás te dejaría por otra chica.

— No digas palabras que puedan ser mentiras. —Digo notando la presencia de otra persona.

— Shawnie, ¿Por qué me dejaste sola? —La chillante voz de Shania se escuchó detrás de nosotros. Shawn se paró rápidamente poniéndose nervioso y se acercó a ella.

Me levanté dispuesta a irme cuando la voz de Shawn me detuvo.

— Aun no te vayas. Necesito mostrarte algo. —Me miró por encima del hombro de Shania y me quede ahí parada.

— ¿Me hablas a mí, amor? —Maldición, no puedo evitar sentir celos. —Creo que ya sé que puedas enseñarme. —Y sin dar el tiempo suficiente a Shawn para contestar, lo besó. Ella simplemente lo besó como si yo no estuviera ahí.

Y Shawn, él solo se dejó llevar.

Vi como Shania ponía las manos de él en su trasero y este lo tocaba.

No sentí ganas de llorar, pero me dio mucha decepción que Shawn hubiera hecho eso.

En el momento en el que crei que ellos estaban llevando sus toqueteos más apasionados, me largué de ahí sin que ninguno de ellos lo notara.

Entre a la casa y fui directamente a mi habitación y cerré la puerta con seguro. Busque mi pijama y ropa interior para darme un buen baño y cuando los encontré, cerré la puerta del baño sin seguro, ya que, anteriormente había cerrado la de la habitación y me prepare para relajarme con el agua.

Al fin, un momento de tranquilidad.

Shawn.

Me separe de Shania recuperándome del estúpido trance en el que estaba. Volteé a todas partes buscando a mi chica y no la encontré.

Soy un imbécil.

— Lo siento si te ilusione, Shania. Pero yo no puedo estar junto a ti como lo deseas. —Murmuré apenado. Ella me miro molesta. —Pero no te preocupes, tú puedes estar con quien sea. Después de todo eres...

— ¿Bisexual? —Ella rió sarcásticamente dejándome confundido. —No, cariño. No lo soy. No podrían gustarme las chicas tan estúpidas como tu hermana. Eres imbécil si crees que a alguien le pueda interesar.

— Basta. —Dije serio. —No te atrevas a hablar así de Hannah. Ella no es como tú.

— ¿Cómo, según tú? —Ella puso sus manos en su cadera y me miró frunciendo el ceño. — ¿Crees que tu hermana no es una puta?

Vaya, ni siquiera tuve que decírselo.

— Te irás en la mañana. —Demandé serio, pero por dentro estaba conteniendo las ganas de decirle tantas palabras que no están en mi vocabulario. —No me importa si apenas acabas de llegar, te irás y si te escucho hablar mal de Hannah de nuevo, esta vez, no me contendré y te irá mal.

— Como quieras. Nunca volverás a encontrar una mujer como yo. —Y sin más que decir, se fue al interior de la casa moviendo sus caderas exageradamente.

Resople frustrado y la seguí para ir con Hannah.

Llegue a nuestra habitación y cuando quise abrir la puerta, esta se encontraba cerrada con seguro.

— Shawn, ¿Qué haces aquí? —Dijo mi abuela llegando a mi lado.

— Hannah cerró la puerta con seguro.

— Oh, vaya. Típica pelea de hermanos. —Dijo riendo. —Ahora lo resuelvo. —Bajó las escaleras y pasados unos minutos volvió con una llave. —Aquí está la salvación de que duermas en el sofá. —Dijo contoneando la llave hasta ponerla en la cerradura hasta que la puerta se abrió con un empujón que le dio ella.

— Gracias abuela, en serio que eres la que hace magia de la familia. —Ella rió y me dio la llave.

— Tu madre nos ha dicho que se quedaran hasta el martes, así que, si hay otra pelea, solo recuerda que tienes la llave de tu hada madrina.

— De acuerdo.

— Buenas noches, Shawn. Intenta no roncar cuando duermes, no te sientas mal pero, a veces molesta. —Reí nervioso y ella entro a su habitación.

Qué bueno que mi mamá no dejó que Shania durmiera conmigo en vez de Hannah, eso hubiera sido realmente incómodo.

Entré lo más silencioso que pude y escuche el ruido de la regadera.

Sonreí para mis adentros y abrí la puerta siendo precavido de que Hannah no me tire con el jabón como lo hizo la otra vez.

Me quite la ropa quedando en bóxer por si algo salía mal y entre a la regadera con ella.

La abracé de la cintura y cuando iba a gritar la silencie con mi boca. Ella estaba molesta lo sabía, por eso no dejaba de patalear y de intentar separarme de ella pero no podía.

La misma rutina de ir al gimnasio había dado frutos, y vaya que sí.



Me encanta que pongan comentarios porque así se si les gusta la novela o no.

En fin, aquí está el nuevo capítulo de hoy.

Siempre me pregunto:

¿Porque siempre las dejo en las partes más interesantes?

Eso es uno de los misterios que tendrán que descubrir.

Adoro que pongan su opinión en la novela, so ya saben qué hacer.

Las amo demasiado, corazones de poio. Nunca lo olviden.

Bai.



Mi hermano. (Shawn Mendes) O R I G I N A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora