Me dirigí hacia la habitación de Albert perdida en mis pensamientos ¿A qué se refería Julianne con eso? No tenía idea de lo que pasaba por su cabeza, Julianne podía llevarme al cielo como al infierno en apenas una hora. Sonreí tontamente recordando sus besos y sus toques ¿Alguna vez podría negarle un beso? ¿Alguna vez podría dejar de amarla? Había estado alejada de ella por su esposo, había tomado la decisión de dejarla ir para no hacerme más daño a mi misma y de nuevo aparecía ella en mi vida, bajando mis barreras y conquistándome con su sonrisa.
-Hey ¿Comenzamos el trabajo?-Albert estaba en su laptop concentrado y asintió sin mirarme. Nos embarcamos en terminar el trabajo de Julianne y sin darnos cuenta ya habían pasado algunas horas, estaba todo terminado para entonces y nos dedicamos a vagar jugando videojuegos. Albert siempre ganaba porque era un maestro de los botones, en cambio yo apenas sabía moverme y caminar en el juego así que constantemente perdía. La decimoquinta vez que Albert me ganó un rostro moreno se apoyó en la puerta.
-Chicos, está lista la cena, bajen-era el esposo de Julianne, por las veces que lo había visto no parecía un mal hombre y eso me avergonzaba, yo era tan cómplice como Julianne de lo que hacíamos a sus espaldas y por solo un segundo me dio pena aquel hombre que nada sabía y que probablemente nada sabría en el futuro de su esposa y su amante. Caminé con Albert hasta la mesa y nos sentamos como pareja, Julianne estaba a la cabeza, yo a su lado izquierdo y su esposo al derecho. Comenzamos a comer en silencio, no quería despegar la mirada de mi comida porque sabía que Julianne estaba siendo acariciada por su esposo en uno de sus brazos, no podía comer, no podía hacer nada, solo quedarme sentada allí tragándome todo e intentando ignorar un dolor invisible que subía por mi cuerpo y que avanzaba por mis venas. Pero una mano cálida y suave agarró una de mis manos por debajo de la mesa, era Julianne que ahora me observaba con una sonrisa triste pero un extraño brillo en sus ojos. Su mano agarró firmemente la mía y cuando intenté quitarla ella volvió a tomarla entre sus finos dedos.
Nos quedamos así hasta que todos terminaron de comer, ella me daba lentos toques que tranquilizaban cada partícula de mi cuerpo y yo me quedaba allí, estática pensando en ella y nada más que ella. Julianne podía cautivarme de diversas formas, nunca podría liberarme de ello.
Ayudé a Albert y Julianne en limpiar todo, en un momento ella y yo nos quedamos solas en la cocina y se me acercó con pasos rápidos.
-Hoy, a las once necesito que te ocultes en alguna parte del salón-me observó detenidamente-por favor intenta que Albert no se dé cuenta que no estas en la habitación.
Le iba a responder, pero justo en ese momento entró su esposo y yo hui de allí antes de presenciar una escena que no quería ver. Estaba intrigada, nerviosa ¿Qué planeaba Julianne? ¿Por qué quería que me ocultase? Eso no lo sabría hasta las once.
Las horas se hicieron largas pero finalmente Albert y yo nos fuimos a "dormir", me puse un pijama azul pequeño pero cómodo, me acosté a esperar la hora dada mientras sentía como Albert había caído en un profundo sueño.Cuando dieron las once bajé de la cama en silencio, caminé hasta el salón a pasos rápidos y nadie estaba allí, según lo que dijo Julianne debía ocultarme ¿pero dónde? Observé mi alrededor y vi el sofá como una buena opción para ocultarme por detrás, fuí hasta allí y me senté en el suelo apoyada en la parte de atrás del sillón. Esperé algunos minutos pero nada pasaba, cuando iba a levantarme oí voces caminando hasta mi posición, volví a ocultarme y reconocí las voces de Julianne y su esposo.
-Aquí está mejor-era Julianne- tenemos cosas importantes que hablar y no quiero que nuestro hijo escuche-comencé a temblar.
-¿Pero qué quieres hablar Julianne? ¿Por qué tanto misterio?-su esposo se había sentado en el sofá.
-Llevamos varios años juntos...-mi nerviosismo aumentó ¿acaso ella...- has sido mi compañero en las buenas y en las malas, hasta el día de hoy siempre serás importante para mi...pero, ya no te amo, yo...ya no puedo seguir contigo...
P.O.V Julianne
Hace tres semanas que Nalia me evitaba, o más bien me ignoraba. Y sabía que era mi culpa, por ser tonta y dejarla ir de mis manos en apenas un día, ahora la extrañaba como nunca, todas las noches me dormía pensando solo en ella, en su rostro que aparecía en todos mis sueños y que me atormentaba cada mañana, tenerla y a la vez no. No podía seguir así, Nalia se había convertido en mi todo, en mi enamorada y mi estupidez había arruinado todo de nuevo. Al principio me asustaba dejar a mi esposo, cada vez que se lo prometí estaba decidida a ello porque ya no me sentía cómoda con él, con nada de él, pero el miedo de un futuro incierto me hacía desistir y no decirle nada, y terminé por decepcionar a Nalia una vez más. Siempre que tomaba la decisión de dejarlo luego no podía hacerlo, tenía miedo, me sentía presionada y exploté, y por eso me dejé perder a Nalia por tercera vez, y eso hubiese ocurrido definitivamente si el día anterior no la hubiese visto de la mano con ese chico... ¡maldito niño! ¿Qué se creía él al poner su mano con la de mi amada? Me costó controlarme, quería matarlo allí mismo, para quitarle esa tonta sonrisa de su cara... Me revolqué en rabia, la ví pasar con él y mi mundo se desmoronó, si Nalia estaba con otra persona que no fuese conmigo caería mi mundo en desgracia !No podía imaginarme a ella siendo de alguien más! Ella era mía, no como objeto, ella era mía en cuerpo y alma, nos habíamos unido en un vínculo que nunca podría dejar. Nalia es mi droga, mi adicción es grande, sin ella no puedo vivir ni mantenerme de pie
!Pero ella iba con ese chico! !Iban de la mano¡ !Y sonriendo¡Una vez que pasaron fui a mi oficina y lo destrocé todo, tiré mis cosas, rompí otras y mi rabia todavía no podía ser contenida !Ella era mía! !Solo mía!
Cuando pude tranquilizarme algunas horas mas tarde pensé que era lo mismo que yo y mi esposo, Nalia probablemente sentía lo mismo cada vez que me veía con mi esposo, la misma rabia, el perder el sentido por ser consumida por los celos y yo le había hecho pasar situaciones mucho más comprometedoras que ir de la mano con un chico, podía entenderla completamente por fin, podía entender su insistencia, el querer no verme más con mi esposo y ella tenía toda la razón !Yo no hubiese soportado semejante tortura! No hubiese soportado ser la "amante" de Nalia, no hubiese soportado verla con otro dándose besos y al mismo tiempo estar conmigo.Había sido una tonta todo este tiempo y sabía que sería mi última oportunidad para jugar todas mis cartas. Hice un trabajo para la clase, mi misión era clara, atraer a Nalia hacia mi de nuevo y había sido exitoso, no me resistí a besarla en cuanto puso pies en mi casa y así lo hice !Sus besos me llevaban al cielo! Estaba dispuesta a llevarla a mi cama si no hubiese sonado la puerta. Pero sabía que ese sería el día para dejar a mi esposo, para por fin ser libre junto a Nalia y planear un futuro que se avecinaba bueno...
-Yo...ya no te amo...ya no puedo seguir contigo...
N/A: !Gracias por sus votos y comentarios! ¿Qué les pareció el capítulo? Pueden dejarme sus opiniones en los comentarios y con gusto las leeré. Un beso❤
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Malos Tiempos(temática lésbica)
RomanceNalia tiene dieciocho años, hija menor de una familia con pocos recursos, el desempleo de su padre y con la venida de un nuevo hermano a la familia decide trabajar durante el verano en un prostíbulo ¿Qué pasaría si en su nuevo trabajo se encuentra c...