80| Joyas Poderosas

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KNUCKLES

—¿Obtuviste alguna señal? —le pregunto al zorro de dos colas sentado frente al monitor.

—No —responde.

—¿Y ahora?

—Nada.

—¿Qué tal en este momento?

—Ninguna señal.

  Suspiro frustrado, pasándome la mano por el rostro. Tails continúa tecleando en la computadora, muy concentrado en su tarea. Aguardo unos pocos segundos para volver a preguntar, que es lo que mi paciencia puede tolerar.

—¿La encontraste?

—Que no, Knuckles —contesta Tails irritado—. Te avisaré ni bien consiga algo. Pero por el momento te pido que te armes de paciencia; el ladrón de la Master Emerald sabe como ocultarla.

  La furia corre por mis venas, por lo que decido otorgarle un puñetazo a la pared más cercana. El negocio de los Chaotix tiembla ante el impacto.

—Oye, tranquilízate hermano —me calma Sonic, desde el sofá. Acto seguido, golpea el lugar junto a él invitándome a tomar asiento—. ¿Por qué no vienes y te sientas a ver el partido? Recuerda que el juego contra Emerald School es la semana próxima, y debemos estar preparados.

  Me propone, señalando con el control remoto el televisor frente a él. En él se reproduce un partido de basquetbol de las grandes ligas. Acepto su invitación y me siento junto al erizo en el cómodo sofá, dispuesto a ver el partido y así calmar mi ansiedad. Segundos más tarde, Vector, Espio y Charmy se suman a nosotros, mientras Tails continúa trabajando con la computadora.

—Hey, Tails, ¿por qué no te sumas? —le pregunta la abeja al zorro.

—No gracias, Charmy. Los deportes son aburridos.

  Sonic ahoga un grito y, con el ceño fruncido, señala a su amigo con el dedo índice.

—¡Retráctate ahora mismo! —exclama indignado.

—Déjalo, Sonic —le pide Espio—. Respeta sus gustos; no quiero peleas ahora.

—¡Pero qué canasta! —dice Vector, asombrado por el partido—. ¡Así es cómo se anota!

—Tenemos que practicar ese movimiento, Sonic —acoto, sin despegar la vista de la pantalla.

—Definitivamente —asiente, sin mover su mirada del televisor.

Continuamos disfrutando del partido durante los tres tiempos que le restaban. Al ser sábado por la tarde, no teníamos mejor actividad que hacer que juntarnos en el negocio del Team Chaotix para buscar la Master Emerald. Vector, Espio, Charmy, Tails y yo intentamos rastrearla con diferentes métodos mientras Sonic hacía zapping en el televisor, porque el erizo azul no es capaz de quedarse quieto, armarse de paciencia y mirar la pantalla de una computadora. Pero esto de no tener resultado alguno en cuanto a la búsqueda me pone los nervios de punta: así que mirar el partido de basquetbol me ayuda a centrarme en otra cosa y calmarme un poco. Ahora, el único que persiste con el rastreo de la esmeralda madre es Tails.

Charmy me alcanza un tazón repleto de palomitas. Yo llevo un gran puñado de ellas a mi boca, y las mastico, disfrutando de su sabor dulce. Luego, le paso el tazón a Vector, quien se lo ofrece a Tails. Pero el zorrito se niega a comer, así que me lo vuelven a dar a mi. Festejo internamente el hecho de que pueda comer palomitas con toda la libertad posible.

—¿Qué hay de Silver? —pregunta Espio—. ¿Por qué no está aquí?

—Creo que está en una cita con Blaze —responde Sonic con la boca llena.

Escuela ChaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora