Heo Young Saeng
M
i nariz se mueve cuando siento el olor del café y me levantó de la cama al notar que Hyun Joong no esta a mi lado.
Camino descalzo hasta la cocina y sonrió al ver que esta picando fruta solo con sus bóxers.
Maldita sea, su cuerpo. Me hace sentir orgulloso de que todo eso sea mio.
—Buenos días -digo acercándome a el y voltea hacia mi.
—Crei que aun dormías -responde dándome espacio para colocarme entre el y la mesa.
Le quitó el cuchillo para ayudar y suspira abrazando mi cintura con su cabeza descansando en mi hombro.
—¿Para que es?
—Para los pancakes.
Sus labios bajan por mi cuello y me pegó mas a su cuerpo mientras continuó cortando las fresas.
—¿Que vamos a comer?
—Yo quiero comerte a ti -responde empezando a morder mi cuello.
No lo hace de modo sexual, solo esta jugando mientras suelta gruñidos sobreactuados y eso me hace reír.
—Basta -digo girando hacia el y me besa toda mi cara deteniéndose por unos segundos en mi boca.
—Te quiero -suelta de nuevo un poco sonrojado y no voy a negar que mi corazón me juega sucio porque no es normal la fuerza con la que late.
Disimula volviendo a mordisquear mi cuello y luego sus labios suben otra vez por mi piel para dejar un beso largo en mi frente, haciéndome suspirar.
Dios estoy tan enamorado.
Cuando comemos juntos, Hyun Joong es muy receptivo, casi nunca me cuenta sus cosas, a menos que las cuestione y ya me acostumbre. Además le gusta darme de comer en la boca de su plato y a mi me gusta mas que sea así.
Luego de acabar siempre jugamos a puedo, papel o tijera para ver quien lava los platos y casi siempre lo hace el, si no fuera azar creería que me deja ganar.
Se acuesta a mi lado en el sillón como todos los sábados con la música de un playlist que hicimos juntos en aleatorio.
A mi me gusta cantarle. Y aunque lo niegue lo he visto cantar mirándome a mi muchas veces.
—Bebé -dice pasando su dedo por mi abdomen y lo hunde en mi ombligo haciéndome reír.
—¡No hagas eso!
—Me gusta molestarte -responde besando mi mejilla.
—Tarado.
Se ríe un poco mas y empieza levantar la parte superior de mi pijama, para luego tirarla al sillón de a lado.
—¿Vamos a coger? -pregunto cuando saca también mi pantalón y el niega con la cabeza.
—Tenemos que ir ala ducha.
—¡No! ¿Por qué si no voy a salir hoy?
—Vamos a salir -responde levantándose y me carga agarrando mi cintura mientras yo me remuevo para bajarme.
—¡Dije que odio salir los sábados!
—Lo se, por eso voy a obligarte -indica sosteniendo mis piernas para que deje de patalear y me doy por vencido dejando que me lleve al baño.
Me pone el el piso y prende la llave sonriendome, aunque yo estoy mirándolo mal.
Hasta que se quita los bóxers.
Mi mirada va hasta su gran pene y ya estoy imaginando como va entrar en mi.
—No me mires asi. -me advierte parándose bajo el agua también y alcanza el jabón para pasarlo por mi cuerpo. —Estoy acá para dejarte limpio pero si lo sigues haciendo te voy a empujar contra la pared para meter mi polla en ti.
—Quiero que lo hagas -respondo mirando sus ojos y suspira girandome.
Me sostengo contra la loza fría y siento sus dedos pasar por mi agujero, abriendo mis nalgas.
—Las piernas -dice con la voz ronca luego de jadear y yo las abro un poco para darle espacio.
Entra con fuerza y suelto un pequeño grito aceptado con gusto cada una de sus embestidas.
Estan bueno haciéndolo que comprendo porque me he vuelto tan adicto a su cuerpo.