Malos Tiempos(temática lésbica)

El Final

En el capitulo anterior...
Cuando abrí mis ojos comencé a devisar donde me encontraba, era un cuarto oscuro y sin ventanas, con un colchón sucio tirado en el suelo y las paredes pintadas de verde pero que por los hongos ahora era totalmente oscura y asquerosa. Comencé a pestañear y cuando divisé al hombre que se encontraba frente a mí mis ojos se desorbitaron. Era Wally...

*

-¿Wally?-dije asustada, antes de poder formular cualquier otra palabra fui esposada con una cadena al piso, mis ojos no dejaban de llorar ante lo que presenciaba. Wally solo actuaba en silencio, sin mirarme a los ojos mientras agarraba mis muñecas, había confiado en él todo este tiempo y fue una de las personas que me secuestró- ¿Por qué?- dije rendida y con mi rostro cubierto de lágrimas, pero Wally solo negó con su cabeza y se alejó a pasos rápidos.

Quedé sola en aquella habitación putrefacta, me sentía perdida, abandonada y tenía mi corazón latiendo a mil, mi mente estaba perdida y mi cuerpo solo temblaba mientras mi mente recordaba una y otra vez la última vez que vi el rostro de Julianne, sí, tenía miedo de lo que pudiesen hacerme y lo que sucedería conmigo, pero también quizás hoy por la mañana había sido la última vez que estuve con Julianne y aquello partía mi alma en dos.

Decidí intentar enfocarme en mi al rededor, buscar alguna salida, alguna huida, pero aquella habitación no poseía ventanas y parecía ser que solo había una puerta de salida. Maldije en silencio e intenté parar de llorar, de nada me servía, nadie me rescataría ni sabe donde me encuentro, a partir de ahora la única que podía salvarme era yo misma y el tiempo me jugaba en contra.

POV Julianne

Han pasado dos días desde que Nalia fue secuestrada, la policía había formalizado la búsqueda de Nalia por todo el país y ya había salido el secuestro en algunos noticieros locales, sin embargo, nadie había visto nada, nadie sabía nada y a Nalia parecía que se le había tragado la tierra.

Apenas había dormido en aquellos dos días, mi cabeza me dolía constantemente y no podía dejar de pensar en los múltiples escenarios posibles que pasaban por mi cabeza al imaginar lo que estaría soportando Nalia... me dolía en el alma y en mi corazón no poder hacer nada, así que lo único que atinaba a hacer era salir a dar vueltas por la calle preguntando a cada persona con una foto de Nalia en mi mano si la había visto, aquella tarea me dediqué a hacerla sin descanso junto con la hermana de Nalia, Lucía. la pobre había perdido casi toda esperanza pero aún así ambas repartimos alrededor de cien volantes al final del día sobre la búsqueda de Nalia. Su familia estaba muy afectada y en especial su padre quien en conjunto con la policía intentaban seguir los últimos rastros de Nalia.

Yo existía corporalmente pero mi mente estaba a miles de años luz de la tierra, pensar en Nalia me hería profundamente y no me permitía dormir por las noches, era una tortura vivir de esta manera y mi único consuelo era el espacio vacío que quedaba junto a mi cama durante las noches, miraba el espacio vacío que había dejado Nalia y mi corazón daba un vuelco cuando por las noches despertaba imaginando que ella estaría a mi lado....

Al día quinto la policía había perdido casi toda esperanza, por mi parte poseía ojeras de hace varios días y la familia de Nalia se había retirado a su hogar a la espera de alguna nueva noticia. Yo no podía quedarme sin hacer nada de brazos cruzados, no dejaría que mi Nalia fuese borrada así como así, iba a luchar por ella hasta el último de mis días y no me importaba lo cansada que pudiese estar. Con aquella desición en mente el quinto día desde el secuestro de Nalía decidí por mi misma comenzar a seguirle la pista, y eso solo podía pasar si comenzaba desde el inicio...

El hombre de la tienda me reconoció apenas pise pie frente a la barra, era un hombre de baja estatura y de cabello canoso pero al menos había contribuido con la cinta que nos mostraba a Nalia ser secuestrada por dos hombres y luego ser subida a una camioneta blanca. Hasta el momento era la única prueba que se había encontrado pero no había otro rastro de nada.