El único motivo por el que alguien como Becca se habría acercado a el en el colegio habría sido para pedirle los apuntes.
Las chicas como ella lo tenían fácil con los hombres. Jungkook sabía que una preciosidad como la recepcionista podría pescar a un tipo como Jimin sólo chasqueando con los dedos. Un tipo como Jimin... El hecho de tenerlo como cómplice hacía que el plan fuera todavía más irresistible.
Era imposible decir que no. Podía hacerlo. Iba a hacerlo. Por una vez en la vida sería el quien gastaba la broma y no el objeto de la broma.
—Muy bien —le dijo finalmente, consciente de que aquella fantasía le traería muchos problemas.
—Entonces aceptas el desafío, Jeon. A lo mejor incluso podemos mejorar tu fondo de armario.
—¿Qué pasa con mi ropa?
—Nada —se apresuró a decir él—. Tus trajes son muy... elegantes.
—Elegantes. Él se echó a reír.
—Demasiado estirados. A lo mejor podemos aflojarlos un poco.
—No voy a empezar a llevar ropa sexy en el trabajo, Jimin.
—De acuerdo —le dijo él, levantando las manos—. No necesitas ropa para verte sexy, Jungkook.
—¿Ya has empezado? Porque no hay necesidad.
—Digo la verdad.
—Tienes la lengua muy larga, Park Jimin, y yo no debería hacer esto. Él se rió aún más.
—Mira, tenemos que fingir que estamos viviendo un tórrido romance y después aplastas mi corazón. —Yo no voy aplastarte tu corazón.
—Lo sé —dijo él, riendo aún más.
Su corazón palpitaba sin control. Él era un hombre con amplia experiencia en las artes amorosas; un ligón empedernido, pero... ¿Cómo se atrevía a criticar su ropa? Le habían costado mucho dinero.
—Te crees un soltero de oro, ¿verdad? Él esbozó una sonrisa radiante.
—Tú lo has dicho, Jungkook. A las mujeres y hombrea les gusta jugar conmigo. ¿Qué otra cosa puedo decir?
—Por lo menos podrías reconocer que tienes un ego muy grande.
—Podemos dar a conocer algunos datos jugosos. Así seré una presa más apetecible.
—¿Como qué?
—Tengo mi propio negocio y gano millones al año. Tengo tres casas, incluyendo un chalé a pie de playa en el parque nacional de Abel Tasman. Sólo se puede acceder por barco y helicóptero.
—¡Tienes mucha imaginación, Jimin! Él lo miró con condescendencia.
—Es verdad. Al chico de las chapuzas le fue muy bien, Jungkook. ¿No lo sabías? El sacudió la cabeza.
—¿Un helicóptero?
—Con licencia.
—¿Un barco?
—Tres. Un yate, una lancha y un bote que es tan viejo que no debería contar, pero flota, así que cuenta.
El lo miró con una expresión de perplejidad. ¿Cómo era posible que nunca se hubiera enterado? En realidad, todo tenía sentido.
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Una tentadora propuesta | Jikook
RomanceSinopsis: De la noche a la mañana, perdió la cabeza por el hombre de sus sueños... Park JiMin era un millonario que trabajaba mucho y arriesgaba mucho, a diferencia de Jeon Jungkook, su antiguo vecino, un joven correcto y estirado. Asfixiado por un...