Capítulo 43

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—Puede que eso fuera cierto antes, pero ya no lo es. Tú pusiste mi mundo patas arribas.—Cerró los ojos y cuando los volvió a abrir estaban llenos de dolor.—Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, y de repente tú llegaste a mi vida con tus comentarios inteligentes, tu inocencia, tu belleza y tu tranquila temeridad y todo lo que había antes de ti empezó a parecer aburrido, vacío, mediocre. Ya no era nada....Y me enamoré.—susurró.

Tal vez fuera por lo cómoda que se sentía bajo el corazón de Misha, o tal vez fuera el dolor de Pablo, pero Laura sintió que la gélida barrera que rodeaba su corazón comenzaba a agrietarse. A pesar de todo, todavía lo amaba. Se había mentido a sí misma cuando se dijo que no lo hacía. Él era su alma gemela y su corazón siempre le pertenecería. Con esa certeza llegó un conocimiento más profundo y amargo. Si volvía a caer víctima del amor que sentía por él, podría acabar destruida y, por el bien del bebé, no podía permitir que eso ocurriera.

—¿Es que no lo ves? Sólo te sientes culpable.

—Eso no es cierto.
 
—Eres un hombre orgulloso. Has violado tu código del honor e intentas arreglarlo. Lo entiendo, pero no voy a dejar que mi vida se base en unas palabras que no sientes de verdad. Este bebé es demasiado importante para mí.

—El bebé también es importante para mí.

Ella hizo una mueca de dolor.

—No digas eso, por favor.

—Te probaría mi amor si pudiera, pero no sé cómo hacerlo.

—Tienes que dejarme ir. Sé que eso heriría tu orgullo y lo siento, pero vivir contigo así es demasiado duro para mí, cada vez que intento seguir adelante, apareces...actuando como

-¿Actuando como que?

-Como... tal vez solo quieres que sea tan infeliz como tu.

-Jamás le desearía eso a alguien. Quiero que seas feliz

-Entonces mira en tu interior,en el alma que se que tienes y déjame ir.

Él no dijo nada. Ella cerró los ojos e intentó ocultarse tras la helada barrera que la había mantenido en pie hasta entonces, pero Pablo había provocado demasiadas grietas.

—Por favor, Pablo —susurró entrecortadamente. —Por favor, deja que me vaya.

La voz de Pablo apenas era un susurro.

—¿Es eso lo que quieres de verdad?

Laura asintió con la cabeza. Jamás había pensado que lo vería tan derrotado, pero en ese momento la chispa que ardía en el interior de Pablo pareció apagarse.

—Vale —dijo con voz ronca. —Que sea como tú quieras. Eres libre de irte si tú así lo quieres.

Si eso era lo que quería, ¿por qué le dolía tanto? A su lado se movió una sombra, pero los dos estaban demasiado absortos en su sufrimiento para darse cuenta de que alguien más había escuchado la conversación. Laura se fue y Pablo solo podía sentir como algo se moria nuevamente en su interior.

-Pablo... ¿Por que hiciste éso?-preguntó Sarah desde las sombras.

-Por que la amo....pero no puedo hacerla feliz.

Sarah se sentó a su lado y le dió una palmadita en el hombro.

-José Pablo Minor Romanov encontró la horma de su zapato en una mujer que es todo amor. Quién lo diría ¿No? Siempre decías que jamás te casarias y mira nada más como ha cambiado tu vida en tan pocos meses. Llego una mujer que logro descongelar tu corazón y te enseñó a amar, aunque hay una cosa que todavía no entiendo. Tú no querías a Laura ¿Que te hizo cambiar de opinión?

Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora