Tomás

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Diciembre 12, 2007.

*Narra Chris*

Hoy era el día, la inspección de domicilio había ido de maravilla. Comenzamos a preparar el depa y cuando llegaron Dulce se había puesto tan nerviosa que cada comentario que yo hacía, ella me miraba de forma fulminante. Hasta que por fin nos dieron la aprobación y nos dijeron que muy pronto Tomás estaría pronto con nosotros.

Y hoy era el día, estaba todo hecho, solo quedaba terminar de acomodar toda la ropita de Tomi en el mueble de su habitación. Sí, Dulce se había emocionado tanto con todo que compró mucha ropa y juegos y demás.

Cuando llegué a casa no podía explicar los nervios que tenía, Dulce iba de aquí para allá y yo no podía dejar de saltar en mi lugar. Estaba emocionado, en tan sólo una hora Tomás sería nuestro hijo.

Llego el momento de ir a por él a la casa hogar, Dulce tomó un bolso lleno de cosas importantes para bebé, luego de recogerlo iríamos a pasear. Tomé mis llaves y ambos bajamos hasta el parking donde estaba aparcado mi auto, el cual ahora llevaba una sillita especial para bebés. Subimos al auto y tomamos rumbo hacia la casa hogar...

Por fin, Tomás estaba en brazos de Dulce jugando con su cabello mientras yo terminaba de firmar unos papeles. Cuando salimos tomé a Dulce junto con Tomás y los abracé sintiéndome lleno, mi familia...

*Narra Dulce*

Por fin, Tomás es nuestro hijo. Me siento más feliz que nunca, verlo reír y mirarme con sus enormes ojitos verdes es la octava maravilla del mundo.

Los tres estamos sentados en el césped, el sol brilla con tanta fuerza que agradezco a mi instinto por haber comprado un gorrito para Tomi. Él estaba más que concentrado jugando con unas llaves de juguete. Giré mi rostro para ver a Christopher mirándolo embobado, acaricié su rostro con mi mano y él volvió su mirada hacia mí.

Chris: Aún no puedo creer que por fin está con nosotros.

Dulce: Ni yo. Es tan hermoso...- acaricio la cabeza de Tomi, quien volteó y me mostró su hermosa sonrisita.

Mientras el niño balbuceaba palabras incomprensibles y jugaba con las llaves de plástico, yo y Chris comíamos unos sandwiches que había preparado. El sol se estaba escondiendo y se hacía tarde, así que decidimos volver a casa.

En el auto, Tomás iba dormido en su sillita, mientras yo no podía dejar de verlo, enamorada de mi hijo. Es tan surrealista que hace unos meses lloraba por la pérdida de mi hijo y ahora estaba viendo cómo Tomi dormía mientras su labios formaban un pequeño pucherito. Aunque sí aún sentía ese vacío en mi corazón, ya no me dolía tanto.

Cuando por fin llegamos al depa, yo cargué a Tomi que estaba profundo en mis brazos mientras que Christopher subía todas las cosas dentro del maletero, me gustaría ayudarlo, pero él se ofreció, así que ni modo.

Al abrir la puerta de entrada escuchó el ruido como de algo romperse, de inmediato pienso que Triana a roto algo pero me asusto al ver que ella está dormida sobre el sofá. Doy unos pasos hacia atrás, abrazando a Tomás con fuerza, hasta que choco con algo duro, me doy la vuelta, asustada, y me encuentro con Christopher, quien al ver mi cara de susto se preocupa.

Chris: Qué pasa?- susurra dejando todas las cosas que cargaba en el suelo, me toma la cara entre sus manos intentando calmarme.

Dulce: Creo que hay alguien en casa...- susurro con voz temblorosa, las lágrimas acechan con salir, tengo miedo y me abrazo a Tomi aún más fuerte tratando de calmar mi miedo.

Él me mira serio para luego separarse de mí y caminar lentamente y sin hacer ruido en dirección a la habitación. Intento calmarme pero cuando, después de unos minutos Chris aún no vuelve, me preocupo. Camino lentamente hasta estar frente al pasillo pero no me adentro en el.

Un Amor Para Siempre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora