La visita de Julianne me había dejado pasmada, pero más intranquila estaba al decirle la verdad a papá ¿Cómo decirle que su hijita era un simple prostituta? ¿Qué todo este tiempo lo había engañado? Papá me miraba con ojos suaves pero expresión dura, él ya debía saberlo todo, solo esperaba una confirmación de mi parte y así lo hice.
-Yo trabajaba ahí...-susurré.
Bajé mi vista, no quería ver el momento en que sus ojos me miraran con decepción.
-¿Desde cuando? ¿Y por qué?-seguía sin mirarlo.
Respiré hondamente antes de hablar, hoy sería el día de mi perdición.
-Cuando comencé a buscar trabajo nadie me contrataba, me desesperé, estábamos pasando por un momento difícil en nuestra familia y sabía que debía llegar a casa con al menos una noticia buena...y ahí fue como recurrí a ese...lugar. Trabajé por algunos meses y te mentí-se quebró mi voz y comencé a llorar, estaba perdida, papá ahora sabía toda la verdad. Una suave mano subió mi mentón. Papá estaba mirándome con lágrimas en sus ojos.
-Es mi culpa hija, yo...presioné a ti y a tus hermanos para que buscaran a toda costa un trabajo-suspiró- por favor perdóname, es mi culpa que tu hayas terminado en ese lugar.
Ver a mi padre derrumbarse frente a mí me sorprendió, él se culpa a sí mismo por todo...
-Papá no es tu culpa, yo debí saber en qué lugar trabajar y no en ese...discúlpame-ambos terminamos llorando abrazados, él no creía que era una prostituta, él seguía viéndome como su hija y eso era lo que importaba.
-¿Me perdí de algo?-Lucía había llegado con refrescos y comida, papá y yo nos sonreímos tristemente. Pasadas algunas horas ellos debían irse y se despidieron de mí prometiendo volver al siguiente día, a pesar de todo me sentí feliz de que ya nada sería un secreto, me sentía segura.
Luego de dos días mi doctor dijo que dentro de una semana podía irme, siempre y cuando mis exámenes estuviesen bien me daría el alta definitivo.
-Has tenido suerte Nalia, tuviste una buena recuperación-le sonreí y él se fue. Moría de ganas de ir al baño y la enfermera no aparecía nunca, tomé las riendas del asunto y con toda la fuerza de mis brazos llevé medio cuerpo hacia un lado, tenía mis piernas extendidas hasta el suelo y mis heridas me dolían un tanto, luego intenté llevar mi torso hacia adelante pero perdí el equilibrio y caí al suelo estrepitosamente, gemí de dolor, mis heridas ardían. En algún momento dos brazos me ayudaron a levantarme y sentarme en el suelo, cuando iba a dar las gracias vi la conocida cabellera colorina. Julianne estaba mirándome preocupada, llevaba un abrigo largo y tacones, sus ojos me observaban atentos y por un momento me fijé en sus labios, luego bajé mi mirada e intenté calmarme.
-Te ayudaré-intentó agarrar mis brazos pero los alejé bruscamente, no quería que me tocase.
-Nalia, déjame ayudarte, sé que debes estar odiándome pero necesitas pararte de allí-suplicó-por favor..
La miré furiosamente y alargué mi mano, debía admitirlo, mis heridas me dolían y sabía que no podía salir de allí sola. Ella agarró mi dorso y brazo, sentí como su agarre me ponía nerviosa y por eso una vez que me subió a la cama intenté tomar la máxima distancia de ella.
-¿Qué intentabas hacer?-preguntó. En ese momento mi vejiga comenzó a presionarme con mas fuerza y tuve que admitir mi derrota definitiva.
-Quería ir al baño...-susurré.
-¿Te llevo?-preguntó-claro...si quieres.
Asentí y ella nuevamente rodeó mi cuerpo, para mi disgusto debía apoyarme en ella sino corría el riego de caer, mis brazos cruzaban su pecho y la cercanía en que nos encontrábamos me dejaba cada vez mas nerviosa. Luego de una eternidad llegamos al baño y le dije que me dejase sola, ella entendió y esperó afuera mientras yo me las arreglaba para no morir. Una vez terminada mi necesidad intenté avanzar pero casi caigo, Julianne abrió la puerta y me miró con un rostro apenado, no quería que sintiese pena por mí, no quería que sintiese absolutamente nada por mí, pero sus ojos no me dejaban, no tardó en rodearme nuevamente y avanzamos hasta la cama, me ayudó con delicadeza a subir y me arropó cuidadosamente. No sabía qué decir, Julianne estaba allí, luego de largos meses estábamos en la misma habitación, pero nunca esperé que fuese de esta forma.
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Malos Tiempos(temática lésbica)
RomanceNalia tiene dieciocho años, hija menor de una familia con pocos recursos, el desempleo de su padre y con la venida de un nuevo hermano a la familia decide trabajar durante el verano en un prostíbulo ¿Qué pasaría si en su nuevo trabajo se encuentra c...