El Centro Comercial

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Octubre, 26. 2007.

*Narra Chris*

Hace casi dos semanas que Dulce estuvo con fiebre y náuseas. Aunque la meningitis había mejorado mucho gracias a los antibióticos que nos dió el doctor.

Hoy le quitaban ese yeso del brazo. Sus fracturas habían mejorado bastante. Y eso significa... Bueno, ya saben lo que significa.

Dulce: Amor, vámonos ya. Se nos hará tarde sino.

Me tomo la mano y jalo de mi brazo llevándome a rastras hasta la puerta.

Chris: Dul... Dul! Dulce, ya! Me duele...

Me soltó y giró rápidamente sobre sus tobillos. En sus ojos puedo ver la emoción. Me encanta ver ese brillo en sus ojos.

Dulce: Lo siento, amor. Es que ya quiero que me quiten esta cosa.

No puedo evitar soltar una carcajada. Es tan graciosa cuando se la ve totalmente frustrada de esa manera. Tomé su mano y caminamos juntos hasta el ascensor.

Ya estábamos en el hospital, sentados en la sala de espera. Yo pasaba las hojas de una de las revistas. Por el rabillo del ojo podía ver cómo Dulce perdía toda su paciencia. Golpeaba sus pies contra el mármol del suelo, tamborileando los dedos de sus manos contra el plástico del asiento y mirando a la puerta de la oficina del Doctor. Parecía una niña esperando que Santa traiga los regalos de navidad.

No pude evitar reírme. Aún recuerdo como en la cena del día de Navidad ella saltaba de aquí para allá todo el tiempo, y como a cada rato me recordaba qué le había pedido para esa navidad a Santa.

Dulce: De qué te ríes?- me preguntó sacándome de mis recuerdos.

Chris: De nada. Es que nunca has sido de tener mucha paciencia, Dul.

Dulce: Yo si tengo paciencia! Sólo que ahora quiero que me saquen este yeso ahora mismo. No lo soporto más!

Chris: Tranquila, Dul. Ya te van a...- me ví interrumpido por el Doctor saliendo de su oficina y llamando a Dulce.

Ambos entramos y empezamos con lo de siempre. Preguntas y más preguntas de si había hecho reposo, si había sentido dolores en tal parte del cuerpo, si otra vez había levantado fiebre, si había tenido náuseas nuevamente... Blah, blah, blah. Nunca llegaban a la parte que me importaba a mí. Sé que puedo sonar algo egoísta. Pero estoy ante mi diosa todos los días y no poder probar el exquisito sabor de su piel por todo este tiempo me tiene un poco ansioso, no les voy a mentir.

*Narra Dulce*

Doctor: Bueno Dulce, procedamos a quitarte el yeso.

Dulce: Por fin!

Doctor: Veo que estás algo emocionada por esto Dulce.- dijo divertido.

Dulce: Sin mentir Doctor, estoy harta del yeso. No me deja hacer nada!- refunfuñé como niña chiquita.

Doctor: Está bien. Entonces, será mejor que quitemos ese yeso lo antes posible...

Dulce: Por favor.

Con unas tijeras comenzó a cortar el yeso. Cuándo termino de cortarlo me lo quito y revisó mi brazo. Ya no había ningún problema en él.

Christopher y yo salimos del hospital. Llegamos al auto y el comienza a conducir. En el camino vamos en absoluto silencio, y puedo darme cuenta de que no está manejando hacia su departamento. Tampoco maneja al mío.

Dulce: Chris, adónde vamos?- el voltea a verme y sonríe.

Chris: Pues, a Triana le gusta mucho destrozar mis zapatos. Y ya era hora de que reemplacemos tu blusa.

No puedo evitar reírme. A Triana le encanta mordisquear las cosas. Sólo que ahora se entretiene con un juguete que le trajo Chris el otro día.

Llegamos al centro comercial y no puedo evitar pararme en cada una de la tiendas a observar que es lo que hay.

Seguimos caminando y mirando las tiendas. Chris lleva en sus manos tres bolsas. En dos de ellas lleva zapatos nuevos, y en la otra una camisa que le hice probarse y en la cual se veía muy sexy. Y yo, por otro lado, llevo cuatro bolsas. En dos de ellas lleva una blusa y una camisa nueva, y en las otras dos... Bueno... Digamos que Christopher tiene buen gusto en los conjuntos de lencería.

Vamos tomados de la mano. Christopher está distraído contándome una anécdota que le sucedió una vez en un viaje a Oaxaca. Luego mi mirada se posó en una tienda en particular. Mis ojos se aguaron y me quedé ajena de todo a mi alrededor.

*Narra Chris*

Yo seguía hablando y caminando hacia adelante hasta que Dul se quedó parada sin decir nada. Me gire y la ví con los ojos llenos de lágrimas. Me acerqué a ella y tome su rostro entre mis manos.

Chris: Amor, que tienes?

No me contesta. No aparta la mirada de dónde está. Me volteo y busco lo que ella ve, y encuentro... Ay no.

Una tienda de artículos para bebés y mujeres embarazadas. Me vuelvo hacia ella y me mira mientras pequeñas lágrimas caen de sus pestañas.

Dulce: No puedo evitarlo... Aún me duele Chris.

La rodeó con mis brazos y acaricio su cabello. Ella solloza en mi hombro y me abraza con fuerza. No puedo evitar sentir esa opresión en el pecho. A mí también me duele, pero debemos seguir adelante los dos. Juntos. Aún somos jóvenes y tenemos mucho por vivir.

****

Qué dicen? Creen que Dulce se recupere por completo de la perdida de su bebé y pueda seguir hacia delante? Qué creen que pase ahora con estos dos? Podrán superar el recuerdo de ese bebé juntos? O algo más pasará?

Espero que les hayan gustado los capítulos! Otra vez perdón por la tardanza🙏...

Las quiero!💖
Besos!😘✌

Un Amor Para Siempre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora