Extra| Felices Para Siempre

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Dedicado a mis Shadys.
Los amo por siempre.


Última parte de "Un Final Feliz".

Faltando una hora para la gran ceremonia, los chicos están reunidos en la habitación de Silver. Todos se encuentran ya utilizando un fino traje blanco con un moño negro, excepto el novio, quien trae puesto un elegante smoking negro con un ramillete blanco en una de las solapas.

—Creo que sigo borracho —comenta Knuckles, acostado en la cama del plateado—. Todo está dando vueltas...

—¿No se podrían haber casado a la noche? —inquiere Tails, desde un sofá.

—No; es la tradición de su reino —responde Silver, acomodándose la vestimenta frente a un espejo—. Y debemos respetarla.

—Dime que por lo menos podemos ir usando gafas de sol —masculla Shadow.

—¿Por qué querrías hacer algo como eso? —le pregunta el plateado al azabache.

—Uno; porque la luz me lastima y dos; nos veremos más geniales.

—Ni siquiera un par de gafas podrá hacerte ver más genial, faker —acota Sonic—. Quizás, con algunas cirugías...

—Abre la boca una vez más y el que necesitará una cirugía plástica serás tú —lo amenaza Shadow.

—No creo que haya problema con que usen gafas. Siéntanse cómodos —interrumpe Silver, sin quitar la vista de su reflejo en el espejo.

  Automáticamente, Shadow saca un par de anteojos oscuros y se los coloca. Knuckles lo imita.

  Transcurren algunos minutos en silencio. Los chicos observan al erizo plateado, quién se dedica a contemplarse en el espejo, incapaz de despegar sus ojos de él. Antes de que cualquiera pueda romper el silencio, el celular de Knuckles comienza a sonar. El echidna atiende sin dudarlo dos veces.

—¿Rouge? —inquiere, ni bien contesta la llamada.

Hola, cariño. Quería saber si ya están en la iglesia.

No aún.

Entonces es mejor que lleguen en los próximos cinco minutos, porque estamos a punto de ir hacia allá.

Okey. Gracias por avisar.

Nos vemos pronto, bombón.

  Knuckles cuelga y se pone de pie.

—Muchachos —habla—. Llegó la hora.

—¡Al casorio! —exclama Tails, poniéndose de pie y saliendo de la habitación. Knuckles y Shadow imitan su accionar, pero Silver y Sonic permanecen quietos en su lugar.

—No puedo creer que te vayas a casar —le espeta el cobalto al plateado.

—Dímelo a mí. No sé si estoy emocionado o si tengo ganas de vomitar —admite Silver, riendo levemente.

  Sonic se acerca a su amigo para terminar de acomodarle el moño del traje. Ambos se observan en el espejo, buscando imperfecciones para arreglar. O, por lo menos, esa es la intención de Silver.

Sin poder evitarlo, la mirada de Sonic se pierde en el reflejo del plateado, debido a todas las cosas en la que está reflexionando.

—¿Estás seguro de esto? —inquiere, al final.

—¿De qué hablas?

—¿No crees que son demasiado jóvenes para casarse?

—Sí, lo creo —responde Silver, después de varios segundos.

Escuela ChaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora