Pasaron por delante de un agente de seguridad que dirigía a la gente a los aparcamientos. Jimin le enseñó un papel y fueron conducidos hacia la parte de delante. Jungkook arqueó una ceja.
—Contactos, cariño, contactos —le dijo Jimin, fanfarroneando—. Olvidé que era esta semana... Y es perfecto para ti.
—Gracias —le dijo el con el corazón resplandeciente. Él lo miró y sonrió. Jungkook nunca se había sentido tan feliz como en ese momento. Un hombre como Jimin debía de estar acostumbrado a mimar a las mujeres o hombres, pero el prefería fingir que todo era de verdad. Él había hecho algo sólo para complacerlo, aunque sólo fuera por esa vez. Jimin le acarició la cara, pero el apartó la vista. Tenía que mantenerse sobrio. No quería terminar recogiendo los pedazos de su corazón roto.
Se unieron a una multitud en la entrada. Jimin caminaba junto a el, relajado y contento. Jungkook rebosaba felicidad.
—No puedo creer que tengas entradas. Esto es increíble. Siempre he querido venir, pero nunca me había decidido. Se detuvieron frente a un puesto donde se podían comprar flores para llevar. Jungkook se dejó llevar por Jimin.
—Mira ésa —él se paró delante de un delfino. Era del mismo color que la camiseta de Jungkook—. No eres una margarita. El sonrió.
—Sí que lo soy.
—Pero no eres común. Eres una de estas flores exóticas —señaló los pétalos rosáceos de una orquídea.
—No soy una margarita común —Jungkook miró a su alrededor y encontró la que buscaba. Tomó la maceta en sus manos y se la mostró a Jimin. Él miró la pequeña flor rojiza con escepticismo.
—Huelela —le dijo el, agitándola frente a su nariz.
—Huele a...
—Chocolate. Perfecto, ¿no?
—Es increíble —Jimin volvió a oler y se rió—. Sólo tú podrías encontrar una flor que huele a chocolate.
—Es la margarita chocolate. Dulce, ¿no crees?
[ESTA ES LA MARGARITA DE CHOCOLATE]
—Mucho —lo miró fijamente—. ¿Y qué significa? Jungkook frunció el ceño.
—¿Tenías que preguntar?
—Sí. Dímelo. El dejó la flor donde estaba y se dio media vuelta.
—Las margaritas representan la inocencia. Jimin se echó a reír y lo atrajo hacia sí. Sus labios se acercaron a un milímetro de distancia, pero entonces el lo miró con un gesto pícaro.
—Las reglas, Jimin —le dijo, recordándole que estaban rodeados de gente a plena luz del día.
—Cariño, tú ya no eres tan inocente. Ya no —le dijo, dejándolo soltarse. El echó a andar meneando las caderas.
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Una tentadora propuesta | Jikook
Roman d'amourSinopsis: De la noche a la mañana, perdió la cabeza por el hombre de sus sueños... Park JiMin era un millonario que trabajaba mucho y arriesgaba mucho, a diferencia de Jeon Jungkook, su antiguo vecino, un joven correcto y estirado. Asfixiado por un...