Preguntas Incómodas

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Enero 7, 2008.

*Narra Dulce*

Dulce: Qué pasa? Qué es lo que tengo?

Doctor: Dulce, estás con una anemia terrible.

Suelto un suspiro de alivio y frustración, ahora lo único que quiero hacer es levantarme de esta cama e ir a encontrar a esa vieja para darle unas buenas cachetadas.

Doctor: Has estado en situaciones de estrés últimamente y eso provoca el cansancio que estás pasando y los desmayos. Has estado alimentándote y bebiendo agua como debería ser?- me pregunta sin dejar de ver los papeles.

Dulce: Sinceramente, no. No he encontrado tiempo de preocuparme en mí por la mudanza y con todo lo de Christopher y ahora con Tomás...- suspiro sintiéndome cansada al nombrar todas las cosas que han sucedido en estos últimos días.

Doctor: Pues, ese es el culpable de que tengas los desmayos y mareo constantes, procura comenzar a hidratarte y alimentarte mejor o si no esto podría empeorar.

Dulce: De acuerdo Doctor, ya puede quitarme esto?

El Doctor mira su reloj y hace una mueca.

Doctor: Me temo que no, el suero le proporciona los nutrientes que a tu cuerpo le faltan y hasta que no llegue hasta poco más de la mitad no podré permitir que te quiten la intravenosa.

Dulce: Genial...- suspiro.

Doctor: Bueno, me toca atender a otro paciente. Te veré luego Dulce.

Dulce: Espere!- exclamo. El Doctor se da la vuelta y me mira.- Sabe si la mujer que hoy visitó a mi marido sigue con él?

Doctor: El horario de visitas terminó hace una hora, la única que puede permanecer ahora en la habitación de su marido es su madre.

Dulce: Oh, de acuerdo.- Genial! Adiós a las posibilidades de arrancarle la cabellera a esa golfa.

Doctor: Sucede algo?- preguntó curioso al ver mi reacción.

Dulce: No, nada. Solo que... No importa. No puedo ir a ver a mi esposo?- pregunté esperanzada.

Doctor: Puedo hacer que le traigan una silla de ruedas para transportarla junto con el suero.

Dulce: De acuerdo.- respondí. Creo que no me queda otra opción.

Quiero hablar con Chris y saber quién chingados era esa vieja y qué quería, y por qué le estaban tomados de la mano, y por qué Chris le sonreía así y...

Dulce: Tranquila, Dulce... De seguro no era nada, tal vez y fue una confusión...- trataba de convencerme a mí misma.

Pero, si fue una confusión, por qué estaban tomados de la mano y se sonreían?

Maldita sea mi mente! Maldita sea esa zorra resbalosa! Maldita sea todo!

En ese instante, la puerta de la habitación se abre y una enfermera llega empujando una silla de ruedas delante de ella. Me ayuda a sentarme para estar cómoda y luego coloca el suero junto a la silla y comienza a empujar la silla hasta que llegamos a la habitación de Chris.

Abre la puerta y me hace pasar empujando la silla, al entrar puedo ver a mi pequeño durmiendo en los brazos de su abuela y luego dirijo mi vista hasta la cama en la que se encuentra Christopher dormido.

Mierda, y ahora cómo le pregunto todo lo que quiero saber?

La enfermera me deja frente a Alex y luego se retira de la habitación. Alex me mira con una sonrisa y con los ojo brillantes.

Un Amor Para Siempre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora