CREAM
Derrotamos a los tres robots sin problemas. Blaze encontró dos esmeraldas más, y se fue. Cinco minutos después, comenzamos a oír las sirenas de la policía, los bomberos y las ambulancias. Decidimos juntar a las máquinas en una pila, e irnos de la escena para no levantar sospechas. Nos quedamos en el pasillo, donde por fin vimos a Knuckles y a Rouge.
La policía irrumpe en el edificio y al vernos nos ordenan que salgamos. Afuera de la escuela, el panorama no es muy alentador que digamos: las luces de los vehículos de emergencias iluminar el lugar, la gran mayoría de alumnos se fue, y los que quedan están heridos o cumpliendo su papel de testigo. Veo a lo lejos a mi mamá, quien al verme su rostro se ilumina y corre hacia mí. Me envuelve en un cálido y apretado abrazo, sollozando en mi hombro.
—Oh, Cream. Me tenías muy preocupada —dice, repartiendo besos en mi frente.
—Tranquila mamá, estoy bien —la consuelo, devolviéndole el abrazo.
Pasan unos segundos y me separo de ella. Qué alivio que no le pasó nada. No sé que haría sin mi madre.
Un carraspeo llama la atención de todos los presentes. El director Big the Cat se disculpa del accidente que hubo. Nos informa que los robots fueron llevados al departamento de la policía científica para algunas pruebas, y que no hubo ninguna víctima fatal.
—Como consecuencia de los eventos sucedidos, el daño presente en nuestras instalaciones y por seguridad de nuestro alumnado, declaro que el ciclo escolar ha finalizado —decreta, recibiendo como respuesta miles de aplausos y vítores—. Hemos tomado esta decisión debido a que quedaban solamente catorce días de clases. Además, habrá que arreglar algunas estructuras y aumentar la seguridad. Así que les deseo unas muy buenas vacaciones de verano a todos. Nos vemos.
La multitud juvenil ruge de emoción. ¡No hay más clases! Esto es increíble. Me reúno con mis amigos antes de volver a mi casa.
—¿Escucharon eso? —pregunta Sonic, exaltado—. ¡Hola verano!
—Sí, Sonic. No somos sordos —le espeta Shadow.
—¿Saben lo que significa? Podremos comenzar con el viaje —comenta Tails, buscando la aprobación de todos—. Nos reuniremos mañana al mediodía en mi garaje, para aclarar todas las cuestiones y dudas, y prepararnos. ¿Les parece?
—Perfecto —aplaude Amy, emocionada.
Asiento feliz. Cheese vuelve después de unos minutos, en verdad no sé dónde habrá estado. Luego, me despido de todos los presentes y me voy a casa con mamá. Su novio Vector nos lleva en auto hasta la puerta. Bajamos, e ingresamos. Al parecer, Blaze ya está durmiendo, ya que las luces están apagadas y distingo su cuerpo entre las sábanas. Ella duerme en un colchón junto a mi cama, así que procuro no hacer mucho ruido al momento de acostarme.
Mi madre me ayuda a quitarme el vestido y el maquillaje. Me da un beso en mi frente y se despide. Veo cómo entra a su habitación, yo me dirijo a la mía. Cheese me sigue. Me acuesto en mi cómoda cama. Cierro los ojos, y lentamente soy absorbida por el mundo de los sueños.
Abro los ojos asustada, con la respiración muy agitada. Todo fue un sueño, gracias a Chaos. Calmo mis nervios, mis latidos se normalizan y me siento en la cama. A mi izquierda, Cheese duerme plácidamente. Necesito un poco de aire fresco. Me pongo de pie suavemente y camino hacia la cocina arrastrando los pies.
Tanteo las paredes en busca del interruptor de la luz. Me froto los ojos y bostezo. Al encontrar la placa, la enciendo e ilumino el lugar. Me llevo un susto de muerte al ver el momento justo en que la puerta principal se cierra. ¿Pero qué...? Apuro mis pasos y la abro, decidida a ver qué es lo que ocurre. Distingo una silueta esbelta caminando por el jardín delantero de la casa.
—¿Blaze? —la llamo.
Ella se da vuelta sorprendida. Su fría expresión se ablanda al verme. Lleva puesta su ropa de siempre y en su espalda, una mochila negra.
—¿Qué pasa? —pregunto, al ver que no emite sonido—. Acaso... ¿tienes que irte?
La gata dirige su mirada al suelo. Me acerco a ella.
—Cream, yo... —murmura, mirándome otra vez a los ojos—. No puedo seguir perdiendo el tiempo aquí. Debo volver a mi dimensión, me necesitan, mi reino me necesita. Hace una semana que estoy aquí y sólo he encontrado tres esmeraldas. De todas formas, gracias por el hospedaje.
—Pero...
—No. No debo quedarme. Y no necesitas venir conmigo, puedo hacerlo sola —espeta, ajustándose la correa de la mochila y dándome la espalda.
Siento cómo una lágrima rueda por mi mejilla. El momento que tanto temía que llegara, llegó.
—¿No vas a despedirte siquiera? —le pregunto, con la vista nublada por agua.
Blaze se detiene en seco. Me mira nuevamente, como si estuviera dudando de su decisión. Parpadea varias veces y sacude la cabeza hacia los costados.
—Es mejor así —contesta cortante.
Sin aguardar respuesta de mi parte, salta demasiado alto y desaparece de mi campo de visión. Echa un mar de lágrimas, vuelvo a entrar a mi casa y corro a buscar a mi madre.
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Escuela Chaos
Fiksi PenggemarSilver despertó en un lugar desconocido para él. Había vuelto al pasado sin querer, y no existe forma de volver a su hogar. Sin embargo, Sonic y sus amigos están dispuestos a darle una mano. Todo parecía ir viento en popa cuando una gata y un nuev...