No era tan difícil como pensé que sería. Pensó Jimin mientras seguía a Baekhyun por un angosto pasillo, con suerte tres personas podían camina por allí y si lo hacían tenían que estar bien juntos.
Cuando llegaron a una sala, por mucho más grande a la que estaba antes, esta estaba llena de mesas y algunas personas estaban ya adentro. Se tenso y no se pudo mover, como si sus pies se hubiesen clavado en el suelo cuando las pocas personas se giraron a verlo.
- ¿Qué pasa? -preguntó Bae suavemente cuando se dio cuenta que el menor no le seguía.
- Personas... -pronunció en un susurro, aun viendo cómo las personas, en su mayoría jóvenes de su edad o más como la de su hermano, volvían a sus cosas.
- No te preocupes, son clientes pero tú no tienes que interactuar con ellos ¿bien?
Jimin dejó de observar a las personas y luego se fijó en un hombre mayor que les observaba recargado en un mesón con unos papeles en sus manos.
- No es nada del otro mundo Minnie, solo tienes que hacer como si esas personas no existieran y pararte allá afuera -prometió.
Con una mueca que Baekhyun no pudo ver, el castaño claro obligó a sus piernas a moverse otra vez.
- Solo tienes que pararte -volvió a repetir en un susurro cuando se pararon frente al hombre mayor- Hola señor Donghae ¿Cómo esta?.
- Llegan tarde. -respondió en cambio.
- Si, el tráfico más que Tae se demoró un poco en colocarse el disfraz. -se excusó sonriendo sin mostrar sus dientes.
- Siento que te encogiste... -susurró observando a Jimin, nervioso imitó a su hermano e hizo un movimiento desdeñoso con su mano.
El hombre mayor suspiro cansado.
- Sigues siendo tú después de todo. -gruñó estirando una esquina de sus labios en una sonrisa, tendiéndole los panfletos- Solo entraras cuando los repartas todos, ya sabes.
- Bien entonces yo...
- Y tu Baekhyun, tienes que quedarte ayudar adentro. -ordena ya dándoles la espalda. El menor enseguida se voltio a verlo, asustado, apretando los panfletos en su mano con un solo pulgar por el disfraz.
- No te preocupes, tendré un ojo sobre ti y correré en tu auxilio si es necesario. -prometió dándole pequeñas palmadas sobre su hombro.
Aquellas palabras reconfortaron un poco a Jimin, lo suficiente como para que su corazón volviera a latir normal y sus nervios bajarán un considerablemente.
Cierto, además nadie sabe que soy Jimin, solo piensan que soy Kumamon, el oso de peluche al cual le gusta su amor platónico y a él.
Suspiro más calmado y volvió a caminar saliendo del local.
Parado afuera observó a su alrededor y cómo las personas pasaban frente a él, ignorándolo totalmente y algunos esquivándolo con un chasquido de lengua.
A unos cuanto locales mucho más allá, había otra persona disfrazada que entregaba el último panfleto y luego se retiró.
Jimin inhalo profundamente y observó los panfletos en su mano. Decidido espero a que una mujer pasará lo suficientemente cerca y tendió su mano que fue ignorada totalmente. Incómodo la volvió a esconder, espero unos minutos más y la tendió nuevamente hacia ahora un hombre que habla por su móvil.
- No molestes. -le gruño apartando de un manotazo su mano.
Esto ya no le gustaba, estaba seguro de que esto pasaba por que era él.
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Kumamon
FanfictionUn Kumamon, normal. Un Kumamon persiguiéndote, pasable. Un tierno Kumamon acosándote tiernamente, ya es otro lindo nivel. Jimin es un adolescente de 17 años enamorado profundamente de su amor platónico, el famoso Min Yoongi. ¿Quién pensaría que por...