Malos Tiempos(temática lésbica)

Capítulo XXX- Despertar

Quizás en algún momento sentí voces, a mi alrededor todo parecía estar lleno de vida..pero yo apenas podía tener conciencia de eso. A veces oía la voz de mi padre, otras la de Lucía y mis hermanos. También por un momento escuché la voz de Julianne, pero era solo eso, solo oía voces que desaparecían en la oscuridad, no veía nada, todo era negro. Un sentimiento de desesperación me invadía cuando nada reaccionaba en mí, podía sentir mi cuerpo, sentía mis manos y brazos caídos, pero no podía verlos, tampoco podía hablar. Parecía que todo se resumía a una pared que velaba mis ojos y me impedía hacer nada. No sé cuanto tiempo transcurría, parecía interminable la oscuridad, mi sentido del tiempo era distorsionado cada vez que algunos signos de luz cruzaban por mi visión.

De principio solo veía pequeñas luces, cruzaban fugaces y desaparecían de inmediato, luego un haz de luz que parpadeaba lentamente, pasó mucho tiempo hasta que pudiera sentir como mis párpados luchaban por abrirse, pero a cada intento no lograba nada, no podía salir de la oscuridad y eso me asustaba, a cada momento de negrura luchaba contra una fuerza invisible que me mantenía estática, daba todas mis fuerzas para salir de allí, para salir del no sentir nada. Y en un momento lo logré, pude abrir unos segundos mis párpados y de inmediato una luz cegadora me hizo cerrarlos de nuevo. Pero ya había dado un paso, ahora faltaba el resto, cada segundo, cada minuto, uní cada pedazo de fuerza que lograba captar y los unía para una tarea en común, ver a mi alrededor. No sé cuanto tiempo pasó hasta que pude sentir mis dedos, sí, eran mis dedos, colgaban sin vida e intenté moverlos, logré sentir como uno cedía, luego el otro, apenas podía moverme pero eso ya era una gran victoria para mí.

Y así seguí durante un largo tiempo o al menos eso parecía, había logrado una movilidad reducida de mi cuerpo y cada vez me costaba menos abrir mis párpados, hasta que en algún momento, en un minuto abrí mis párparos y observé a mi alrededor.

P.O.V Julianne

A veces el cuerpo y mente reaccionan de una forma distinta a lo que se quiere, y eso me pasó a mí, apenas averigüé en que hospital era trasladada Nalia no dudé ni un segundo en tomar mis cosas y partir hasta allí. Mientras manejaba mi mente daba vueltas ¿Ella estará bien? ¿Podrá sobrevivir? ¿Estará....viva? Cuando esa pregunta venía a mi mente todo mi mundo se hundía...si Nalia muere yo... No, no debía pensar eso, debía llegar hasta al hospital para recibir todas las noticias posibles de su estado. Cuando llegué sentía mis pies como plomo, cada paso que daba cada vez me costaba mas, avanzar por los pasillos iluminados y preguntar por ella, ese era el objetivo, pensé.

No fue necesario avanzar mucho, apenas llegué a la zona de urgencias todo parecía un caos, logré entablar una serie de preguntas con un médico interno y me dijo que Nalia estaba en la sala de operaciones. Fui a sentarme a la sala de espera y allí me quedé durante horas, mi mente solo se enfocaba en ella, en su bella sonrisa o sus ojos que no dejaban mi mente en paz, la imaginaba sonriéndome, la imaginaba besándome, ella no podía morir, no podía...

Pasaron largas horas hasta que un médico salió y preguntó por los familiares de Nalia, recién en ese momento me dí cuenta que la familia de ella también estaba allí, habían dos hombres, uno mayor y otro joven, y una mujer que parecía ser un poco mas grande que Nalia, el hombre mayor que asumí que era su padre tenía los ojos lagrimeando y la mujer de vez en cuando lloraba, los miré atentamente mientras recibían la información, ellos asintieron y luego se fueron de allí, aproveché de ir tras el médico y consulté por Nalia.

-¿Usted qué es de Nalia?-preguntó desconfiado.

-Soy...su profesora-respondí sincera-ya sabe, la escuela quiere saber de su estado..

El asintió y me indicó que nos sentáramos.

-Nalia recibió tres puñaladas en su dorso y costados, cuando llegó había perdido mucha sangre por lo que la llevamos a cirugía de inmediato, logramos detener las hemorragias pero una de las puñaladas alcanzó una de las venas mas importantes de su cuerpo, por lo que siguió perdiendo sangre sin que pudiésemos detenerlo, por algunos segundos su corazón dejó de latir...-no sabía en qué momento me había puesto a llorar, leves sacudidas recorrían mi cuerpo y mis manos temblaban-pero logramos controlar la situación, logramos detener la hemorragia luego de buscar el punto de origen y volvió a estar estable, todavía corre el riesgo de que esta vena vuelva a desangrar por lo que ahora está en extremo cuidado...