La Leyenda de Yûki San [#PlusUltra19]

Capítulo 37: El mal y la justicia, tienen una misma arma

La eterna batalla del bien contra el mal. En cada historia hay un héroe y un antagonista, ambos buscan la derrota del otro. En todos lados existe la oscuridad y la luz; las sombras que se opacan con un brillo intenso, crecen cuando se debilita o se aleja. Ángeles y demonios que te piden decidir, pelear y destruir, siempre para un beneficio unilateral. Mientras uno te pide pelear por el bien y la bondad, la verdad y lo justo; el otro hace todo lo posible por acabarlo. Dependiendo de qué lado te encuentres, debes defender su causa, sin importar las causas que tenga. Nadie piensa en el "por qué" ya que la mayoría de las situaciones ni siquiera dejan hacerlo. El bien y el mal. El difícil equilibrio entre el caos y el exceso de orden.

Las incontables peleas, siempre acaban con un vencedor. Perder o ganar a nadie beneficiará, solo trae tristeza y gran pesar. ¿Quién hizo la división? Incluso los demonios fueron ángeles alguna vez. Se necesitan ambos lados para mantener el equilibrio. Pero cuando uno quiere más poder que el otro, la balanza cae hacia un lado. Envidia, codicia, venganza, odio, rencor, las causan del mal para tomar ventaja. Bondad, honestidad, compasión, coraje, valentía, heroísmo, las causas del bien. ¿Qué se necesita para prevalecer en el orden?

Toda maldad destruir, esperando estar en un mundo feliz. Un mundo de sonrisas, donde todos puedan sentirse a salvo. El don de los héroes con esa sonrisa que te dice que todo estará bien, es lo más preciado para la sociedad actual. Muy pocos tienen ese don. Y muchos lo adoran y otros lo odian. Todo es balance, si el odio aumenta, el riesgo de que el pilar caiga es mayor. La admiración son los cimientos, entre más fuertes sean, más tiempo podrán estar de pie contra el mal.

Sonrisas.

Aquello que los verdaderos héroes buscan proteger. Sonrisas honestas, no sádicas ni demoníacas, de verdad. Las que reflejan la bondad en uno. Usa el arma de tu sonrisa contra aquellos que quieren ver tus lágrimas, recordó lo que alguna vez su abuelo le dijo. La sociedad era así por ese gesto. Mientras las sonrisas, alguna de las muchas formas que tiene la luz de esparcirse, estén donde todos los civiles estén, la balanza estará a favor del bien. Porque es el arma que todos poseemos para enfrentarnos contra los males del mundo.

–Es vergonzoso, pero ahora, puedo vencerte sin reservas –señaló All Might después de toser levemente –, ¡All for One!

–Veo que trajiste amigos– murmuró el de la máscara girando a donde se encontraba la chica y el recién llegado, Gran Torino –No se te hace suficiente solo tu muerte. ¿Por qué tienes que involucrar a más?

– ¡Entrometerse es parte de ser un héroe! –gritó Yûki tratando de aminorar un poco aquella aura tensa.

– ¿Eh? Tú eres una niña, ¿qué podrías saber de eso? –habló con desdén –Y ¿qué le pasa a tu cabello? ¿Acaso tratas de imitar a este mediocre?

–Tsk –chasqueó la lengua y frunció el ceño con notorio enfado.

Estaba en su segunda fase, por lo que su cabello, a moción de muchos, se llegaría a parecer al de All Might. Eso le empezaba a frustrar la paciencia, por las tantas veces que lo había escuchado en menos de un mes. Pero lo que llego a verdaderamente sacarla de sus casillas, fue el hecho de que insinuó que era una ignorante. Era imposible que no la reconociera porque llevaba su armadura, lo que hizo que su enfado aumentará, ¿acaso creía impotente al número tres?

Sus ojos se iluminaron con un intenso celeste, el cual hacia la ilusión de fuego azul, consecuencia de la ira que sentía en aquellos momentos, su casco se cerró y afirmó su posición de defensa, lista para derrotarlo, enseñándole de lo que era capaz.

–Yûki shojo– murmuró el Símbolo de la Paz.

Era evidente que la observación de All for One sobre su presencia le había impactado de gran forma al pensar en las posibles consecuencias. Pero al voltear a ver a la joven, viendo el aura dorada que expedía y la determinación mezclada con el leve gesto de enfado que le había inyectado el adversario al comentar eso de ella, supo que con ella las posibilidades de salir victoriosos, eran mayores