19| Viernes de Fiesta

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SONIC

—Quizás Shadow tiene razón, Sonic. Amy no suele ser así, y nunca hablaría mal de ti —dice Tails, caminando a mi lado en uno de los pasillos de la escuela.

Nos detenemos en mi casillero. Coloco la contraseña y lo abro, para sacar algunos libros.

—Eh, ese es el libro de Literatura, y si no me equivoco ahora tienes Física —comenta mi compañero.

Le echo una mirada al libro en mi mano y suspiro. Tiene razón. Tomo el de Física y cierro el casillero. A mi derecha, aparece Sally con una gran sonrisa en su rostro. Me asusto.

—Hola Sonic —me saluda, con un sonoro beso en mi mejilla.

Me observa detenidamente por unos segundos y gira su cabeza para un costado.

—¿Sigues preocupado por Amy?

No formulo respuesta.

—Oh, tranquilo. Ella no te merecía, de todas formas. Ahora me tienes a mí —sonríe, lastimosamente.

—Por cierto, ¿de dónde sacaste esa grabación, Sally? —la interroga Tails, asomándose desde atrás mío.

—El martes, cuando fui al baño, las escuché a Rouge y a Amy platicar. Entonces, me escondí y las grabé. Y ustedes ya conocen el resultado —relata, muy convencida de lo que dice.

Parece que no está mintiendo, o si lo hace, le sale de maravilla. Eso lo recibo como un puño en el estómago: está casi confirmado que Amy dijo esas cosas de mí. La última chance de probar lo contrario, es preguntarle a ella misma. Eso es lo que haré.

—Recuerda que esta noche es el baile, y yo, al ser presidenta del comité, debo estar presente una hora antes. Así que ven directamente a las ocho, cuando comienza —dice, apoyando una de sus manos en mi hombro.

Se despide de mí con una pequeña sonrisa. Veo cómo desaparece entre la multitud. Sally Acorn siempre me pareció una chica linda. Incluso tanto como Amy. Pero se distanció del grupo hace bastante tiempo, y rara vez la volví a ver. Allí fue cuando Rose terminó adueñándose de mi corazón.

Sacudo la cabeza pretendiendo ahuyentar todos los buenos recuerdos de ella, porque lastiman.

—Aún no le creo —admite el zorro, colocándose frente a mí.

—No lo sé, Tails. Las personas suelen cambiar —murmuro.

—¡Mira la hora que es! —exclama, mirando su reloj de muñeca—. Si no me muevo ahora, no llegaré a preparar mi proyecto de tecnología de fin de año. ¡Nos vemos luego!

Sin decir más, levanta vuelo impulsándose con sus dos colas. ¿Habrá alguna regla que no permita eso? Meh.

Podría aprovechar lo poco que queda del receso para hablar con Amy. Eso es. Pero... ¿dónde está? Descarto el baño de chicas, ya que no puedo ingresar. Corro hacia la cafetería. No la veo en ningún lado. Afuera tampoco está. Mientras recorro el pasillo de los salones de talleres, la veo.

Su contagiosa risa llega hasta mis oídos, y distingo que sus púas y su nariz están cubiertas de harina. No puedo evitar esbozar una sonrisa, se ve muy tierna. Decido acercarme. Me asomo por la puerta y logro ver la situación completa: Amy y Shadow (sí, Shadow) están haciendo una pequeña guerra en el taller de cocina.

Él la cubre de harina, y ella le rompe un huevo en su cabeza. No dejan de reírse en ningún momento. La batalla continúa por varios segundos más, donde ambos reciben harina, aceite y leche en grandes cantidades. Se ve que un charco se formó en el suelo, ya que Amy se resbala. Oh vaya casualidad, cae en los brazo de Shadow. Sus narices están a centímetros, y distingo que el erizo mira dubitativo los labios de su compañera.

La sonrisa antes dibujada en mi rostro termina esfumándose. Y mi corazón termina partiéndose en miles de pedazos.

Me voy de allí antes de que puedan verme. ¿Se habrá sentido así Amy cuando me vio con Sally? Vaya que es horrible. Sin embargo, la tristeza se va unos segundos después y es remplazada por un sentimiento de furia, que arde como una pequeña llama creada por Blaze.

Si ellos son felices juntos, yo puedo dejar de sentirme culpable e irme de parranda con Sally, sin problema alguno. Tal vez sí era parte del círculo de chicos de Rose. Tal vez Shadow lo es también. Pero no voy a permitir que los sentimientos que tuve o tengo por ella me impidan disfrutar del baile de esta noche. Y parece que ella no se ve muy afectada o despechada (como todos dicen) por mi repentino cambio de pareja.

  Ah, y Shadow. No sé si sentirme traicionado, o feliz por él. Digo, siempre fuimos hermanos. Siempre quise que consiga alguna chica que lo haga abrirse. No soy quién para decir que Amy es la indicada, pero espero que no lo sea. Estaba a punto de arreglar las cosas con ella, cuando lo vi a él. Y Shadow sabe perfectamente que yo la quiero o quise a Amy, lo suficiente como para dejarle bien en claro que ella es o era mía.

  Ambos se pueden ir bien a la mierda.


  Abro la puerta de mi departamento, y Silver ingresa detrás de mí. Cuelgo las llaves en su respectivo gancho de pared, y veo como el plateado se desploma en el sofá.

—Día duro, ¿eh? —comento, caminando en dirección a la cocina.

—Ni te imaginas —responde, suspirando—. Cada vez que miraba a Blaze, me arrepentía más de mi decisión.

—Eso te pasa por cobarde —le reprocho—. Ni que invitarla al baile fuera una cosa tan difícil. Ahora por tu culpa irá sola.

  Silver asiente desganado.

—Haces que me sienta culpable.

  Abro el refrigerador y le echo una mirada a su interior. Está casi vacío. Distingo en el fondo un pack de latas de cerveza, y lo tomo. Saco dos del paquete y le alcanzo una a mi compañero de piso. Me mira confundido.

—¿Nunca tomaste? —le pregunto, riéndome.

—Sí, si tomé. Pero... el baile es dentro de unas horas, y no podemos asistir borrachos.

—Será sólo esta lata, relájate. Es para evitar el mal humor y disfrutar al máximo.

  La lata emite un sonido parecido a un chasquido cuando la abro. Silver me imita.

—Un brindis; por esta semana de mierda, y por todo lo que nos salió mal —digo, alzando la lata y chocándola con la del plateado.

—Y por el baile —completa.

—¡Y por el baile! —repito.

  Le damos un largo trago a la lata, y nos reímos.

—Escuela Chaos, ¡prepárate para este asombroso y sexy par de erizos! —exclama Silver, eufórico.

N/A

Pobre Sonic, me da algo de pena...

Sé que es sábado, pero ayer lo publique con problemas de conexión y pues, no funcionó, lol.

Nos vemos en el próximo, y preparen sus zapatos de baile, porque se viene lo bueno.

Escuela ChaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora