Capítulo 39: Secretos evidentes

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La noche se despejo con el paso de pocos minutos, al cabo de un tiempo, todas las constelaciones de verano eran visibles desde el patio de la entrada de los dormitorios de la clase 1-A. Hace unos instantes que todos se habían retirado a sus cuartos para descansar, a excepción de los siete que habían salido, y la castaña de cabellera más corta que se encontraba tras un pilar junto a la ventana, maximizando su sentido del oído para espiar la conversación.

–Tsu-chan dijo que quería decirles algo –informó Uraraka.

–No puedo evitar decir todo lo que pienso –Asui hablaba con la voz entrecortada –. Pero hay veces en que no sé qué decir. ¿Recuerdan lo que dije en el hospital?

–Sí, lo recuerdo –afirmó decaído Izuku con la mirada gacha.

–Mi corazón se endureció y dije cosas malas –agachó la cabeza tratando de reprimir lo que sus sentimientos provocaban.

–Tsuyu-chan... –Uraraka se acercó para consolarla.

–Aun así, ustedes fueron –su voz parecía cada vez más afectada por el pronto llanto –. Cuando escuché lo de esta mañana, me sorprendí. Creí que los detuve, me sentía decepcionada y molesta. No sé qué decir. No creí que podría divertirme con los demás, sabiendo que dije eso. Pero, eso me puso muy triste –las lágrimas empezaron a desbordarse, resbalando por su mejillas para caer al césped.

Las palabras de la peliverde tenían gran impactó sobre sus compañeros. Era la primera vez en los cuatro meses que llevaban de conocerse que la veían llorar. La inquebrantable Tsuyu Asui sucumbió a las lágrimas que sostenía desde hace una semana.

–Por eso quería decírselos aunque no encontrase las palabras, para poder volver a hablar y divertirme con ustedes –trató de contener en llanto empujando suavemente su llanto con el lomo de su mano.

–No solo ella se siente así –reveló Uraraka –. Todos estábamos inquietos y queríamos dejar eso atrás. Por eso lo del Rey de las Habitaciones, todo eso fue porque entendíamos cómo se sentían. No la culpen por eso... sé que es duro, pero... ¡Esforcémonos para reír juntos de nuevo! –en un santiamén, su expresión cambio completamente, y animó.

– ¡Tsu-chan! –Kirishima corrió hacia la chica – ¡Lo siento! ¡Gracias por decírnoslo! –tenía rastros de lágrimas al borde de sus parpados cerrados.

–Asui-chan –se acercó Yaoyorozu preocupada.

–Tsuyu-san –le siguió Tenya.

–Asui, lo siento –se disculpó Todoroki en mínima parte decaído.

–Asu... ¡Tsuyu-chan! –corrigió Midoriya.

– ¡No lo haré de nuevo! –el pelirrojo la abrazó por los hombros.

Asui rompió en llanto.

–Yo tampoco –agregó Momo acariciando su cabeza.

– ¡Lo prometo! – se inclinó Iida.

Tsuyu les agradeció, se disculparon nuevamente con ella por haberla echó llorar, les negó suavemente, limpiando las últimas lágrimas, diciéndoles que ahora estaba bien. Después de un tiempo decidieron entrar. Yûki cambio su sitio de espera a una esquina no tan evidente como la anterior, y esperó a que todos pasaran delante del chico ojiverde antes de detenerlo.

–Midoriya –le llamó firme haciendo que volteara en un solo movimiento – ¿Tienes un minuto?

El chico pasó saliva pesadamente por el aura intimidante que despedía solamente la mirada de la de mayor. Sabía que está vez no se trataría convencional. Sabía que podía ser el momento en el que lo que trataba de evitar desde hace dos meses por fin pasaría. Tal vez Yûki se había enterado, había estado en la pelea junto a All Might, ¿de qué se pudo enterar? No le quedó más que asentir y seguirla afuera.

La Leyenda de Yûki San [#PlusUltra19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora