Capítulo 4

511 34 11
                                    

Después de estar cinco minutos en la puerta Pablo volvió,su cara se había vuelto dura y parecía bastante tenso.

--Tengo que irme pero quiero asegurarme de que tienes claras tus tareas-cruzó lo brazos--Tienes que limpiar todo éste desastre,y a las 8:30 pm vendrá a buscarte Bob,él se encarga de la seguridad y de ahora en adelante tú vas a ayudarle. Solamente tienes que asegurarte de que las personas que van a estar en el concierto no porten armas. Los eventos al aire libre suelen ser más peligrosos,es por éso que tienes que hacer un trabajo impecable y avisarme si cualquier cosa llegara a ocurrir.

--¿Pretendes que me encargue del hogar y trabaje al mismo tiempo? Éso es un abuso-replicó Laura.

--Vaya entiendes rápido cara de ángel,antes de irme quiero dejarte bien claro una cosa. Los días aquí comienzan a las 8:00am,así que todos los días a las 8:30am tiene que estar el desayuno listo y agradecería que todos los días hubiera una jarra con jugo fresco,por las tardes te encargaras de hacer los deberes y la comida y más tarde ayudaras a Bob con la seguridad. Por cierto,ésa ropa de niña buena que usas no funciona aquí,así que si tienes algo más rudo no dudes en usarlo-salió con fuertes pisadas de la carabana y cerró la puerta con fuerza.

Laura dió un suspiro y se dispuso a terminar de desempacar sus cosas,después caminó hasta el fregadero y después de lavar un puñado de platos sucios,se sento sobre el sofá. Era bastante cómodo así que no tardó en quedarse dormida. ¿Cuánto tiempo se habría quedado dormida? ¿Cinco minutos?-se preguntó mientras abría los ojos sobresaltada. Escucho que tocaban la puerta con grandes golpes así que se levantó rápidamente del sofá y abrió la puerta. Al abrir la puerta vio a un hombre alto y calvo,vestía un chaleco de cuero y unos pantalones negros un poco rasgados.

--Hola soy Bob. Pablo esta bastante desesperado por que no llegas,me pidió que viniera a buscarte para que comiences a trabajar,estamos a pocos minutos de iniciar y hay una oleada de gente esperando-cruzó los brazos.

--Me he quedado dormida,lo siento mucho. Sólo necesito vestirme y en unos minutos estaré ahí-sonrió Laura.

Bob asintió con la cabeza y se marchó. Laura miró el reloj y se dió cuenta que había dormido prácticamente todo el día,fue rápidamente al armario y tomó un vestido un poco ajustado,se vistió y se hizo un maquillaje un poco cargado. Cuándo estaba lista salió rápidamente de la caravana y se encaminó hasta donde estaba su esposo,caminó entre las caravanas y pasó a un lado del escenario,justo a uno de los lados del escenario había una pequeña taquilla azul; estaba salpicada por un puñado de estrellas de colores y un letrero donde se leía: "Overworld". Laura entró y noto que el interior estaba bastante desordenado,había un escritorio oxidado junto con un viejo sofá con una pila de periodicos,también había una hilera de sillas maltrechas,un viejo archivero y una pequeña lámpara que no hacia juego con lo demás. Pablo estaba sentado detrás del escritorio,estaba haciendo una llamada mientras revisaba cuidadosamente unos papeles.

Pablo al ver que Laura había entrado a la taquilla,terminó la llamada bruscamente y se levantó.

--Cuándo digo que estés en un sitio a una hora, quiero que estés allí a ésa hora.

--Pero si apenas he llegado medía hora tarde-replicó ella.

Plablo fruncio el ceño y su voz se volvió todavía más aspera.

--No sabes nada sobre la vida real, ¿Verdad Laura? Esto es un trabajo, no es como tener una cita en la peluquería. De ahora en adelante, te quitaré cinco dolares del sueldo por cada minuto de retraso.

A Laura se le iluminó la cara.

--¿Vas a pagarme?

Él suspiró.

--Por supuesto que voy a pagarte. Es decir,si realmente llegas a hacer algo. Pero no creas que vas a poder comprarte diamantes. Los sueldos aquí son muy bajos, como puedes ver la mayoría de los que estamos aquí,hacemos esto por que nos encanta y no nos importa no recibir nada,sin embargo,hay otras personas que solo están aquí por el trabajo. Lo poco que recibimos tratamos de invertirlo siempre para dar mejores espectaculos,no tenemos grandes
escenarios por que al momento de querer movernos a otra ciudad,sería imposible desmontar todo en un día.

--Muy bien,entonces enseñame lo que tengo que haces-sonrió Laura.

A ella no le importaba recibir un sueldo bajo,de hecho,la emocionaba la idea de tener un empleo. Después de que Pablo le dió las instrucciones de todo lo que tenía que hacer,era muy sencillo y Laura aprendió de inmediato. Él estuvo acompañandola mientras entraban las primeras personas para asegurarse de que lo hacía bien, y cuando vio que no tenía ningun tipo de problemas le dijo que se iba.

Pablo fue a la caravana a vestirse y pasó las siguientes horas observando a Laura,notó que ella era muy amigable,en varias ocasiones se quedó conversado con algunas de las personas que iban llegando. De repente Pablo se sorprendió a si mismo con pensamientos eróticos,unos pensamientos que no había tenido en mucho tiempo.
Laura llevaba puesto un vestido que tenía una fila de botones en la parte delantera... pero no iba abrochado del todo y cada vez que se movía mostraba una provocativa cantidad de pierna. Un cinturón acentuaba su estrecha cintura, y para rematar, llevaba unas sandalias de tacón con tiras que se ataban a los tobillos. El efecto general era muy sexy, demasiado sexy. De hecho, cuanto más pensaba en Laura,más deseable le parecía.

Se preguntó con cuantos hombres se habría acostado, probablemente ni ella lo sabía, a pesar de su inocente apariencia,estaba claro que disfrutaba de los placeres de la vida. También era un poco atolondrada, así que no le costaba imaginarsela en la cama de cualquier PlayBoy,sin siquiera saber como llego hasta allí.

Mientras la observaba tuvo que contener el repentino deseo de tomarla en brazos y llevarla de vuelta a la caravana, donde la dejaría en la cama y satisfaría todas las preguntas que comenzaba a hacerse. ¿Cómo se verían cada uno de sus mechones sueltos y extendidos como cintas sobre la almohada? Quería observarla desnuda sobre las sábanas arrugadas, ver la palidez de su piel contra la de él más oscura; sopesar sus pechos con las manos. Quería olerla y sentir sus caricias.

El día anterior, tras la boda, se había dicho a sí mismo que no era el tipo de mujer con la que se acostaria, pero eso había sido antes de observar aquel redondo trasero bajo la sudadera cuando la despertó esa mañana. Había sido antes de observarla en el coche,cruzando y descruzando esas largas piernas. Tenía los pies bonitos y pequeños,con un empeine alto y delicado y las uñas pintadas con un fuerte color rojo.

No le gustaba que otros hombres supieran más de las apetencias sexuales de su esposa que él mismo. Pero también sabía que solo era cuestión de tiempo. No podía tocarla hasta asegurarse de que ella entendía cómo serían las cosas entre ambos. Y para entonces, había muchas posibilidades de que Laura tomara su maleta y se fuera.

Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora