Capítulo 22: Un día sin Quirk

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Los primeros rayos de sol apenas se dejaban ver en el cielo, el cual había adquirido un tono purpura grisáceo. En los cuartos de los chicos, no había ningún alma despierta aún. Mientras que a la intemperie, Sakura y Yûki se encontraban entrenando en el oasis de montañas.

-Apenas son las seis-se quejó la azabache terminando de dar un puñetazo a una gran formación de piedra que acabo destruida.

-No te desanimes-sonrió la castaña-. Apenas llevamos una hora entrenando-lanzo varios golpes al aire, creando ráfagas de viento.

-¿Cómo fue que conseguiste que Aizawa dejara que vinieran?-pregunto entre jadeos apoyándose en sus rodillas.

-Sabes que tengo mis formas de convencer a las personas-esbozo una sonrisa maliciosa-Pero... en este caso fue él quien pidió que los entrenase.

-¿Por qué crees que te lo haya pedido?

-Supongo que es por falta de habilidades de combate cuerpo a cuerpo-reconstruyo la montaña que su amiga había destruido-. Por ejemplo, has visto como contraataca Denki o Todoroki, no conocen el acercarse y darle un golpe directo al oponente.

-Eso tiene sentido-dirigió una mirada traviesa a una "roca" suelta a su lado, la tomo y...-. ¡Piensa rápido!- llamo a la castaña haciéndola voltear en el instante que el proyectil impacto con todas las fuerzas de la azabache su frente.

-Ay, ay- se quejó repetidas veces por el dolor poniéndose de cuclillas cubriendo la zona, ahora roja- ¡¿Y eso que fue?!

-Una roca-rio.

-¡Te juro que eso no era una roca!-reprimía las ganas de partirle la cara a Sakura-¡Si me dolió!

-¿Cómo estas tan segura de eso?-sonrió maliciosamente.

-¡Creo que se te está olvidando que puedo sentir las vibraciones de la tierra incluyendo rocas!- levanto la mirada- ¡¿Qué chingados me aventaste?!-pregunto molesta.

-Si no fue una roca... no tengo ni idea.

-Pudiste haberme aventado una granada y tu ni en cuenta, ¿verdad?- la azabache asintió sonriente-Tenías que ser...-murmuro para sí poniéndose de pie.

-Mira-señalo Sakura el cielo-.Hace tiempo no veía uno.

-Más de siete años sin ver uno por estos lados ¿no?-sonrió-. Bueno dejemos eso para luego, tenemos cosas que hacer-emprendió el vuelo de regreso al cuartel dejando a su paso una estela blanquecina.

Los chicos de la clase 1-A estaban dispersos por toda el área. Yûki le había dado un entrenamiento especial a cada uno dependiendo de sus habilidades y sus debilidades. También la chica les había entregado unas muñequeras con un peso extra, bastante mínimo para o acostumbrado, incluso las de algunos chicos no superaban los cinco kilos.

-Bien Bakugo-el rubio cenizo y la castaña se encontraban en una pequeña lancha al lado de la pared del acantilado- Te toca hacer alpinismo.

-Tsk-bufo el chico- Tan fácil.

-¿Crees que es fácil?-pregunto burlonamente- ¿Crees que solo por haber hecho alpinismo unas cuantas veces en tu vida como pasatiempo podrás con esto?-rio- Te recuerdo que no puedes utilizar tu quirk y no tendrás ningún tipo de seguridad. Comprendes ¿verdad?

-¡Claro que puedo fea!-grito con su clásica expresión de enfado e ira- ¡¿Qué diablos te hace pensar lo contrario?!

-Tu carácter-dijo tranquilamente- Para la escalada libre tienes que tener suma paciencia y calma, de lo contrario, terminaras nadando con los peces literalmente.-Katsuki no supo cómo responder, no era la primera vez que la joven se quedaba con la última palabra.

La Leyenda de Yûki San [#PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora