Capítulo 7

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Mientras Savannah comprobaba la recaudación y hojeaba un montón de periódicos en la oficina, Laura vendió las entradas. Lo hizo de una manera mecánica,sonriéndoles a los clientes automáticamente, pero, aunque habló sin parar, sólo podía pensar en el apasionado beso que había compartido con Pablo y apenas prestó atención a lo que la gente decía. Se derretía ante el recuerdo, pero al mismo tiempo se sentía avergonzada. No debería haberse entregado a Pablo con tal abandono cuando él no sentía ningún respeto por su matrimonio.
En cuanto dejó de sonar la música de la presentación del espectáculo, Savannah desapareció sin decir ni una palabra y Laura salió de la taquilla y se sentó en las escaleras,justo después llegó Sarah y le hizo compañía.

----¿Cómo estás?-preguntó Sarah sonriendo.

----Estoy bien gracias.

----No se realmente que está ocurriendo con tu matrimonio,pero debes saber que puedes confiar en mi,se como te sientes,yo alguna vez fui la nueva y me costo bastante adaptarme a todo,pero se que lo lograras.

----Muchas gracias Sarah,es bueno contar aunque sea con una amiga. Todo esto es nuevo para mi y espero poder adptarme pronto-sonrió Laura.

----Todo el mundo habla de
ti. Dicen que Pablo se casó contigo porque estás embarazada.

—Eso no es cierto. —repuso Laura, pero antes de que pudiera añadir nada más, sonó el teléfono y se volvió para contestar. —Overworld Rock festival...

—Con José Pablo, por favor —dijo una voz masculina.

—Lo siento, en este momento no está aquí.

—¿Podría decirle que lo llamó Jacob Salomón? Ya tiene mi número. Y dígale también que el doctor Theobald está intentando ponerse en contacto con él.

—Le daré el recado. —Colgó y se preguntó quiénes serían esas personas mientras anotaba el mensaje para Pablo. Había demasiadas cosas sobre él que no parecía que se las fuera a contar.
Sarah se había ido mientras hablaba por teléfono. Con un suspiro, cerró con llave el cajón de la recaudación, apagó las luces y salió de la taquilla. No quería regresar a la caravana así que comenzó a caminar por los alrededores.  La joven se hundió en la hierba, donde se sentó en silencio y se abrazó las rodillas,observando lo que había a su alrededor. Oyó la música que anunciaba el fin del espectáculo, las voces de los trabajadores que
iban de un lado para otro del recinto y los sonidos habituales mientras recogían los puestos. Casi no había dormido la noche anterior y se fue adormeciendo poco a poco. Se le cayeron los párpados, pero no llegó a cerrarlos por completo. Apoyó la mejilla en las rodillas y continuó observando todo con los ojos entrecerrados.

***

Pablo estaba furioso. Miró a Savannah Parks y, después, al látigo que él tenía enroscado en el puño. La noche del sábado era el día de cobro de los empleados y algunos ya estaban
borrachos, así que llevaba el látigo como medida de precaución. Sin embargo, no eran los trabajadores los que le molestaban.

—¿A caso no pensaban decirme lo que paso ayer? —declaró Savannah, —y Laura no va a librarse de ésta porque sea tu esposa. —El tono bajo y firme acentuaba la rabia contenida en ella.

La promesa que Pablo le había hecho a Ryan en el lecho de muerte hacía que tuviera constantes enfrentamientos con su hija. Savannah Parks era su patrona y estaba resuelta a presionarlo tanto como le fuera posible. Pero él estaba decidido a respetar los deseos de Ryan. Era un compromiso que no satisfacía a ninguno de los dos y era inevitable que entre ellos surgiera una guerra abierta.

—No es para tanto,todo quedó en una simple pelea y como puedes ver no llego a mayores y nadie resulto herido.

Mientras lo decía, Pablo se sintió furioso consigo mismo por intentar defenderla de algo de lo que era culpable.

Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora