Capítulo 10: Historia en Tokio

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La carretera seguía mojada por la lluvia de hace unas horas, los coches se empezaban a notar con más frecuencia cada minuto. Los faros empezaban a adornar la carretera con su luz artificial. De un momento a otro el tráfico de la capital de la tierra del sol naciente se hizo presenté.

-Llegamos chicas-Yûki ánimo a sus compañeras de viaje a despertarse. Yui que estaba acostada en el regazo de Midori se enderezó tallándose los ojos.

-¿Qué pasa Yû?-preguntó adormilada entre bostezos Yui.

-Llegamos-repitió la piloto de la camioneta.

Sakura y Midori fueron despertándose paulatinamente mientras que Yui miraba con asombró por la ventana. Las coloridas luces de los anuncios alumbraban de manera especial las caras de las pasajeras atravesando los negros cristales que no permitían la intrusión de una mirada exterior.

Pasando por las calles de la metrópoli un tanto desiertas debido a la hora, las chicas por fin llegaron a su destino.

Entrando al complejo habitacional de edificios blancos, bajaron al estacionamiento a dejar la camioneta.

-¿Me ayudan a bajar las cosas chicas?-pregunto una castaña abriendo la cajuela.

-Claro-respondí casi inmediatamente Midori.

-¡Yo bajo la comida!-gritó Sakura con un pocky a medio comer en la boca.

-Shhhh-chitó Yui-¡Hay gente durmiendo, ten un poco de consideración mujer!-susurro con enfado.

-Solo ayuden quieren-reclamó Yûki trepándose a la camioneta para empezar a bajar todas las bolsas y maletas que había en ésta.

-Okey-susurro con pesadez Sakura.

Ya con todas las cosas en mano, las chicas se dirigieron a un elevador cercano, apretaron el botón para ir al 15 piso, donde se encontraba su, en pocos instantes, hogar. No más llegar Yûki les abrió paso al lujoso recinto abriendo la puerta de éste. Al prender la luz esté se reveló dejando boquiabiertas a Yui y a Midori.

-¡WOW!-exclamó Yui.

-¡Es jodidamente grande!- Midori acabó el halago a la inmobiliaria.

-¡Ahora hay que poner manos a la obra!

-¡Hai!-dijeron al unísono.

Empezaron a limpiar antes que nada los cuartos, librándolos de espantoso polvo que cubría al suelo de madera. Luego fueron pintando las paredes de blanco con ayuda del aguacontrol de Yûki y Midori, y con la ayuda de Sakura fueron secándola más rápido. Gracias al cielo no tenían vecinos con sueño ligero.

Los muebles se acomodaron prácticamente en un santiamén al igual que la decoración. Lo complicado fue la instalación de los electrodomésticos, ya que a Yûki, la de más experiencia con éstas cosas se le estaba cansando la vista ya que dentro de poco serían las 5am y con ello se cumplirían las veinticuatro horas sin dormir.

Todo acabó cerca de las 6am. Yûki ya no podía con el cansancio ya que no solo tuvo que quedarse despierta por un largo período, sino que también había entrenado exhaustivamente el día anterior y en esos precisos instantes el dolor se manifestó. Se tumbó en su nueva cama, cubriéndose los ojos con su ante brazo para que la luz de la lámpara de techo no le incomodará. Después de un par de minuto, palmeo la colcha en busca de su celular, al tocar la resbalosa superficie de este, no tardo en tomarle, agarrándolo para dejarlo sostenido encima de su cara después de quitar su brazo derecho de la cara.

(...)

El ocaso se hacía notar en el cielo, reflejando sus icónicos colores en el lienzo que pronto se volvería un manto estrellado. Los últimos rayos del sol penetraron por el centro de las cortinas, su trayecto se podía distinguir por las partículas con las que chocaba, se topó con una cabellera castaña que con su magia se convertía a un dorado, que bien, no le podría pertenecer ni a la más fina joyería de oro.

La Leyenda de Yûki San [#PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora