El Amor Resurgirá O Nacerá? (Maratón 2/4)

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Septiembre 21, 2018.

*Narra Dulce*

Hoy era mi cita para inyectarme. Cuando salí del lugar me dirigí a una cafetería, necesitaba un café y oír la relajante música de allí. Escapar del mundo, de todos y de mí misma, de mis pensamientos. Al entrar choqué con un hombre haciendo que este derramara su café en su camisa.

Dulce: Oh, cómo lo siento de verdad. Iba distraída, y no lo vi...

Xx: Tranquila, no hay bronca...- se calló un momento mientras yo tomaba unas servilletas e intentaba remediar mi error.- Dulce?

Levanto la mirada al oír que él pronuncia mi nombre y al verlo más de cerca me doy cuenta de quién es.

Dulce: Ivan? No puede ser! Qué haces aquí?- digo abrazándolo.

Ivan: Aunque trabaje en el campo sigo siendo de la ciudad.- dijo divertido.

Dulce: Cierto, que tonta. Siento haber arruinado tu camisa, en verdad no te vi.- dije apenada.

Ivan: No te preocupes. Hay más camisas en el mundo.- dijo haciéndome reír.

Dulce: Tienes razón.

Ivan: Oye, ya que arruinaste mi camisa e hiciste que mi delicioso café helado se echara a perder, por qué no me invitas uno y nos ponemos al día?

Dulce: Con mucho gusto.- dije sonriendo.

Luego de una hora y un café para ambos, seguíamos platicando sobre lo que fue de nuestras vidas en estos seis años.

Ivan: Y nada, ella se aterró y salió corriendo.

Dulce: Tal vez, no estaba preparada para casarse. Quizá sentía que era muy temprano aún.

Ivan: Tal vez sí. Pero, yo ya he hablado demasiado. Cuéntame de ti. Dime, qué fue de la vida de Dulce?- preguntó haciéndome reír.

Dulce: Uff, pues pasaron muchas cosas... Tuve a mi hija y ya tiene cinco años. Escribí un reportaje sobre los terremotos que ha habido en México y fui ascendida... Y me divorcié, bueno no, me estoy divorciando de mi esposo.

Al decir eso Ivan abrió tanto los ojos que creí que se les iban a salir. Un amargo sabor se paseó por mi boca para luego dejarme disgustada. La palabra divorcio hizo eco en mi mente y una pequeña voz en mi cabeza me preguntó: En verdad quieres divorciarte?

Ivan: Te estás divorciando? Pero, cómo? Si hace seis años, en el campo, hablaste de tu esposo como si fueras la persona más afortunada del planeta...

Dulce: En seis años pueden pasar muchas cosas...

Ivan: Pero, de todas formas, no entiendo. Puedo sonar muy metido, y lo siento, pero acaso te engañó?

Dulce: Qué?! No! Claro que no.- dije riendo.- Él nunca me engañaría, sólo... Estuvimos juntos por mucho tiempo y ya no sé si es costumbre o amor...

Ivan: Menos mal, si no hubiera ido a dónde sea que él estuviese y le habría golpeado su madre. Nadie tiene el derecho de hacerle daño a tanta hermosura.- mis mejillas enrojecieron al oír su coqueteo hacia mí.

Dulce: Ivan...

Ivan: Lo siento, pero no puedo controlarme. Al ver tanta belleza simplemente quiero, tengo la necesidad, de hacerle saber la verdad.

Mis mejillas ardían. Era imposible evitar sonrojarse con tanto alago. Miré mi reloj y solté una maldición al ver la hora.

Dulce: Ya son las ocho?- dije impresionada.

Ivan: Al parecer...

Dulce: Okay, fue muy bueno volver a verte Ivan, pero ya debo irme a casa.

Ivan: No te preocupes, yo también debo irme. Oye, qué te parece si mañana vamos a cenar a algún lugar. Digo, si quieres. Si no quieres, está bien te entiendo...

Dulce: Me encantaría.- lo interrumpí.- Aquí está mi número.- dije entregándole mi tarjeta.- Ya debo irme, adiós.

Me despedí de él depositando un beso en su mejilla y salí de la cafetería para correr debajo de la lluvia hasta mi auto. En qué momento había pasado tan rápido el tiempo? Y en qué momento se echó a llover?

Llegué a casa con una pizza, le había prometido a Sabina que hoy cenaríamos pizza. Me dirigí a la cocina sin siquiera ver que en la sala estaban Tomás, Sabina y Christopher, sentados en el sofá y riendo mientra veían una película.

Al verlos me hicieron recordar los viejos tiempos, una sonrisa se instaló en mi rostro para luego esfumarse rápidamente. Me acerqué.

Dulce: Niños, a cenar.

Sabina: Papá se quedará a comer?

Al ver sus ojitos brillando, ansiando de que diga que sí, mi corazón se derritió. La misma voz que me había hablado antes me gritó: Déjalo quedarse! Tú lo quieres! Él lo quiere! Los niños lo quieren! Déjalo quedarse!

Dulce: Está bien. Pero sólo si él quiere.

Mis ojos se posaron en su perfecto rostro, se había dejado la barba crecer y estaba más apuesto que nunca. Él sonrió. Acaso quería matarme?! Mi piel se hizo chinita y un cosquilleo recorrió mi espalda.

Chris: Encantado.

La noche transcurrió tranquila, los niños nos hacían reír, la incomodidad y las peleas constantes desaparecieron. La pizza se terminó, y luego vimos una película. Los niños se durmieron, al igual que Christopher. Su cabeza descansaba sobre mi hombro y su respiración pausada rozaba mi cuello erizando mi piel.

Mi mano cobró vida propia y acarició la mejilla de Chris haciendo que este despierte y que yo quite mi mano de ahí rápidamente.

Chris: Ya se durmieron?- preguntó con voz ronca.

Mierda...

Dulce: Sí...

Él se incorporó cuidadosamente y luego tomó a Tomás en brazos y caminó con él llevándolo a su habitación. Yo hice lo mismo con Sabina hasta que él llegó y la tomó en brazos para hacerlo él. Terminé de arroparla y luego ambos salimos de su habitación. Cerré la puerta con cuidado para luego llevarme el susto de mi vida al verlo parado ahí, mirándome fijamente y impidiéndome el paso.

Dulce: Chris...- siseé.

Chris: Si?- susurró él en respuesta.

Dulce: Qué haces?

Chris: Sólo observo... Te ves hermosa.- dijo acercando su rostro al mío.

Dulce: Chris...- susurré antes de que sus labios capturaran los míos con deseo.

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Wow! Será que el amor pueda resurgir entre Chris y Dulce? O será que el amor nacerá entre Ivan y Dulce? 😱😂

✌😘

Un Amor Para Siempre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora