Miraba a Julianne furiosa, sí ¿Qué se creía? Ella llevaba un sonrisa enorme en su rostro y eso me enfurecía más. Si no hubiese llegado a tiempo ese imbécil ya tendría sus labios sobre los de ella !Yo no podía permitir eso! No, no podía dejar que otro la tuviese, porque sus labios solo debían ser míos, solo debían besarme a mí.
Caminábamos por los pasillos en un silencio cargado de sentimientos, cuando llegamos entré sin más y Julianne me siguió sigilosa, cerró la puerta detrás de ella mientras yo le daba la espalda. No quería mirarle, sonaba extraño pero tenía solo ganas de besarla, de tenerla, porque ella es solo mía. Sentí unos brazos rodearme y su respiración en mi cuello, de inmediato todo mi bello se erizó y comencé a temblar nerviosa, Julianne dejó mi cabello hacia un lado y comenzó a darme lentos besos por mi cuello, no podía con eso, no con ella tocándome de esa forma, agarré el valor que me quedaba para separarme e irme lo más lejos posible de ella, Julianne me sonreía y en sus ojos la sombra del deseo resplandecía.
-¿Qué hacías con él?-mi celos estaban a flor de piel y Julianne lo sabía, comencé a dar vueltas por su oficina intentando calmarme, Julianne soltó un risa y la miré enojada -¿Qué?
-Me gusta verte así-mordió su labio inferior. Me quedé paraliza unos segundos ante su gesto, !Maldita Julianne! Todo en ella me dejaba paralizada, sus ojos, su boca, su cuerpo, amaba cada parte de ella y me odiaba por eso. Me apoyé en la puerta y cerré mis ojos, debía calmarme, más bien controlarme de no saltar sobre Julianne y besarle, esa idea se hacía cada vez más tentadora. Pero no tuve que hacer nada, porque para cuando abrí mis ojos Julianne estaba a apenas unos centímetros de mí, sus labios estaban a una distancia decente de los míos, pero su mirada me lo decía todo.
-Aléjate-susurré-por favor...
-No-dijo segura-ya estoy harta de estar lejos de ti...-su mirada bajó a mis labios, y yo la imité, ¿Cómo podía causar tanto en mí? Con solo una mirada ya me tenía a sus pies..
-Me encanta verte celosa-sonrío y volvió a mis ojos.
-No estoy celosa-me sonrojé.
-¿Ah no?-río-¿Entonces por qué me sacaste de allí? ¿Qué era lo importante que querías decirme?
-Eh...
-No tienes de qué preocuparte mi amor..-dejó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja-sabes que solo mis ojos son para ti, para nadie más...
-Más que tu esposo ¿No?-bajé mi mirada y ella volvió a subirla tomándome por mi mentón.
-¿De qué hablas?-cuestionó.
-Volviste con tu esposo..-se me quebró la voz en ese momento y Julianne tomó mi rostro con ambas manos.
-Nalia, mírame-sus ojos me llamaban y así lo hice-no sé que historia te has inventado pero yo no he vuelto con mi esposo...
-No te creo-susurré-entonces ¿Por qué me dejaste?
Julianne miró hacia el suelo y bajó su brazos, pero luego volvió a mirarme y me tomó por la cintura con uno de sus brazos.
-Porque soy una cobarde...pero este no es el momento para hablar de eso, debe ser en otro lugar, donde podamos hablarlo seriamente..-respondió insegura.
Mis ojos soltaron lágrimas sin que me diese cuenta, en ese momento Julianne limpió cada lágrima con paciencia, besó mi nariz, besó mis párpados, mi frente, mis mejillas...hasta que finalmente besó mis labios. No quería alejarla, no podía, me dejé llevar por un beso lento y calmo, ella entró con su lengua en mi boca y en ese momento supe que no podíamos parar, respondí a su beso sedienta, luego de varios meses sin poder tocarla, verla, por fin podía disgustar sus dulces labios y así lo hice, correspondí su beso que comenzó a subir de tono de un momento a otro, una de sus manos bajó hasta mis muslos desnudos y comenzó a tocarme febrilmente, yo no podía pararla, por que eso quería, quería que me tocase. Una de sus manos rozó mi entrepierna y solté un audible gemido, Julianne besó mi cuello y comenzó una lenta danza por mis piernas que me excitaba cada vez más, volvió a mis labios y esta vez fui yo quién unió su boca desesperadamente a la mía, la necesitaba, la necesitaba desesperadamente y Julianne me permitió hacerlo, besé sus labios como si se estuviese acabando el mundo en ese instante y ella me respondió de igual forma. Fuimos separadas de inmediato cuando oímos voces detrás de la puerta, en ese instante dos golpes sonaron detrás de mí y miré a Julianne tristemente, ella se arregló lo más que pudo e iba hablarme pero yo abrí la puerta y salí de allí a pasos rápidos, esta mujer es mi perdición.
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Malos Tiempos(temática lésbica)
RomanceNalia tiene dieciocho años, hija menor de una familia con pocos recursos, el desempleo de su padre y con la venida de un nuevo hermano a la familia decide trabajar durante el verano en un prostíbulo ¿Qué pasaría si en su nuevo trabajo se encuentra c...