Capítulo 5: Escuela y... ¿novio?

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Era la mañana de un domingo y mi tranquilo sueño había sido interrumpido por Carolina, quien irrumpió en mi cuarto dando fuertes golpes a la puerta eléctrica que había bloqueado. Me levante con pereza y entre bostezo me dirigí a la puerta la desbloque con los ojos cerrados.

-Mande-dije aun adormilada.

-Llego esto a mi casa-dijo dándome un sobre blanco con un sello- es para nosotras pero va dirigido a ti.

-Entonces... ¿husmeaste en mi correspondencia?-pregunte haciéndome la molesta recargándome sobre la pared.

-Pues... sí-dijo llevándose una mano a la nuca, estaba a punto de continuar cuando dije.

-No te preocupes-después ella se dirigió de nuevo al puente.

Entre nuevamente en mi cuarto, mire el reloj digital colgado encima de una repisa de madera de sauce: 9 y media, deje la carta en mi escritorio y me dirigí al baño y me lave, saliendo me vestí con una sudadera negra y pantalones de mezclilla. Volví a tomar el sobre y leí su contenido.

Señorita San,

Le escribo la carta presente con motivo de informarle que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le solicita a usted y a su grupo presentarse en alguna escuela del mundo durante su edad estudiantil.

ONU confía en la aceptación de esta propuesta, con motivo de mantenerlas en los documentos mundiales, y no crear disturbios en los documentos actuales.

Esperamos su pronta respuesta.

Sinceramente, nunca pensé que volveríamos a la escuela y mucho menos que sería la ONU quien nos pidiera regresar. Creo que causaríamos más problemas de los que hacíamos si fuéramos.

De la nada sonó mi celular, conteste y de la otra línea se escuchaba a un hombre con voz grave que pedía que confirmara una nueva secundaria para el grupo, yo sin más decidí re-inscribirnos en nuestra antigua secundaria. Inmediatamente el hombre colgó.

Después de estar un rato leyendo tirada en mi cama, me dirigí a la cocina a desayunar algo.

Ya en la sala, me serví un poco de ramen.

Al acabármelo fui a ver en donde estaban las chicas. Al entrar en la zona de la alberca pude distinguir las risas de las chicas, me senté al borde de la alberca y vi como nadaban: Midori iba a la cabeza seguida por Sakura quienes daban de crol en los carriles 2 y 3, mientras Yui nadaba de dorso muy lento en el quinto.

Cuando se acercaron, les conté sobre lo que había pasado. Sakura refunfuño ya que ella realmente odia la escuela y las demás me pusieron mala cara. Así se la pasaron hasta que llegó la hora de entrenar donde se cansaron tanto que no pudieron sostener la mala mirada.

A la mañana siguiente nos paramos a las 4 y media de la mañana, las chicas se veían más somnolientas que un oso que acababa de despertar de su hibernación. Aunque con mala gana preparamos nuestras mochilas y fuimos volando hasta la escuela.

Descendimos a unas cuantas cuadras de esta y caminamos el tramo que nos faltaba. Fuimos por nuestros horarios, dejamos las cosas en los casilleros y tomamos clase. Algunos maestros nos regañaban por interrumpir la clase corrigiéndolos.

Pero lo más interesante fue a la hora del recreo: estábamos sentadas en una de las bancas cuando un grupo de chicas se acercó a nosotras.

-Upps, lo siento- dijo una de ellas derramando agua sobre mi cabeza. Trate de tranquilizarme respirando lentamente y afortunadamente lo logre y con agua control me saqué el agua.

-¿Qué eres?-dijeron al unisonó dieron un paso hacia atrás. Solo las ignore y seguí hablando con Midori. Lo cual no resulto tan bien.

-Mira mocosa presumida-dijo la ruda de ellas agarrándome de la chamarra haciendo que me parará del enojo agarrándole la mano apretando su palma haciendo que se pusiera de rodillas de dolor.

La Leyenda de Yûki San [#PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora