Capítulo XXXIV- Imán

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Julianne me quedo mirando con una sonrisa abierta, se movió a un lado para dejarme pasar y caminé hasta adentro respirando rápidamente, estaba nerviosa, sentía como había pasado una eternidad desde que había estado en su casa y los recuerdos venían mirando a cualquier lado, Julianne se había quedado atrás observándome mientras paseaba por la estancia.

-Así que te has decidido por venir-comenzó diciendo. Me di la vuelta y allí estaba ella, tan radiante como siempre. Asentí con mi cabeza y tomé asiento en uno de los sofás, no sabía qué hacer, tenía la firme intención de llegar pero... ahora no sabía que decir, que movimientos hacer, que mirar...

-Hey- Julianne se había sentado junto a mí, parecía tranquila, mientras yo me debatía en sobre decir algo o no. Julianne tomó una de mis manos y la atrajo hasta su cuerpo, me sentí nerviosa en ese instante, su cercanía, su tacto, era una maldita adicción, pero sabía que nunca podría dejarla...

-No sé que hago aquí- murmuré para mis adentros pero ella lo escuchó.

-Por favor no te vayas-tomó mis manos entre las suyas- solo quédate, podemos aclarar las cosas...

En ese momento mi mente se iluminó.

-¿Por qué me dejaste?-pregunté cortante, aun así deje que sus manos siguieran junto a las mías.

Julianne desvió su vista y supe que no era una pregunta fácil de responder para ella. Se quedó mirando un punto fijo por algunos segundos y luego volvió a mirarme, la cuestione con la mirada y ella suspiró.

-No estaba pasando por un buen momento...tomé una decisión creyendo que estaba haciendo lo correcto y resulto ser todo lo contrario...

-Julianne no te entiendo-hablé confundida.

-Lo siento-suspiró-comenzaré desde el principio...La última vez que estuviste aquí y Albert supo de nuestra relación yo quedé destruida, sé que estabas ahí para apoyarme pero me sentía abandonada, dejada de lado solo por amar a una mujer, no sé si me entiendes, sabía que tú estabas a mi lado y que nunca me dejarías, pero las dudas me asaltaron ¿Siempre sería así? Perderlo todo por amarte...lo siento, realmente lo siento, pero fue un periodo lleno de dudas y que me dejara Albert hizo que algo se quebrara dentro de mí, vivía en una ilusión creyendo que todos nos aceptarían algún día y que podríamos tener una vida normal...juntas.

-¿Sigues creyendo lo mismo?- pregunté desconfiada.

-No-dijo con seguridad- solo fue por ese periodo que me sentí perdida y lo lamento cada día por haberme comportado como una cobarde, dejarte...fue lo más difícil que he hecho en mi vida, sabía que no debía hacerlo porque te amaba y lo sigo haciendo, pero fue un momento malo para mí, hasta que luego me di cuenta de lo tonta que había sido al dejarte ir, te extrañé cada día desde entonces, pensaba que estaba haciendo lo correcto, que seguirías con tu vida y yo con la mía como antes...varias veces estuve a punto de llamarte y mandar todo al carajo, pero pensaba que ya no querrías saber nada de mí, yo misma no podría haber perdonado algo así...y sin embargo aquí estas, escuchándome, después de haber sido una tonta...

La miré unos segundos hasta que baje mi vista.

-Me dejaste solo por tener dudas-intentaba contener mis lágrimas- ¿Acaso no pensaste en como que me afectaría a mí que me dejases? Estuve semanas llorando por ti...preguntándome qué hice mal, extrañándote cada maldito día. Escuché que estabas embarazada, eso terminó por destruirme por completa, creí que habías vuelto con tu esposo y que a mí me habías tirado como basura...Y luego me apuñalaron, pensaba que iba a morir, tirada ahí en un charco con mi sangre, ¿Sabes cuál fue mi último pensamiento antes de que todo se fuera a negro?-ella negó- fuiste tú- comencé a llorar- iba a morir y lo único que podía pensar era en ti, recordar nuestro último beso, tu sonrisa...iba a morir pero sabía que en alguna parte, en algún lugar tú estabas viva y eso me bastaba.

Malos Tiempos(temática lésbica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora