🎉Especial Mi Cumpleaños🎂

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Otra mañana de nieve en las residencias de la academia, despertó junto con los rayos del sol que se filtraban por la cortina de la puerta al balcón. Se sentó en la orilla derecha de su cama y dio una mirada adormilada a todo el cuarto, bostezo por última vez antes de pararse y dirigirse al balcón.

La piel de sus pies descalzos sobre el helado concreto cubierto de nieve no llego a despertarla del tono. Inclusive la fría brisa que despeino un poco más sus castaños cabellos no hizo efecto alguno a sus brazos descubiertos. Se arrodillo en la blanca alfombra natural, y en un rápido movimiento hundió a cara en esta. El grosor aproximado era de unos treinta centímetros, y como se trataba de nieve suelta, no le lastimaría. Saco su rostro en el momento que todos sus sentidos despertaron.

–Otro día más, ¿no? – murmuró para si antes de volver adentro cerrando la puerta tras ellas.

Apenas eran las cuatro de la mañana, nadie a excepción de ella estaba despierta en toda la academia. Ya estaba vestida con unos leggings y una sudadera deportiva, terminando de amarrar las agujetas de sus zapatillas, preparada para salir a correr por todo el terreno de la academia con un peso adicional de quinientos kilogramos. ¿Qué se le podía hacer? Ese día usualmente entrenaba desde la salida del sol hasta el ocaso, pero el tener que asistir a la academia no se lo permitía. Regreso al bloque de dormitorios pasados una hora cuarenta y cinco minutos de carrera continúa. Entro a su habitación echando cerrojo a la puerta detrás de ella, entro al cuarto de bao y tomo una rápida ducha.

Las cosas no serían sencillas ese día. Querida ir a entrenar con su abuelo en cuanto la campana de fin de clases sonara, pero ni siquiera habían iniciado. Cerca de las seis y media, ya se encontraba arreglada y con el uniforme puesto, retiro el cerrojo antes de voltearse hacia su escritorio y encender el monitor holográfico. Había demasiadas cosas que hacer y muy poco tiempo. Abrió la base de datos, y entre códigos, documentos, archivos y demás, empezó la investigación de un caso ajeno.

Escuchó las voces de Uraraka y Tsuyu alejándose por el pasillo hacia el elevador, le pareció raro porque apenas habían pasado quince minutos desde que se sentó, faltaban aun media hora para el desayuno. Dejo de tomarle importancia un minuto después y regreso su atención al monitor.

– ¿Está bien que hagamos esto? –cuestiono Uraraka en un susurro– No es muy temprano...

–No te preocupes por eso Uraraka-san– tranquilizó Tsuyu– Yûki-chan siempre se despierta antes que todos nosotros, kero.

–Aunque no les recomendaría hacer esto– murmuró Sakura– Siento que van a hacer que se agobie con tanta atención que le están dando.

–Es solo que nos parece injusto que ella no pueda disfrutar de la misma forma que nosotros estás fechas– argumentó Yaoyorozu.

–Yao-momo tienen razón Sakura– habló Kirishima– Solo son estas semanas las que tenemos para agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros.

–No me refiero a eso, Eijiro-kun– negó suavemente con la cabeza la ojirroja– Es solo que creo que ella no estará aquí en la tarde.

– ¿Ah? ¿Por qué? –exclamó Mina.

–Usualmente va a entrenar con su abuelo este día– respondió pensativa.

–Y... ¿qué no puede posponerlo? – preguntó Denki.

–Eso quisiera. Ni siquiera es seguro de que él venga, todo el año se la pasa entrenando en otro mundo, y no hemos sabido nada de él desde marzo del año pasado. Ella tiene la esperanza pero...– el volumen de su habla fue decayendo mientras más avanzaba.

– ¡Entonces habrá que hacer una fiesta nocturna! – exclamó Kirishima.

–Shhhh, baja la voz– cayó Toru– Aun es muy temprano.

La Leyenda de Yûki San [#PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora