Superhéroes y Periodos.

664 59 3
                                    

  Noviembre 7, 2007.

*Narra Chris*

  Una semana había pasado ya desde que nos comprometimos, una bendita semana en la que íbamos, sin falta, a visitar a Tomás todas las tardes. Y no piensen mal, amo ir a visitar a mi hijo, pero cuando Dulce y yo vamos juntos siempre lo carga sólo ella, le da su biberón... Vaya, ahora que lo pienso mejor, estoy celoso. Pues, casi nunca me deja cargarlo, y con suerte lo hago cuando ella tiene que ir al baño o está distraída hablando con los demás niños de la casa hogar. Les hemos tomado mucho cariño a todos esos niños, Soleil y Dulce se hicieron muy amigas y cada vez que nos ve entrar al edificio corre a abrazar a Dulce y le cuenta las buenas nuevas, pues una familia quería adoptarla y estaba muy contenta.

Sí, si han puesto atención estarán esperando por esto. Sí dije mi hijo al referirme a Tomás, pues así lo siento y creo que Dulce también, tanto así que ya comenzó a comprarle regalos. Ahora cuando llego a casa, a veces me topo con una bolsa en el sofá y, dentro de esta, una ropita de la talla de Tomi, o un juguete, o un chupete, o un babero. Dulce ya ha perdido un poco el dolor que sentía antes al ver una tienda de artículos para bebés, ahora simplemente entra con una gran sonrisa llena de ilusión y compra todo lo que le parece necesario, y lo que no también, para Tomás.

  Me remuevo bajo las tibias sábanas, hoy es sábado así que puedo descansar todo lo que quiera, después de lo que vivimos anoche Dul y yo lo necesito. Siento un cosquilleo en la punta de mis dedos al pensar en Dulce, su rico aroma, su cálido cuerpo... Esperen. Su cálido cuerpo. Ruedo en la cama, aún con los ojos cerrados, buscando el cuerpo de Dulce y me decepcionó el no encontrarlo. Dónde está? Los fines de semana siempre los tenemos libres así que no pudo haberse ido a trabajar.

Dulce: Ahhh!

  Me incorporo de un salto en la cama al oír su grito. Tal cual súperhéroe, me levanto de la cama rápidamente y voy corriendo a su grito de auxilio. Llego junto a la puerta del baño y me imagino lo peor. Y si se calló mientras se estaba duchando? Y si se cortó con una de mis navajas para afeitar? Abrí la puerta del baño con miedo de encontrarla en el suelo y encontrar sangre. Al abrir la puerta por completo, me encuentro a Dulce sentada en el inodoro y tomándose la cabeza entre las manos con frustración.

Chris: Amor. Qué pasó que tienes?

Al escuchar mi voz, levantó la cabeza para mirarme como si fuera Superman que vino a salvarla de la más terrible situación.

Dulce: Chris, me acaba de bajar.

Chris: Y cuál es el problema?

Me mira como si fuera obvio y comienza a maldecir por lo bajo. Veo como trata de calmar su respiración y da pequeños masajes a sus sienes tratando de mantener la calma.

Dulce: El problema, Chris, es que me he quedado sin toallitas.

Chris: Toallitas?- pregunto divertido.- Son esas que se ponen ustedes en...

Dulce: Sí son esas.- espetó con enojo.- Necesito que vayas a conseguirme un paquete de estas.

Chris: Qué?!

  Ok. Esto se me está yendo mucho de las manos. Cuando imaginé encontrarme con sangre no me lo imaginé así. Ahora estaba en una farmacia a tres calles del depa recibiendo las instrucciones de Dulce por mensajes.

Dulce: Es un paquete de 16 unidades, el envoltorio es color morado y recuerda que debe decir "con alas".

  Esta mujer es intensa hasta por mensaje, juro que puedo sentir su frustración y enojo a través de cada mensaje que recibo de ella.

  Tomo un paquete que se asemeja demasiado a las descripciones que Dul me ha dado. Vuelvo al depa y al entrar al baño, me sorprendo al encontrarla intentado embocar bollitos de papel en el cesto de la ropa sucia.

Un Amor Para Siempre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora