Capítulo 4: Isla de Dragones (Parte 4/4)

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IV

Al entrar, pude ver como a los chicos los apartaban de los dragones. Astrid peleaba para soltarse del agarre de los guardias (mastodontes), mientras los gemelos y Patapez se sentaron en la parte trasera de la jaula. Astrid siguió peleando contra la reja una vez dentro, Brutacio empezó a jugar con una taza que encontró y Patapez casi estalla en llanto, lo único que lo delataba era la expresión de tristeza y temor en su rostro, Brutilda se sentó de brazos cruzados sin pronunciar algo.

Cuando Astrid se volteó empezaron a discutir de como escapar de ahí, Patapez propuso guerra psicológica, por su parte Brutacio proporciono otra de sus locuras que esta vez se trataba de excavar un túnel, lo cual hubiese sido mejor si estuviéramos en tierra, Brutilda trato de aportar algo pero en ese momento escuche los alaridos de los dragones.

Fui a investigar que pasaba, y sorpresivamente los dragones de los chicos no eran los únicos cautivos, había un nader mortífero morado en una de las jaulas cerca de los aposentos del capitán. Me acerque al dragón atravesando la reja por uno de los agujeros de esta. Al estar frente a este, salí de la invisibilidad lo cual hizo que el dragón se asustara dando un salto atrás y preparando su cola para lanzarme una espina. El tratar de tranquilizarlo tuvo ciertamente en la criatura ya que cuando estire mí para acariciar su cabeza la puso en mi palma.

Le dedique una sonrisa y me hice invisible al escuchar pasos cerca. Me asome y vi que los mastodontes llevaban a Astrid a la oficina de comandante, una chica con cabellera oscura como la noche echa trenza de caía sobre su hombro y seguía hasta la cintura, con una vestimenta entre plateada, grisease y marrón, le di el paso a Astrid.

Aproveche ese momento para salir de la jaula y dirigirme a donde los chicos. Ahí otra vez me hice visible, Brutacio casi suelta un alarido pero antes de que algún ruido estallara en el lugar llegue a taparle la boca.

-¡Cállate, o quieres que me descubran!-dije en un susurro molesto a Brutacio aun tapándole la boca lo cual hizo que perdiera equilibro y terminara en el suelo junto con Patapez-Entonces... ¿Cuál es nuestro plan?-pregunte dirigiéndome a Brutilda y Patapez.

-Estaba pesando en una guerra psicológica, nos aprendemos los nombres de los guardias, somos amigables con ellos, y cuando bajen la guardia escapamos- Sinceramente, Patapez es un chico antiviolencia y su idea era muy tardada aparte de aburrida.

-No lo creo-dije poniéndome seria y cruzando los brazos-A menos, claro...que quieras pasar más de cuatro meses aquí y es probable que en el transcurso los maten incluyendo a sus dragones.

-Podríamos robarle la llave al guardia cuando tengamos la oportunidad-dijo Brutilda recargada en una pared con toda la serenidad del mundo.

-No es tan mala idea... aunque eso solo soluciona el problema de esta jaula-dije apuntándola con la mano- El guardia lleva como cerrajero el puñado de las llaves que abren las demás celdas, sin mencionar las cadenas.

-Primero lo primero, lograr estar cerca del guardia-dijo Brutilda antes de que me hiciera invisible otra vez debido al ruido de pasos que escuche detrás de nosotros.

Después de que el guardia trajera a Astrid y la encerrara de nuevo con los chicos. Astrid les conto lo que había sucedido adentro. Curiosamente Astrid les conto sobre el ojo del dragón y la orilla incluyendo la ubicación de ambos, lo que hizo que Brutilda se pusiera en su contra aunque automáticamente agregó que dijo una mentira la cual era que había un ejército en la base esto para evitar que invadieran la orilla.

Mientras yo fui a investigar a los demás barcos que navegaban a los lados si no había más dragones, afortunadamente no, también aproveche para quitarle las llaves de todas las jaulas de los dragones al guardia que se quedó dormido sobre una lanza.

Al regresar con los chicos, Brutilda ya tenía la llave de su jaula, me la dio una vez que estaba adentro fuera de mi invisibilidad.

-Esto es lo que haremos-dijo Astrid-Yûki se llevara todas las llaves abrirá las jaulas y después cuando ella vea que este despejado vendrá a sacarnos para que vallamos por nuestros dragones.

En eso yo salí de ahí, noquee a todos los guardias que pude excepto los del camarote ya que si lo hacía alertarían a los demás barcos. Fui a liberar a los chicos cuando ya no había moros en la costa, fueron por sus dragones y yo por el nader morado. Salí de ahí sin ninguna complicación ya que mantuve al dragón invisible durante todo momento.

Ya en el puente, espere a que los demás salieran y efectivamente salieron pero no con sus dragones sino que los atraparon y después separaron para trabajar como esclavos del tal Ryker.

Pasaron las horas y yo simplemente me senté a observar como escaparían ya que no podía salir de la invisibilidad y comprometer al dragón a ser enjaulado otra vez. Brutacio discutía con Astrid cuando de la nada Hipo y Patán surcaron los cielos con sus dragones encima de los barcos, pude divisar que los dragones vestían una tipo armadura blanca, cruzaron cerca de los barcos, les lanzaron flechas que los golpearon pero no caían. En eso golpee la cubierta del barco haciéndole un agujero gigante en el cual saltaron Astrid y Brutacio, Salí de la invisibilidad y subí a los cielos con todos los demás y nos alejamos de ahí como pudimos.

Después de salir del alcance de los cazadores los chicos se la pasaron felicitando a Patán por su excelente trabajo con las armaduras. Ellos iban unos cuantos metros enfrente de mí, nadie le prestó atención al enorme dragón purpura que estaba montando hasta que Hipo fue a mi lado y me empezó a cuestionar de que como lo había logrado si nunca antes había montado uno, y cosas así.

Algunos minutos después me separe del grupo para volar con el dragón hacia el norte, no sin antes despedirme de Hipo y explicarle lo que estaba haciendo, de un momento a otro, mi ropa volvió a ser la de antes mi reloj había vuelto y el GPS servía otra vez.

Volé hasta Japón donde las chicas me recibieron muy bien, se notaba que estaban preocupadas por mí, todas excepto Eli que ya se encontraba jugando con el dragón y después me imploro si se lo podía quedar, yo no me opuse a la idea y terminando mi oración, Eli lo nombro "Lightning".

La Leyenda de Yûki San [#PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora