Escuela Chaos

40| El Fin de la Odisea

  Shadow recoge el cuerpo inconsciente de Scourge y lo arrastra hasta una columna. Amy hace lo mismo con el de Wave, Blaze con el de Jet, Knuckles con Storm y Rouge con Fiona. Toman la decisión de amarrarlos contra una de las muchas columnas.

  Todos han vencido a sus rivales. El último en hacerlo fue Sonic, quien tuvo una gran pelea contra su copia robótica. Metal Sonic y los otros dos robots fueron destruidos por completo. A Rouge le costó vencer a su antigua amiga, ya que las dos tienen un estilo de pelea muy similar y se guardaban mucho rencor. Amy casi es derrotada, pero su perseverancia y actitud (y su martillo) lograron vencer. Storm fue un oponente fácil para Knuckles: era muy lento. Blaze procuró no incinerar a Jet por completo, así que le costó un poco el combate cuerpo a cuerpo con el halcón. Cream y Tails hacen una gran pareja, por lo tanto no tardaron en destrozar su robot. Silver ganó gracias a sus poderes, obviamente. Aún no logra pelear bien. Y Shadow tuvo un gran rival y una larga pelea.

  Todos se reúnen frente a sus rivales inmóviles. Rouge toma partido y palpa los bolsillos de todos, en busca de algo. Mete su mano en una de las botas de Jet y encuentra una Chaos Emerald. También encuentra una Sol Emerald en el bolsillo izquierdo del pantalón de Wave. Se las entrega a sus respectivos dueños.

—¡Ya tenemos las siete! —anuncia Sonic.

  Blaze sopesa la última esmeralda cuadrada en su mano.

—Ya puedo volver a casa... —murmura. Luego, les dedica una mirada significativa a todos los presentes.

—Y Silver también —añade Tails.

  El erizo plateado traga saliva antes de hablar.

—Chicos... yo... eh... —balbucea—. Les voy a ser honesto: no quiero volver al futuro. Ustedes son mi hogar, mi familia. Si me voy los perderé, y no me gustaría que eso ocurra.

  Muchos de los presentes ahogan una exclamación.

—¿Entonces todo esto fue en vano? —pregunta Rouge, en un tono algo molesto.

—No lo fue —niega Amy—. Todos aprendimos algo especial en el viaje. Blaze logró recuperar todas sus esmeraldas. Y Sonic y Shadow también. Así que, no fue en vano.

—Podrás quedarte conmigo, eres un gran compañero de piso —dice Sonic, dándole un golpe amistoso a Silver en su hombro.

—¿Y tú, Blaze? ¿Quieres quedarte conmigo? —le propone Cream a la gata, con los ojos brillantes y una gran sonrisa en el rostro.

—No puedo quedarme, Cream. Lo lamento mucho —suspira Blaze, jugueteando con una esmeralda—. Mi reino me necesita.

—¿Podremos ir a visitarte? —inquiere Amy.

—Serán recibidos con los brazos abiertos, se los aseguro. Pero ahora debo hacerme cargo de un tal Infinite, que ha estado causando revuelo.

—¿Necesitas ayuda? —se ofrece Silver.

—Esta vez no, gracias por la propuesta.

  Un silencio se instala entre los héroes. Todos se dan cuenta que este quizás será su último momento juntos. Se observan unos a otros, recordando todos los momentos que compartieron juntos.

—Entonces... Este es el fin —admite Blaze, mirando a Silver—. Los extrañaré.

—Y nosotros a ti, Blazey —le sonríe el erizo plateado.

—Buena suerte allá en tu dimensión —le desea Sonic.

—Recuerda vestirte bien, después de todo, eres una princesa —le recomienda Rouge. La gata se ríe.