Escuela Chaos

11| Playa, Sol y Problemas

SILVER

—Sonic se está tardando mucho con el jetski —se queja Knuckles.

Estamos Shadow, Knuckles, Rouge, Blaze y yo sentados en la orilla, esperando a que el erizo vuelva.

—Me pregunto qué estará haciendo —digo, dibujando mi nombre en la arena mojada.

—Oigan, ¿vieron a Amy? —pregunta Rouge, de pronto. Se había olvidado de su mejor amiga.

Todos intercambiamos miradas de desesperación, excepto Blaze, que sonríe embobada. Tiene una bonita sonrisa.

—Se fue con Sonic, tontitos. Por eso están tardando —contesta, riéndose levemente.

Vaya, vaya.

—¿Lo estarán haciendo en el medio del mar? —fantasea Knuckles en voz alta, leyendo también mis pensamientos.

Recibe un golpe en la cabeza de parte de Rouge.

—¿Es que nunca dejas de decir incoherencias? Sonic es rápido, pero no tanto.

—Se están dando besitos. Con lengua. Y baba —concluyo y todos se ríen, menos Shadow.

—Y parece que Cream y Tails van por el mismo camino —agrega Knuckles, señalándolos.

Los pequeños tórtolos están construyendo, a veinte metros de nosotros, un castillo de arena. Literal. Es más grande que el galpón, incluso. Wow, que niños genios. Veo cómo intercambian miradas y sonrisas de vez en cuando.

—Aww, el amor juvenil —suspira Rouge dramáticamente.

—Lo dices como si fueras vieja —dice Blaze—. Además, creo que tú y el equidna junto a mi también disfrutan del "amor juvenil", ¿verdad?

Rouge y Knuckles se sonrojan fuertemente; Blaze y yo nos reímos. Shadow esboza una pequeña sonrisa.

Unos segundos más tarde, vemos a lo lejos a Amy y Sonic volviendo a toda velocidad. Rápidamente llegan a la orilla, y se bajan del vehículo.

—Hablando de amor juvenil, ya era hora, ¿no creen? —sonrío burlonamente hacia los erizos recién llegados.

Ambos intercambian miradas.

—¿Hora d-de q-que? —pregunta Amy, sonriendo nerviosamente.

—Pues de que volvieran, claro —responde Knuckles, como si fuera lo obvio.

—Esperen un segundo —dice Rouge, poniéndose de pie con el ceño fruncido y una sonrisa pícara. Se acerca a los erizos y los olfatea cómicamente—. Tienen un aroma muy peculiar, queridos. ¿Acaso...?

—Tengo que ir al baño —se excusa Sonic, evaporándose de la situación.

—Yo también —lo imita Amy.

Los cuatro nos reímos nuevamente. En verdad son algo tiernos y muy obvios. Pero luego le diremos.

—Al fin, podré montar en el jetski —festeja Knuckles, corriendo hacia él.